𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧: 𝙩𝙝𝙞𝙧𝙩𝙚𝙚𝙣

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Las manos de Jeongin no paraban de temblar, su respiración poco a poco iba perdiendo coherencia y sentía que el mundo se le venía abajo.

Otro ataque de ansiedad en plena clase.

Minho lo había notada incluso antes de que empezara la hora, su mejor amigo no era precisamente el mejor ocultando sus síntomas de ansiedad. O tal vez, para Minho no era difícil reconocerlos después de haber lidiado tanto con ellos.

Jeongin cerró sus ojos, comenzado a sudar, intentando regular sin éxito su respiración.
Por otro lado, Minho sacaba un cuaderno, abriéndolo en una página vacía para poder dibujar.

El mayor no era el mejor de todos dibujando, pero por alguna razón, dibujar gatos se le daba estupendo.

Con esmero, dibujo un tierno gatito sobre la hoja, con una mirada triste, y debajo, escribió un pequeño texto.

"Bigotes está triste porque no tiene un amigo, ¿podrías intentar crearle un amigo a Bigotes?"

Dobló la hoja y la pasó con delicadeza por el escritorio hasta dejarla frente a su compañero de banco.

Jeongin abrió los ojos y vio el papel. Con curiosidad, lo tomó torpemente y lo abrió, sonriendo muy sutilmente al ver el contenido.

Tomó entonces un lápiz, aún con sus manos tiritando en demasía, e intentó dibujar un gatito junto al otro, escribiendo también algo al final, devolviéndole luego el papel a su mejor amigo.

Minho abrió este, y al ver el contenido, tuvo que contener su risa, ansiosa por salir en forma de carcajada.
El gato dibujado, definitivamente no tenía forma de gato.

ㅡ ¿Así dibujas un gato, Innie? te falta algo de práctica. ㅡ Susurró, sólo para que el menor lograra escucharlo, y este lo miró con el ceño fruncido, dándole un ligero codazo en el brazo.

Minho planeaba seguir burlándose de su mejor amigo, pero al ver lo escrito en la hoja, su risa se detuvo.

"Lo siento, Min"

El miedo lo recorrió completamente, de pronto, la tinta de la hoja comenzó a escurrirse hasta manchar sus manos.
Asustado, volteó a ver a su amigo, pero este mantenía la vista en frente.

Ahora Jeongin se veía demacrado, completamente desnutrido y pálido, casi como un cadáver en descomposición, sus ojos estaban grisáceos y perdidos en un punto aleatorio.

Minho recorrió el salón, de un momento a otros todos habían desaparecido, excepto su mejor amigo.

ㅡ J-jeongin, ¿qué sucede?

ㅡ Min... Minho, somos mejores amigos, tienes que perdonarme. ㅡ Jeongin clavó sus ojos muertos sobre los del mayor, y este, se levantó de su asiento sobresaltado, comenzando a retroceder hasta chocar con una pared fría.

ㅡ Detente... ㅡ El castaño estaba horrorizado, con el corazón palpitándole con fuerza por pura adrenalina, pero Jeongin no cedía, se levantaba de su asiento también y, poco a poco, iba acercándose cada vez más al mayor. ㅡ ¡Aléjate de mí!

ㅡ ¡Por favor, por favor, por favor! ¡tienes que perdonarme, somos amigos, Minho! ¡somos mejores amigos!

El castaño cerró sus ojos con fuerza, comenzando a sollozar y soltar hipidos a la vez que se hiperventilaba, liberando lágrimas de terror sin control, con todo su cuerpo tiritando hasta que sus músculos se sentían entumecer.

ㅡ ¡Hyung, despierta! ㅡ Aquella dulce voz, con un tono de obvia preocupación, hizo que Minho abriera sus ojos nuevamente.

Aturdido, miró a su alrededor. Encontrándose a sí mismo ahora sentado en una cama de suaves sábanas blancas y una habitación completamente distinta a la que se había acostumbrado estos últimos dos meses.

ㅡ ¿Estás bien? creo que no soñaste algo muy bueno, recuestate otra vez, hyung. ㅡ Hyunjin, quien estaba sentado a su lado, tocó el hombro del mayor con suavidad, pero aún así, el castaño no pudo evitar sobresaltarse debido a lo aturdido que estaba.

ㅡ ¿D-dónde estamos? ㅡ Preguntó aún agitado, quitando el sudor de su frente.

ㅡ En mi cuarto. Te desmayaste, supongo que por el estrés y por no estar comiendo bien, así que decidí limpiarte y traerte aquí hasta que estés mejor. ㅡ Una vez que el pelirojo notó que Minho volvía a estar en sí, intentó nuevamente tener contacto con él, acariciando con suavidad la mejilla del chico. ㅡ Espero que no te moleste tener que dormir conmigo por un tiempo, pero no quiero que vuelva a pasarte nada como lo de hace rato... Honnie hyung, perdóname por exponerte a tanto estrés.

Minho estaba sin palabras aún, para ser sincero, creía seguir soñando.

ㅡ Está bien... la verdad, en parte agradezco lo que pasó... me pregunto si hubiese publicado las fotos si no me hubieses secuestrado. ㅡ El castaño soltó una risa suave, casi melancólica. ㅡ ¿Sabes? es gracioso que estos últimos dos meses me hayan sido más tranquilos y felices que toda mi vida... claro, exceptuando este día...

Hyunjin parecía no verse muy contento con el comentario del mayor, y Minho se preguntó internamente la razón, pero en cambio, el menor sólo suspiró suavemente.

ㅡ ¿Cómo podría hacer que este día mejore, hyung? ㅡ El pelirojo miró al contrario a los ojos, indagando.

Sin saber porqué, las mejillas del castaño tomaron un color carmín, sintiéndose nervioso de pronto.

ㅡ ¿Hyung?

ㅡ Bésame.

Hyunjin fue esta vez quien quedó en shock, completamente sorprendido. Las mejillas de este también tomaron color y temperatura, las palabras tardaron en salir de sus perfectos labios, pero no dudaron más en obedecer.

Hyunjin pegó sus belfos a los del mayor, uniéndose en un beso profundo y dulce, subiendo una de sus manos hasta la nunca de Minho, enredando sus dígitos sobre las largas hebras castañas de este, intensificando el beso.
Minho no tardó en corresponder, intentando tocar el cuerpo del menor, pero siendo detenido por las cadenas de su muñeca.

Hyunjin, al oir el tintineo, se separó, mirando el problema y soltando una risilla divertida.

Tomó las cadenas de Minho y lo liberó por completo, aprovechando aquello para sentarse sobre el regazo del mayor y volver a unir sus labios una vez más, en un beso mucho más necesitado.

Las manos de Minho viajaron temblorosas hasta la cintura del pelirojo, tomándola con firmeza y provocando que un jadeo se escapara del los labios de Hyunjin.

Ambos volvieron a separarse, agitados, con el sonrojo en sus rostros al máximo, y también, una ligera molestia en sus pantalones.

ㅡ ¿Quieres que me detenga, hyung?

Y aquella pregunta, fue suficiente para iniciar un debate mental intenso en la cabeza de Minho.
¿Realmente él quería que Hyunjin se detuviera?

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1071 palabras

𝘮 á 𝘴 𝘤 𝘢 𝘳 𝘢  𝘥 𝘦  𝘳 𝘢 𝘵 ó 𝘯 ☆ 🄷🅈🅄🄽🄺🄽🄾🅆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora