Chifuyu Matsuno y Keisuke Baji han sido separados. Por circunstancias de la vida, uno de ellos ha terminado muerto y el otro ha tenido que seguir, arrastrando la culpa y el remordimiento, sin poder olvidar lo que sucedió ese fatídico día. Sin embarg...
Cuando Chifuyu despertó, sintió su cuerpo adolorido y la garganta seca, los rayos del sol que acariciaban su rostro solo hicieron que sintiera las ganas de taparse y volverse a dormir, pero cuando lo intentó, soltó un ligero gemido por el dolor y sintió el peso de alguien más a su lado, con mucho cuidado volteó su cuerpo. Entonces lo vio, a Baji y recordó todo lo que había pasado la noche anterior, su rostro ardió en rojo vivo y dio un pequeño gritito cuando el alfa lo abrazo inconscientemente, volviendo a la posición anterior.
Chifuyu estaba más que avergonzado por la situación, más aún cuando Baji lamió la marca que ahora tenía en el cuello, ¡LA MARCA!
Solo así el rubio se atrevió a alejarse del alfa con cuidado para no sentir más dolor, se apresuró a llegar al baño y vio el desastre que era su cuerpo, el camino de chupetones en su cuello, la marca de las manos de Baji en su cadera, las mordidas en sus muslos, su cabello enmarañado y la resaltante marca de los colmillos de Baji en su nuca.
Las lagrimas no tardaron en llegar a su rostro, tenía una marca de Baji en él, tenía el lazo que los hacia inseparables.
El alfa despertó por los constantes sollozos del omega y no pudo evitar acercarse con temor, acarició su rostro y lo abrazó para consolarlo. Chifuyu, por su parte, correspondió al abrazo y lloró en su hombro, pronunciando entre las lágrimas el nombre del alfa.
- Lo lamento Fuyu – Baji encontró sus labios y lo besó delicadamente, besó sus mejillas y secó sus lágrimas – Lo siento mucho, cariño, golpéame todo lo que quieras.
Pero Chifuyu solo se acercó más al alfa, buscando su calor y evitando que se alejara de él, uniendo sus labios nuevamente mientras enredaba sus dedos en los cabellos del contrario.
- Baji-san – Por fin dijo – Se supone que debías marcarme en una ocasión especial – El alfa logró escapar un largo suspiro y sintió su corazón calmarse
- Maldición, Chifuyu, no me asustes así, casi me da un infarto – Entonces el pelinegro atacó nuevamente con besos al menor, haciéndole ligeras cosquillas de paso – Creí que me odiarías y me pedirías que me aleje, ¿puedes perdonarme, Fuyu?
- Baji-san, es trampa si me tratas así, como negarme a lo que me pidas – Dijo entre risas, con un cálido sentimiento creciendo en su pecho, se sentía pleno, sentía que tenía un lugar al que pertenecer, que tenía un lugar seguro y que todo lo que pasara podrían afrontarlo juntos – Por supuesto que te perdono, Baji-san, pero debes hacerte cargo de mi a partir de ahora
- Ni siquiera lo dudes
- Por favor, cuida de mi Baji-san – Baji dio una sonora carcajada
- Cuida de mí también, Chifuyu - Y con eso besó sus labios nuevamente.
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Horas después, Baji y Chifuyu estaban bañados y vestían ropa limpia, se encargaron de limpiar y abrieron las ventanas para disipar un poco el olor del celo, mágicamente el celo de Chifuyu se había acabado, tal vez era por ser pareja destinada, pero fuese lo que fuese ambos estaban aprovechando la situación para arreglar el desastre.
