Inhale bruscamente al salir del agua, saliendo de mis extraños pensamientos, los cuales no tenía idea alguna de cómo habían llegado a mi mente. El sonido de la música se escuchaba por todos los alrededores, sabía que afuera los muchachos se encontraban divirtiendose e ingiriendo muchisima comida chatarra.
Suspiré, sabiendo que tenía que salir de la tina donde el agua hacia tiempo se había enfriado, mis dedos parecían pasas.
Unos ojos verdes invadían mis pensamientos llenando de calor mi pecho y haciendo qur mis piernas temblaran cual gelatina y no puedia comprender por qué eso me estaba estresando.Toc, toc, toc.
Alguien tocaba la puerta, y podía hacerme una idea de quien era.
—¿Podrias dejarme tranquila por cinco minutos?
—Tienes más de media hora ahí, hermana— Replica haciéndome golpearme la cabeza con la tina en levemente cuando la dejo caer hacia atrás— Te has de estar congelando.
Y es cierto, el frío se cala entre mis músculos haciéndome temblar levemente pero sinceramente, quería permanecer un poco más aquí, sola, aun sabiendo que debía salir.
—Bien.— bufé, y me puse de pie dejando que al agua se escurrir por mi cuerpo hasta encontrarse con el pozo en mis rodillas, salí de la tina mojando el piso, tomé la toalla y seque mi cuerpo.
Caminé hasta el espejo, donde esperé a ver si algo extraño sucedía pero fue en vano, solo me veía a mi, no había ninguna figura en el y definitivamente no había voces en mi cabeza, nada. Tal vez estoy un poco paranoica, si, ha de ser. El cansancio me hace daño.
Al abrir la puerta me topo con el pedante de Nathaniel, quien no deja de mirarme a los ojos mientras seriamente dice:
—Sí tardabas un poco más iba a tomar el abuso de entrar a tallarte la espalda.
Bufé.
—Ni en tus mejores sueños cariño.— Respondí, dándole mi mejor sonrisa.
Me aleje tomando rumbo hacia la habitación que me habían asignado, sin duda este lugar era grande y lujoso. Contaba con diez habitaciones en las cuales tres de ellas tenían baño incorporado, aunque obviamente, no había corrido con la suerte de que me tocará una de ellas.
Abrí la puerta de caoba e ingresé a la alcoba, el suave aroma a vainilla penetraba mis fosas nasales, las paredes eran de color azul pastel con líneas oblicuas de un tono mucho más oscuro y colgaban de ellas algunos cuadros altamente artístico, sobre todo el de la mujer que cabalgaba desnuda. La cama matrimonial se encuentra cubierta por sábanas esponjosas color perla, al tocarla daban una sensación de suavidad y al lado de esta había una mesa de madera con detalles en negro, sumamente hermosa.
Me vesti rápidamente con un short y una camisa de mangas largas negra, y salí rumbo a donde se situaban mis acompañantes.En un gran sillón de cuero negro estaban Daniel y Daniela comiendo salchipapas y la mesita frente a ellos estaba llena de gaseosa, pizza, chucherías y más salchipapas.
Me voy atiborrando de golosinas mientras escucho las tonterías de los chicos, se unen a nosotros Nathaniel y Leila.Cantando de manera escandalosa y riendo a carcajadas. La piel se me eriza cuando un escalofrío me recorre y la nuca no deja de arderme, volteo encontrando una ventana abierta en dónde estaba posado un búho hermoso, cuyo plumaje parecía un cielo estrellado, sus ojos brillantes me miraban fijamente dejándome ver en ellos la sabiduría de un alma sumamente vieja.
¿Cómo podría un animal transmitir eso en sus ojos?¿cómo podría mirarme como si fuera un humano? Eran las preguntas que rondaban en mi mente. Me levanté rumbo a la salida de la casa, atraida por aquél majestuoso animal que no paraba de ulular, la frío brisa marina movía mi cabello suavemente y erizara mi piel mientras caminaba sujetada de la baranda y evitaba un par de sillas que se encontraban en el camino, cada paso que daba aceleraba mi corazón y causaba que se llenará de ansiedad y desesperación ¿Por qué? No tenía idea alguna.
Toqué una de sus suaves alas bajo una mirada llena de curiosidad y entonces sólo pude ver momentos que no me pertenecían, que no eran en absoluto míos; el animal parecía estar preparándose para algo y...El sonido de pasos me sacó de mi estupor y al voltearme a mirar mis pies se enredaron entre ellos haciéndome ir cara contra el piso, por fortuna o por desgracia un cuerpo duro evito que mi ser se diera un buen golpe. Pero sin duda no evito dejaramos salir un par de gemidos de dolor.
—Jodida mierda.— Entreabrí mis ojos y me topé con una camisa blanca de cuello bajo y vi un poco de vello saliendo de esta, seguí subiendo hasta ver una manzana de Adán ¿he dicho alguna vez que adoro el perfume de hombre? Pues, no lo adoro, lo amo; golpee mi frente con su pecho aspirando aún más su aroma.
—¿Te encuentras bien?— Su voz gélida me causaba espasmos y ni me atrevía a levantar la mirada, la vergüenza me inundaba por haber sido suficientemente estúpida como para no tener cuidado con mis dos pies izquierdos.—¿Estás sonrojada?
Sentía su pecho vibrar mientras se reía levemente, mi corazón no dejaba de acelerarce definitivamente mi presión debía de estar sobre trecientos porque yo sentía que en cualquier momento podria darme un infarto.
Intenté levantarme sin que viera lo roja que se encontraba mi cara, pero sus manos tomaron mi cintura evitando que hiciera tal cosa, así que solo volví a hundir mi cara de pena en su pecho, deseando que el mar me tragara.—¿Eliane?— me dejó pasmada, mi nombre dicho por el momento me dejaba analizar la situación, solo sabía que quería oírlo de nuevo y no entendía por qué.— Mirame Eliane.
Observé su rostro cuando me dio aquella orden, porque eso era, una orden que mi cuerpo debía acatar. El me miró, permitiendome adentrarme en sus brillantes ojos marrones, que quería observar siempre.
¡NO! ¿Qué me pasaba?—Hey, me estas asustando.
—Lo siento.— me disculpe rápidamente mientras con toda mi fuerza salia de la prisión hecha por sus brazos.— Tengo dos pies izquierdos y de vez en cuando me suceden estas torpezas.
—No te preocupes, Eliane— se sienta a mi lado, y miramos el mar. Busco de reojo al búho que ya no se encuentra por ningún lado y lanzo un suspiro largo, pensando en mi oportunidad pérdida.— ¿Confías en mi?
Al mirarlo solo veo que se encuentra muy cerca de mi cara, y que sus ojos brillantes con fiereza.
—¿Cómo?¿a qué viene esa pregunta, David?
Solo se acercaba más y solo podía observar sus oscuros ojos marrones.
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Díganme si les ha gustado.
Saludos desde Venezuela💕
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Reincarnated
FantasyNo sabia que diantres estaba sucediendo. Cuando los sueños se hicieron más frecuentes y la morena de ojos verdes comenzo aparecer donde quiera que iba, Cuando empezó a ver cosas extrañas y animales peculiares no dejaban de perseguirla, pensó que...