Aquí

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Ambos estaban tratando de sanarse de alguna forma.

Ambos fueron a ese parque con la misma intención de salvarse del mundo que los rodeaba.

Dañados, extrañándose, intoxicados.

Vegas sintió como siempre, sus ojos dilatados al ver a su gatito allí parado con sus mejillas sonrojadas por el frío junto esa camisa color azul pastel.

Hacía que su piel resaltara, porque esas camisas oscuras y simples no estaban hechas para su muñeco, su ropa debía ser colorida.

Apropiada para alguien como el.

Pete sintió las mejillas calentarse por su presencia, Vegas era peligroso porque a él no le daban pena las cosas, era directo y de cierta manera se sentía intimidado por eso.

Vegas comenzó a caminar hacia el, ansioso por hacer algo en una noche fría, nostálgica, y que los hacía llevarse por instinto.

Pete también caminó en su dirección, después de todo fue ahí para distraerse.

Invitarlo a pasar el tiempo con el sonaba bien.

Correcto.

—¿Te dieron permiso para salir? —fue lo primero que le preguntó. Movió su cabeza de lado al lado indicándole que no— habla cuando estés conmigo ¿de acuerdo?

—Si... —jugó con sus manos calientitas por tenerlas dentro de sus mangas— ¿vamos? —preguntó apuntando el area de juegos— o si no quieres —Vegas le sonrió despreocupado y apuntó con su otra mano abierta el camino a ellos.

No eran muchas palabras pero estaba encantado por cómo estaba llevando las riendas de la situación.

—Después de ti —dejó pasarlo primero y Pete pasó a su lado emocionado.

Estar una vez ahí solo fue una sensación distinta a cuando alguien más lo acompañaba, porque era agradable estar junto a otra persona que no tenía un comentario innecesario por decir.

Para Vegas tener a alguien como Pete a su lado fue un alivio, era si fuera una nube pasando a su alrededor.

Ambos se subieron a un columpio.

Pete como la última vez sentía que quería llegar hasta el árbol más alto, en cambio a Vegas que muy apenas movía sus pies.

No había nada que decir en realidad, no hasta que fueron a la arena.

—Se fueron —Pete dijo apenas miró el área— los castillos —aclaró.

—¿Has venido antes? —preguntó incandose también.

—Si, hace unos días vine —su voz era suave y neutral, quería sacar más emociones de él.

—¿Y qué te hizo venir hoy? —escarbaron hacia abajo para sacar la arena húmeda,

—Quise borrar la línea azul —hizo un cuadrado con la arena, Vegas tratando de hacer otro más pequeño para ponerlo encima del que había hecho Pete.

—¿Lo lograste? —buscando del fondo de Pete volvió a preguntar.

Pete sentía que estaban tocando una fibra sensible de el, sus manos comenzaron a temblar un poco sin que pudiera evitar sentirse abrumado por sus preguntas.

Podía tener claro que preguntaba con la intención de saber mas de él.

¿Para qué?

—Algo... —miró con ojos brillantes y en parte, un poco gracioso como Vegas hacía su mayor esfuerzo en que el cuadrado deforme no se despedazara— ¡se romperá!

Para cuando termino de decirlo el cuadrado termino de nuevo en su forma natural, Pete dejo salir su risa de forma instantánea cubriendo su boca con la mano.

—¡Estuve cerca! —Vegas comento haciendo otra figura para lograr hacer un castillo.

—Mira —volteó a ver como sus manos delgadas se posaban por encima de las de el sin poder abarcarlas— pasa tu mano por aquí —tomaron la figura por un lado, con la otra tomando la base para moverla al mismo tiempo que la dejaban caer.

—Muy sencillo, pero tus manos son un poco bruscas —sonrió.

Los ojos de Vegas se estaban obscureciendo, absorto en su persona.

Sublime.

8:38pm

—Si me tardo más tiempo se enojarán conmigo —Pete se levantó del suelo limpiándose las manos, Vegas siguió sus movimientos— me tengo que ir.

No pudieron evitar sentirse extraños.

—Te acompaño a casa.

—No puedes... será peor.

—Nadie se dará cuenta.

Asintió.

Desde que salieron del parque no había podido calentar sus manos por el viento. Su gatito le pedía con las dos manos abiertas la suya, cuando la dejo caer en esas dos palmas sintió el cambio, calentándose por el calor corporal del otro.

No podía dejar de pensar en que no se había equivocado, su gatito con mirada juguetona lo estaba haciendo verse como un puto escuincle.

Sin dejarse pensar mucho solo pensó que era alguien amigable.

Antes de llegar a casa Pete se aseguró primero de ver la entrada, no había ningún auto estacionado.

—Gracias por venir a dejarme Vegas —soltó la oración completa.

Quiero todo de ti.

—¿Nos vemos? —sugirió.

—Puede ser —moviendo su mano en despedida, abrió la puerta y se metió.

No sabía que pasaría después y no le importaba, no cuando aquella línea azul se borro.

¿Le harían otra línea mas marcada? No lo sabía, pero podía pensar que con compañía se borraría de nuevo.

Vegas al caminar a casa sentía que se había fumado un porro por lo elevado que se sentía.

Aunque solo pudo pensar después de todo, "¿por qué no le pedí su número?"

Entre Nosotros - VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora