Chifuyu Matsuno y Keisuke Baji han sido separados. Por circunstancias de la vida, uno de ellos ha terminado muerto y el otro ha tenido que seguir, arrastrando la culpa y el remordimiento, sin poder olvidar lo que sucedió ese fatídico día. Sin embarg...
Mikey no miró a Draken cuando se adentró al departamento del mayor, simplemente pasó de largo y se dirigió directamente a la habitación del alfa, se metió en la cama y se acurrucó contra las sabanas de este para fingir dormir. Ken no podía dejar a su omega solo en ese momento, sobre todo porque sabía lo mucho que le habían lastimado las palabras de Baji, pero sobre todo por lo mucho que le había lastimado él.
- Kenchin, idiota – Mikey salió de entre las sábanas, con un rostro de enojo y el cabello revuelto – No voy a hablar contigo si sigues agobiándome con tu tristeza a través del lazo.
El mayor no dijo nada, solo se recostó al lado del omega y lo abrazó para que ambos se recostarán en la cama. Mikey no dudo en refugiarse en sus brazos.
- Te amo, Mikey – Susurró el alfa
- También yo, Ken
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Chifuyu iba de aquí para allá, tomando una prenda tras otra y lanzándolas si no le convencía su reflejo en el espejo. Llevaba casi media hora así, desde la llegada de Baji, quien le había informado que irían a su casa a visitar a su madre, sería la primera presentación de Chifuyu a la madre del mayor así que quería verse perfecto. Decir que estaba nervioso era poco, se quería desmayar en ese preciso momento. Baji no le había dado tiempo suficiente para procesar la información, aunque en el fondo agradecía, si no, hubiera estado pensando en ello toda la semana.
Chifuyu dio un largo suspiro al no encontrar un atuendo perfecto. Ya habían pasado unos días desde el incidente de su celo, al parecer no tenían problemas con futuros bebes gracias a Mikey y la relación entre su progenitora y Baji comenzaba a ser un poco mejor, después de todo, el alfa se había pasado la mayoría del tiempo en casa de Chifuyu, alegando que era la necesidad de su omega aunque también fuera la suya el pasar tiempo con él.
El primer día se había sentido extraño cuando Baji se fue a su casa esa noche y no pudo soportar la tristeza y soledad que sintió, no hubo necesidad de avisarle a Baji, puesto que el lazo que ahora compartían había hecho el trabajo por él. El alfa sintió las necesidades de su omega y la desesperación lo llevó a ir a casa de Chifuyu a medianoche, se acostó con él y le susurró palabras bonitas hasta que se quedaron dormidos.
Más tarde, su madre les había explicado que al inicio sería así, por la reciente unión que habían tenido, luego ambos se acostumbrarían a la ausencia del otro y pasarían estancias más largas separadas, por ahora Baji se quedaba casi todas las noches con Chifuyu e iba a casa solo para cambiarse de ropa y asearse, era esa la razón por la cual la madre del alfa comenzó a sospechar que algo le ocultaba y adelantó los planes de Baji de presentarle a su omega.
Cansado de ver a Chifuyu murmurar sobre si la camisa celeste o la azul le quedaban mejor terminó levantándose de la cama hasta llegar con él. Lo abrazó por la espalda y le besó la nuca. Chifuyu se sorprendió por la acción del mayor y su sonrojo fue evidente.
