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Era sábado, bastante tarde por la mañana. Joaquín había despertado sobre las 12 del mediodía, después de haber llegado sobre las 6 de la madrugada a su casa. Sólo con acordarse de que esa misma noche tendría que volver a trasnochar, le provocaba dolor de cabeza. Su día fué tranquilo, no quiso salir y así descansar, ya que aquella  noche tendría que volver a Heaven. De pronto recordó los 20.000 pesos en mano que Juan Osorio le había dado y sonrió sacándolo de su cartera para colocarlo en su caja fuerte. Sólo por aquella recompensa, todo merecía la pena.

Durante el día recibió varias llamadas de Mauricio, las cuáles no contestó. Quería relajarse, no pensar demasiado, ya que la escena de la noche anterior con su ex lo puso de los nervios. Aunque Emilip fué demasiado amable quitándoselo de encima. Irremediablemente, escribió su nombre en el buscador de internet y se encontró con fotos de la inauguración de la discoteca junto a su padre. E innumerables noticias sobre supuestos romances.

"Emilio Osorio, hijo del millonario Juan Osorio, dueño de la cadena de antros Heaven, ha sido visto con una morena de ojos verdes"

"Emilio Osorio, heredero del imperio Heaven, visto anoche en actitud cariñosa junto a una rubia exuberante"

"Emilio Osorio, futuro dueño de..."

Joaquín dejó de leer. No le importaba tan siquiera la vida amorosa del rizado, pero aquel torbellino de noticias no le hacían demasiada gracia.

La noche llegó, Joaquín ya estaba listo. Salió a la calle y bajó a la estación de metro para esperar a su vagón que lo llevaría a la discoteca. Miró su reloj varias veces, eran casi las 10 de la noche y esa era su hora de entrada. Aún seguía esperando el metro que parecía no llegar. Comenzó a desesperarse, no sabía las consecuencias de llegar tarde. Nunca había llegado tarde. Con las manos temblorosas marcó el número de Mauricio.

- Vaya, el desaparecido - dijo irónico el pelinegro

- Lo siento por no contestarte Mau, pero tengo un problema. Estoy esperando el metro y no llega y supuestamente tengo que entrar a trabajar en 8 minutos

- ¿Estás en el metro de debajo de tu casa?

- Sí

- Vale, espérame. Llegaré enseguida

Y tal y cómo prometió, en pocos minutos estaba ahí con su Mercedes Clase A Sedán. No tuvieron tiempo para saludarse, ya que cuándo Joaquín se subió en el auto, éste aceleró rápidamente. Quedaba apenas 1 minuto para que Joaquín fichase su hora de entrada y lo consiguió.

Había entrado por la puerta de atrás, cómo si de un maratón se tratara, sin saludar a nadie ni siquiera sonreírles. Respiró tranquilo cuándo pasó su tarjeta por la máquina quedando registrada la hora de entrada. El mayor llegó tras él, más despacio.

- Joder nene, que no van a echarte porque llegues 5 minutos tarde

- Mau, con lo que Juan me está pagando, creo que no quedaría bien llegar tarde, aunque sólo fuese 1 minuto

Mauricio rodó los ojos, pero Joaquín tenía razón. Mientras Joaquín dejaba sus trastos en las taquillas del personal, el pelinegro salió a la zona de baile dónde los compañeros de Joaquín ya preparaban todo para tener todo listo a la hora de la apertura. Joaquín apareció tras él y comenzó a realizar lo mismo que los demás.

- ¿Vas a quedarte? - le preguntó mientras preparaba la fila de vasos

- ¿Quieres que lo haga?

- Mau - Joaquín sonrió - Ya sabes que quiero que te quedes, pero hoy vá a ser una noche ajetreada, dudo tener 1 minuto para pasarlo contigo

Heaven // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora