𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧: 𝙩𝙬𝙚𝙣𝙩𝙮

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Exactamente dos semanas habían pasado ya desde la aparición de Minho.

El estrés carcomía lentamente al castaño, apenas lograba conciliar el sueño o comer con normalidad, sus días se habían resumido, básicamente, en interrogatorios tras interrogatorios, y en tanto a sus padres... extrañamente, su padre se había quedado en casa esas dos semanas, y su madre, con suerte le había dirigido la palabra, pero luego de lo sucedido en el hospital, evitaba a toda costa mantener contacto visual con su hijo.

Con respecto a la escuela, aún no lograba encontrar las fuerzas para asistir. El saber que volvería a estar rodeado de sus compañeros y profesores, elevaba sus niveles de ansiedad incluso de sólo pensarlo, pero sabía que debía hacerlo en algún momento, por eso mismo se encontraba allí, justo frente a la puerta de la escuela, aún intentando regular su respiración.

ㅡ ¡Hey, Minho hyung! me alegra verlo de nuevo. ㅡ Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz grave y melosa de uno de sus compañeros de clase, Han Jisung.

ㅡ Oh, hola. ㅡ Minho intentó, con todas sus fuerzas, disimular su respiración agitada.

ㅡ ¿Se encuentra bien?... ㅡ El enorme instinto del pelinegro le advertía de algo, pero no sabía qué.

ㅡ Sí... sólo estoy algo ansioso por volver, nada más.

ㅡ Comprendo. ㅡ Casi como si esa respuesta hubiese activado automáticamente al menor, Jisung tomó las correas de su mochila, acomodándola y tomando un profundo respiro. ㅡ Entremos juntos entonces, prometo que nadie lo molestará, por lo menos, no en mi presencia. ㅡ Y nuevamente, la timidez de Jisung volvió a su cuerpo por un momento, encogiéndose avergonzado en su lugar. ㅡ Claro, si quiere...

Minho rió inevitable ante el intento fallido del menor por parecer intimidante. Una risa que le sonó extraña para sí mismo, puesto que la última vez que se había reído de aquella forma fue... con Jeongin.

ㅡ Me gusta la idea, vamos. ㅡ El mayor comenzó a caminar, ignorando el temblor de sus piernas y manos, mientras un hiperactivo Han lo seguía, fulminando con la mirada a quienes clavaban su vista curiosos sobre Minho.

Y una vez dentro del salón, aún vacío, miró su pupitre.

Flores, cartas, incluso algunos dulces decoraban aquel banco, tanto del lado en el que él solía sentarse como en el de su compañero ahora ausente.

Los ojos de Minho picaron, el nudo en su garganta dolió tanto que le fue imposible formular palabra o sonido alguno.

ㅡ Uno nunca sabe lo que tiene, hasta que lo pierde... ㅡ La mirada de Han estaba perdida también sobre el banco coloridamente decorado, y al final, soltó una risa tímida, sacudiendo su cabeza como si intentara volver a la realidad. ㅡ Lo siento, fue algo que leí en un post de Instagram... Es bonito lo mucho que lo decoraron, ¿no cree? todos pusimos algo para Jeongin y usted, incluso Changbin hyung dejó algo una semana antes de que apareciera.

ㅡ ¿Changbin?...

ㅡ Sí, dejó una carta y un tulipán amarillo... admito que también me resultó extraño, después de todo, él nunca habla con nadie y es un completo misterio... pero bueno, ¡yo dejé un chocolate y una carta también para usted, hyung! ㅡ Jisung habló emocionado, yendo hacia el banco y mirando con detalle los regalos dejados para su mayor, intentando encontrar el suyo.

Minho observaba, aún atónito.
Quitó la lágrima que había escapado por su ojo izquierdo.

ㅡ Jisung, ¿puedo sentarme contigo hoy?

ㅡ Oh... claro que sí, hyung... ¿no le gustaron los regalos?

ㅡ ¡Sí, sí! ㅡ Se apresuró a responder el mayor. ㅡ Sólo que no quiero sentarme solo...

