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Izuku estaba en la biblioteca estudiando para un próximo examen que tendría la semana siguiente, pero sabía que desde hace rato alguien lo estaba observando.

No quería ser obvio y mirar de regreso, porque no entendía realmente porque lo miraba tanto. Al final decidió mirar y se dio cuenta, Katsuki lo estaba viendo.

Aún así, Izuku simplemente ignoro la mirada de su amigo y siguió estudiando, curioso ante porque Katsuki lo veía así, de una manera inexplicable.

Al terminar de estudiar, salió de ahí haciendo una nota mental para preguntar después al rubio si todo estaba bien.

Al llegar a la mesa de la cafetería, Uraraka lo saludó como de costumbre, con una sonrisa amigable.

—¿Cómo estuvo el estudio?— pregunta ella.

—Bien, espero sacar una nota alta la verdad— Izuku dice amable.

Solo eran ellos dos en ese momento, porque Iida y Todoroki tenían clases de combate con algunos otros compañeros.

Katsuki se acerca a ellos entonces junto a Kaminari y Mina.

—Hola hola mis florecitas— Kaminari dice amable.

—Uraraka no es una florecita ¿Bien? Es una chica— Mina se queja a Kaminari.

—Ya tranquila, no es para tanto— Kaminari dice haciéndose la víctima.

—Izuku voy a ir por un helado ¿Quieres?— pregunta el rubio al peliverde.

Quién lo mira por un momento en silencio.

—Claro vamos— dice levantándose para ir junto a él.

—¿Qué sucede con esos dos?— Uraraka pregunta riendo.

—El amor, eso es lo que te hace— Kaminari niega dramático.

Mina lo ve y rueda los ojos.

—Nada, Bakugo enamorado de Midoriya, lo de siempre— la chica de cabello rosa dice.

Uraraka ríe.

—Oh entiendo, creí que había sucedido algo— la castaña comenta.

—Eso sería bueno la verdad— Mina dice pensando.

Katsuki por otro lado pedía su helado de crema con frutas. Izuku lo pide de durazno.

Ambos están esperando su helado cuando el peliverde decide hablar.

—¿Está todo bien Kacchan? Siento que aún tienes la idea de que seamos rivales, quiero decir aunque es divertido, al final somos amigos y deberíamos apoyarnos más que otra cosa— Izuku cuenta preocupado.

El rubio lo ve confundido.

—La verdad es que yo tampoco quiero ser tu rival Izuku, quisiera que fuéramos más que eso. Pero creo que después de lo que has dicho, tal vez debería cuestionarme mis gustos— Katsuki dice mirándolo.

—Oh, bueno cualquier cosa está bien para mí mientras nosotros estemos en paz, no quisiera que volvamos a pelear, solo amistad o conocidos, lo que desees— el peliverde dice pero sus palabras no tienen sentido.

—Solo no digas nada, está bien así. Cómo lo que sea que somos, mientras no nos separemos— el rubio dice.

Les entregan sus helados y Katsuki paga.

—Kacchan, te daré el dinero— Izuku dice.

—No, así déjalo— el rubio inquiere.

—Pero Kacchan— el peliverde insiste.

Un poco despistado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora