¿¡QUÉ!?-exclamaron los tres amigos de Myo a coro mientras se ponían de pie de un salto.
Alice se llevó las manos a la cara como si fuera a llorar.
¿Có...-se lanzó a preguntar Michelle mientras se le hinchaba la vena del cuello.
¡Esperad!-dijo Priscille alzando la voz-No debemos acribillarlo con preguntas ni con cosas que podemos decirle después de hablar. Nos acaba de decir sin tapujos que la víctima del ataque de ayer fue él. No podemos agobiarlo.
Se agachó y cogió a Myo por los hombros.
Myo, tranquilo.-le dijo con tono suave-Dinos lo que quieras contarnos, y no te sientas obligado a contarnos lo que no quieras. Adelante, no te vamos a agobiar.
Me caí al suelo del susto...-dijo Myo tiritando. Los nervios y el frío lo habían destemplado-...y ella se abalanzó sobre mí...contra la columna...
Michelle se desató la gabardina y se la echó a su amigo por encima, pero no medió palabra.
...empezó a tocarme...a hacer movimientos de seducción...me quitó la bufanda...-Myo sentía que las palabras lo iban a desbordar y se iba a desmayar, pero el calor de la gabardina, que había sido calentada por la amplia espalda de su amigo, que siempre estaba a buen tono a pesar de que se acababa de duchar-intenté negarme, pero enloqueció y se convirtió en una de esas...súcubos que aparecen en la mitología...se puso a chillar y dejó claras sus intenciones de violarme y matarme...
Myo tiritaba violentamente. Priscille se sentó a su lado y lo abrazó contra sí. Michelle se sentó al otro lado y también lo abrazó. Alice puso sus manos en su regazo y se acercó a él como si quisiera protegerlo con su cuerpo.
...no dejaba de manosear mi pene por encima de mi ropa...-las lágrimas de Myo habían empezado a brotar-...intentaba masturbarme a pesar de mis forcejeos.
¿Por qué nadie me pregunta por qué sigo vivo?-pensó Myo-No me atrevo a decirlo en frío, es demasiado...me cuesta decirlo en voz alta y tengo miedo...
¿Cómo pudiste librarte de que te matara?-le preguntó Priscille mientras le guiñaba un ojo. La empatía de ese chico rozaba lo paranormal.
Eso es lo que me lleva reconcomiendo todo el día.-dijo Myo con total seriedad. Había dejado de tiritar y se sentía momentáneamente envalentonado-Me libré de ella. Si no os digo cómo, me sentiré fatal porque habré traicionado nuestra confianza absoluta. Si os lo digo, me sentiré fatal porque creeré que pensaréis que me estoy intentando quedar con vosotros. Ha pasado algo muy extraño. Sobrenatural.
Dilo sin ningún tapujo.-dijo Michelle poniendo la mano en el aire.
Escucharemos lo que tengas que decirnos y te tomaremos en serio.-Alice puso la mano sobre la de Michelle.
Te queremos, Myo, eres nuestro amigo. -Priscille se unió a la montaña de manos-No vamos a dejarte.
Está bien, allá vamos. -Myo puso su mano sobre las de sus amigos- Creo que estaba sufriendo pequeños delirios, pues me daban ramalazos de valentía para gritarle que me dejara en paz y, al segundo, volvía a tener miedo. Temí estar en el inicio de un trastorno bipolar. Me abrió el pantalón de golpe, de hecho, me lo rompió por la bragueta. He venido cosiéndomelo mientras andaba. Comenzó a masturbarme con una habilidad que jamás pensé que sentiría en mi cuerpo. Sé que os habéis masturbado más de una vez a lo largo de vuestra vida, -Alice se contoneó un poco- y yo también, pero aquello no tenía ni punto de comparación. Jugaba con mi prepucio como si fuera el control de una máquina de precisión. Cambiaba el ritmo como si me leyera la mente, me acariciaba los testículos con sus uñas...era brutal. No sé si atribuirlo a que era prostituta o a que la mutación les confiere ese poder. Sabía que, si eyaculaba, se tragaría mi semen...o haría lo que fuere con él, pues decía que iba a tener una hija conmigo...y, después, me mataría. No me gustaba nada que tocaran mi pene contra mi voluntad, y menos para hacer algo tan malvado. No estaba disfrutando. La masturbación era buena, pero la situación no podía ser más horrible. Es incomprensible el hecho de que, por mucho que me tocara o se contonease, no fuese capaz de provocarme una erección, incluso cuando su vulva se deslizó por mi torso. La erección me vino cuando pensé en que no quería acabar así, en que quería vivir. No sé cómo, pero, a raíz de la erección, fui sintiendo una fuerza creciente en mí que me daba la valentía...o temeridad, como queráis llamarla...para contestar a sus sucias palabras. No podía retenerme más, mi pene estaba muy hinchado, me dolía, notaba la presión en él, estaba tan caliente que pensé que mi cadera se quedaría helada por el desplazamiento de la sangre. Tenía los testículos a punto de reventar, como si me hubiera golpeado contra una pared. El suelo a mi alrededor empezaba a verse verde...creo que eran efectos ópticos. Intenté forcejear una vez más y, por ello, eyaculé fuertemente, como nunca había hecho, ni tras haberme masturbado por primera vez en un mes, y me empapé entero. Entonces...sucedió la magia.
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Triple S -SSS- [Yaoi / BL / Gay]
FantasyTokyo. Siglo XXI. Están ocurriendo algunos sucesos extraños en la ciudad. ¿Por qué algunas mujeres caen víctimas de horribles mutaciones que las convierten en monstruos deseosos de forzar y asesinar a hombres? El miedo se apodera tanto de ellos como...