La fiesta comenzó. El antro pronto se encontraba lleno. Jóvenes que disfrutaban de la música y del ambiente. Joaquín no dejaba de preparar diferentes bebidas. Emilio había estado observando las cámaras un buen rato, pero después un socio y amigo llamado Owen, muy importante de su padre, asistió e insistió en ir a charlar con el rizado un buen rato. Se dirigieron hasta uno de los reservados vips, desde el cuál Emilio no tenía ángulo de visión con el ojimiel. Intentó que eso no martirizase su cabeza y simplemente se sentó a disfrutar de una charla animada junto a aquel socio.
Se encontraban sentados en los exclusivos sofás que tenían los reservados manteniendo una divertida charla. De pronto, el socio dirigió su mirada hacía las escaleras. Emilio hizo lo mismo, Joaquín subía lentamente sujetando una bandeja con las bebidas que minutos atrás habían ordenado. Emilio sonrió sin poder evitarlo y el castaño le devolvió la sonrisa tímidamente.
- Traigo las bebidas que han pedido - dijo Joaquín
- Claro - dijo Owen - Déjalas por aquí - sonrió coquetamente
Joaquín, algo incómodo, se inclinó sobre la mesa para dejar el particular refresco de soda del rizado y el Cosmopolitan que había pedido su acompañante. Antes de irse, les sonrió de nuevo abandonando el reservado. Emilio lo siguió con la mirada hasta que desapareció, volviendo su mirada de nuevo hacía el socio.
- ¿Nuevo fichaje? - pregunto él
- Sí, estuvo los meses de verano trabajando para nosotros
- Que pena que en verano estuviese en Grecia - dijo de nuevo - Habría sido un placer ver a esa dulzura
- Joaquín es mi... Nuestro mejor camarero - corrigió - No le gusta relacionar el trabajo con su vida personal - dijo en tono amenazante
- Tranquilo Osorio, era un comentario amable hacía tu empleado - remarcó - Está claro que yo no soy su tipo
- ¿De qué hablas? - preguntó extrañado el rizado
- ¿Sabes una cosa Emilio? - dijo inclinándose para agarrar su bebida - Si quieres mantener una relación en secreto con tu camarero, debes esforzarte porque sea secreto
Terminó guiñándole el ojo para después sorber la bebida a través de la pajita. Comenzó a decir que era la mejor bebida que jamás nadie le había preparado, cómo no lo hacía para fastidiar el menor, pero éste simplemente rió restándole importancia.
La noche continuaba su cauce, Owen había pedido diferentes copas y se encontraba completamente borracho. Había pedido alguna señorita de compañía, pero Emilio creyó que era mejor que lo llevasen a su casa. Estaba volviendo tranquilamente a la sala privada cuándo su celular comenzó a sonar. Era Textos, su guardaespaldas.
- Dime Enmanuel
- Señor Osorio, creo que tenemos un problema
Y efectivamente, aquel problema tenía nombre, Mauricio se había presentado enfurecido a la par que borracho. Intentaba tirar todo el rato del brazo de Joaquín para que lo acompañase a la pista de baile. Bajó con urgencia las escaleras y cuándo se aproximó a ellos, Joaquín rodó los ojos al verlo.
- Enmanuel, te dije que no le llamases - dijo girándose hacía el guardaespaldas
- ¿Qué está pasando aquí? - preguntó Emilio ligeramente enfadado
- No está pasando nada Emilio, puedes volver arriba
- Así que t-tú eres Emilio - se le encaró Mauricio bastante borracho - Creo que ya nos habíamos visto
- Sí, la otra noche en la que también estabas borracho y me tiraste la bebida encima - contestó Emilio
- Está borracho Emi, ignóralo - intentó apaciguar Joaquín
- ¿Emi? ¿Qué tipo de apodo es ese? - dijo mofándose Mauricio - Parece que estás llamando a tu perro
- Será mejor que te largues antes de montar un espectáculo - susurró el rizado en su oído
Pero el deseo de Mauricio de llevarse con él al castaño no cesaba. Tiraba urgentemente de su muñeca, intentando sacarlo de detrás de la barra. Emilio, impaciente, quería ponerle fin a esa situación sin ser demasiado violento, pero no pudo evitarlo. Agarró la mano del pelinegro que agarraba el brazo de Joaquín y ejerciendo presión, hizo que lo soltase de inmediato. Joaquín se frotó su muñeca suavemente, ya que el agarre del pelinegro había sido demasiado fuerte. Después asintió hacía Emilio haciéndole ver que estaba bien.
- Lárgate - repitió de nuevo Emilio
- ¿Y si no quiero qué? He pagado mi entrada, tengo derecho a estar aquí
- No, cuándo estás molestando a mi empleado
- Créeme, no es la primera vez que follamos en tu antro sin que nadie se entere
Y aquello fué la gota que colmó el vaso. Emilio le propinó un puñetazo en toda la nariz. Joaquín se asustó cuándo la sangre comenzó a brotar de su nariz, pero por alguna extraña circunstancia no hizo nada para evitarlo. Se quedó tras la barra observando cómo, ésta vez, Mau, era el que intentaba pegar de vuelta a Emilio, pero iba tan borracho que apenas se mantenía en pié después del golpe. De inmediato, dos guardas del antro se aproximaron hacía ellos para llevarse al más mayor. Emilio bufó, echándose el cabello hacía atrás, mientras se colocaba bien su ropa y observaba cómo echaban por la puerta trasera a Mauricio. Se sentía aliviado, llevaba mucho tiempo queriendo golpear al imbécil.
Observó a Joaquín que seguía parado en su sitio sujetándose la muñeca. No sabía cómo leer su expresión, aunque no le hizo falta. El castaño salió de detrás de la barra acercándose a él. Emilio se esperaba alguna bofetada de su parte, pero el menor únicamente lo besó.
Sí, lo besó.
Delante de toda el antro, lo besó.
Delante de todos sus compañeros, lo besó.
Delante de sus guardaespaldas, lo besó.
Se separaron al cabo de unos segundos, Emilio aún mantenía sus manos en su estrecha cintura.
- Gracias - susurró Joaquín - Aunque lo tenía controlado
- No lo dudo precioso - respondió sonriendo - Pero quería darle su merecido
Joaquín observó cómo todo el mundo lo observaba, no había sido consciente hasta ese momento que había besado a Emilio delante de todos los allí presentes. Agachó la cabeza y volvió tras la barra intentando esconder la sonrisita nerviosa que tenía en su rostro. Emilio se mordió el labio al ver aquella inocencia que emanaba de su sonrisa. Se apoyó en la barra, sostuvo su barbilla e hizo que la levantase para después plantarle otro beso en los labios. Ésta vez fué un poco más allá porque sus lenguas se cruzaron de nuevo. Dió un beso suave antes de separarse y guiñarle el ojo para después volver por dónde había venido.
Disimuladamente, el ojimiel miró a sus compañeros, los cuáles le sonreían ó aún se encontraban boquiabiertos tras el gesto de amor entre ambos. Algunos jóvenes también lo observaban, quería hundir la cabeza en la tierra, pero aún así se sentía más vivo que nunca.
Buenas aquí les dejo nuevos capítulos.
Espero les gusten.
Nos vemos AlbertXioW.
ESTÁS LEYENDO
Heaven // Adaptación Emiliaco
FanfictionJoaquín Bondoni se vé abrumado ante el segundo año de universidad. El verano queda atrás, pero él quiere volver a él y reencontrarse con personas que conoció, incluso con aquellas que no recuerda haberse encontrado. Emilio Osorio estará ahí para ha...