Jisung asintió en respuesta, volviendo a su banco para sentarse y dejarle un lado disponible a su mayor.
Minho, antes de sentarse también, se acercó a su banco, tomando poco a poco todos los regalos que le correspondían, metiéndolos en su mochila, hasta que justo antes de terminar, sus ojos chocaron con un tulipán amarillo, algo marchitado ya, atado a un sobre de color blanco, sin indicios de nada escrito en el exterior.

Su curiosidad lo carcomía junto con el rencor. No sabía cómo sentirse al respecto, pero simplemente optó por guardar el regalo junto a los demás.

No sabía cuáles eran las intensiones de Changbin, pero sí estaba seguro de que el mayor no era ningún tonto ni tampoco hacía las cosas al azar... aquella flor, era la favorita de Felix.

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ㅡ Entonces, ¿qué piensas, hyung? ㅡ Jisung preguntó, con notorio entusiasmo y esperanza en su voz.

ㅡ Estás loco, Han Jisung...

ㅡ No eres el primero que lo dice, pero vamos, es una buena idea, ambos obtendríamos lo que más queremos. ㅡ El menor intentó persuadir al castaño, y Minho se preguntaba si estaba igual o incluso más loco que él por considerar la propuesta del pelinegro.

No sabía cómo ni en qué momento, pero Jisung había logrado distraer, entretener y hasta calmar al mayor luego de aquel día de clases, incluso habían logrado ganar tanta confianza con charlas al azar que el mayor le permitió al azabache que hablara informalmente con él, y ahora, Minho y él volvían juntos a casa, hablando sobre la grandiosa (y tal vez algo fantasiosa) idea de adoptar un gato en secreto de sus padres, tratándolo como un hijo de padres divorciados y turnándose para tenerlo en su casa cada que los padres del otro no estuvieran.

ㅡ ¿Cómo llamaríamos al gatito entonces? ㅡ Minho decidió seguirle la corriente a Han, incluso aunque supiera que eso nunca sucedería.

ㅡ Supongo que dependerá, pero podría ser Tofu, señor Miau o bigotes, lo típico.

ㅡ Bigotes... ㅡ La espina dorsal del mayor sufrió un terrible escalofrío, pero decidió ignorarlo.

ㅡ ¿Te gusta bigotes, hyung? ㅡ Jisung lo miró inocentemente, aún caminando mientras sostenía las correas de su mochila.

ㅡ Oh, no, de hecho... señor Miau es lindo, me gusta. ㅡ Minho sonrió muy ligeramente, contagiando a su acompañante.

ㅡ Bien, entonces así será. ㅡ Devolviendo su vista al frente, Jisung volvió a divagar en sus pensamientos mientras seguían caminando, en un silencio cómodo y tranquilo.

Incluso en compañía del pelinegro, Minho no había dejado de pensar en Hyunjin, y más que nada, en la razón desconocida por la que este no había asistido a clases ese día.

De tanto pensar, apenas notó que ya se encontraba frente a casa del menor.

ㅡ Aquí es, gracias por acompañarame, hyung. ㅡ Jisung sacó sus llaves, abrió la puerta, y antes de abrir, volteó a ver a su mayor una última vez. ㅡ Y recuerda, cualquier cosa que necesites, o si sólo quieres pasar el rato, puede llamarme o mandarme algún mensaje.

ㅡ Lo mismo digo, gracias por hoy, Sung, realmente alegraste mi día, nos vemos mañana. ㅡ La sonrisa sincera de Minho, junto con sus palabras y el apodo usado, hicieron que las mejillas voluminosas del menor se encendieran y soltara una risa suave, despidiéndose dulcemente antes de entrar a la casa.

Con intenciones de volver a su hogar, Minho continuó su camino, ignorando nuevamente aquel picor en su nuca y la sensación punzante de sentirse observado.

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1183 palabras

𝘮 á 𝘴 𝘤 𝘢 𝘳 𝘢  𝘥 𝘦  𝘳 𝘢 𝘵 ó 𝘯 ☆ 🄷🅈🅄🄽🄺🄽🄾🅆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora