Oh

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El viernes no fue a ningún lado.

Hizo una llamada y rechazo la invitación.

Oh, bebé, que te haya conocido cambio cada parte de su vida.

Y temía querer tanto de ti que terminaría tomándola como si fuese suya.

—Rick... tal vez en otra situación tome la invitación ¿bien? —escuchó un si ligero— por ahora me gustaría enfocarme en diferentes cosas, pero mantengamos la oferta en pie para otra ocasión.

—Tomaré tu palabra —la ansiedad de Rick exploro todas las áreas de lo que estaba pasando.

¿Cómo lo tomaría su jefe? Esperaba que bien, tendría suficiente con que las cosas no se tornarán violentas.

Que no encontraran el punto débil de Vegas también.

—Nos vemos —colgó.

Sentado a las nueve de la noche en el parque mirando los árboles mecerse por el aire frío, ligeras gotas de lluvia cayendo al suelo.

La ciudad en oscuridad con algunas luces alumbrando el paso, la honestidad caminando de un lado al otro por su cabeza.

Tenía que ser honesto consigo mismo, recordarse errores del pasado para no cometerlos de nuevo, observar con cuidado sus movimientos y que, en cualquier momento podría caer.

Recaer.

Se debía de hacer preguntas, ¿podía tener una relación en ese momento? ¿Estaba bien mentalmente? Sin pensarlo podría decir que si.

Pero sabía que no.

Quería dárselo todo, merecía todo, pero de hace tiempo había dejado de ser un capricho que quería tener, no eran simplemente noches donde lo quería follar y hacerlo desobedecer, había más.

Era peligroso.

Vegas era su propia muerte, su lagrima, y su odio.

Incluso cuando ambos estaban rotos, uno había aceptado la oscuridad que había llegado como regalo, se adentró hasta que no hubo rastro de él.

El otro había tenido que aceptar la oscuridad, pero le negó la entrada a su persona.

He ahí la diferencia.

Entonces ese día que lo miro de nuevo en la escuela salieron temprano y fueron con los chicos a pasar el día, se sintió contento de que todos estuvieran reunidos.

Hasta que sintió la necesidad de dejar en claro que Pete era parte de el, todo iba bien hasta que el piquete de enojo en el pecho se clavó cuando un amigo de Jeff se acercó demasiado a él.

¿Era esa la vida que quería darle? Enojo que se convertía en tristeza.

Eran dos glaciares que pronto colapsarían, más bien, que Vegas haría colapsar si no comenzaba a buscar ayuda.

Jurar en vano no es bueno, prometer sin cumplir es malo, entonces todo lo que dijo antes se fue como si no hubiera existido.

Y Vegas, debes de tener en claro que las drogas no son ningún soporte, mucho menos te ayudarán a tener equilibrio mental.

Todo está en ti.

—Pero que difícil es.

Los cambios, las personas, todo.

La pantalla de su teléfono se prendió con un sonido.

"petee.andyou@gmail.com

¿vamos por un café?

9:40pm"

Sabía que podía ser su medicina, Pete llegaba en situaciones donde más lo necesitaba sin que realmente se diera cuenta.

"vegas.miki222@gmail.com

Ya paso por ti

9:41pm"

"petee.andyou@gmail.com
😽

9:41pm"

Besos.

—Besos que te quiero dar.

Emprendió camino hacia su casa, esperándolo en el lado de su ventana y mirando como bajaba sin dificultad.

Cayó en el césped sacudiendo sus manos y sonriéndole.

—Gatito —lo tomó por la cintura y Pete subió sus brazos a su cuello, dejando que Vegas dejara un pequeño beso en su mandíbula.

—Mis papás recién fueron a dormir —tapó su nariz con la bufanda.

—Que muchachito tan desobediente.

Aunque les tomaría algo de tiempo, caminaron hasta ir por café y pan, no podía creer que alguien como Pete estuviera con el.

Entre Nosotros - VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora