Your voice [ vhope ]

10

Hoseok se enderezó en su asiento en cuanto la puerta de la biblioteca se abrió y vio a Yoongi entrar. Elevó su mano desde detrás de la computadora y caja registradora para que lo vea, y su mayor sonrió ampliamente al notarlo, haciendo que el pelinegro siguiera sonriendo hasta que llegara.

Aun seguía en horas laborales pero era normal que Yoongi viniese a pasar el rato con él o que se quedara leyendo algo.

—¿Cómo has estado? —preguntó Yoongi burlonamente—. Tanto tiempo.

Hoseok rió bajo porque se había visto en la mañana en la universidad.

—¿Vienes por algún libro en particular?

La puerta de nuevo se abrió. Maldijo dentro suyo porque quería hablar más con el chico que le gustaba.

Pero sus labios se separaron al ver que el que entraba no era nada más ni nada menos que Kim Taehyung.

—En realidad —Yoongi siguió hablando muy lejano a lo que estaba pasando—. No vine por un libro.

Taehyung se acercó, a donde Hoseok atendía a los que necesitaban ayuda con la búsqueda de algún libro o para alquilarlos.

El pelinegro se hizo quien no lo vio y se concentró en Yoongi: —¿Ah, si?

Bien, no había escuchado lo que había dicho su mayor. Yoongi le pudo haber dicho "eres un idiota" y él estaría respondiendo con un "¿ah, si?".

Joder, ¿qué le pasaba? No debería sorprenderle que Taehyung estuviera ahí, era una de bibliotecas y librerías más completas de la ciudad. Y Taehyung era un ciudadano común y corriente que por supuesto leía libros o necesitaba libros.

—Si, no vine por un libro —repitió—. Vine por ti, Hobi —Hoseok lo miró muy fijo, una vez más con toda su atención en él—. ¿Quieres ir a mi casa cuando termines tu turno?

—S-

—¿Quien trabaja aquí? Necesito un libro —Hoseok fue interrumpido por una muy conocida voz grave y arrogante. El pelinegro lo fulminó con la mirada porque el castaño miraba a todas partes como si no hubiera nadie.

—Yo trabajo aquí —idiota, agregó en su mente y sólo ahí porque aún estaba Yoongi.

—¿Tú? —la pequeña pregunta fue netamente ofensiva al verlo alzar una ceja de forma casi burlona. Hoseok señaló su placa de trabajo en su camiseta que tenía su nombre.

—Lo siento, Yoonie. Terminaré rápido —dijo Hoseok dedicándole una mirada apenada.

—No te preocupes, puedo esperar.

Le sonrió agradecido por su comprensión y luego miró hacia Taehyung quien miraba con desinterés unos folletos que estaban en la mesa.

—¿Que estás buscando? —preguntó fulminando con la mirada al castaño.