Capitulo 13

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Cuatro meses, sin verla pero siempre con la esperanza de que volviera, todos los días buscaba en hospitales, iba a su trabajo, a la comandancia con la ilusión de encontrar la mínima pista de su paradero. No permití que la desolación ni la desesperación me consumieran y es que yo sabía que ella esta viva, fueron días tras días en dónde tenía que explicarles a mis pequeños hijos la ausencia de su madre.

Mi vida tomo una rutina monótoma, trabajar, buscarla, ver a mis hijos en la noche, dormir; todo acabo una mañana.

- Buenas Tardes, habla el sargento Cornejo, lamento informarle que hemos encontrado un cuerpo que coinside aparentemente con su esposa.-

Las rodillas me fallaron, no,no,no, mi mujer no estaba muerta, ella va a volver, va a volver.

- No puede ser ella, tiene que haber un error. Digame en que hospital se encuentra.- pedí con voz cargada de pánico.

- Lo lamento Sr. Rivas pero el cuerpo que encontramos esta en la morgue.- fue todo lo que necesite para quebrarme.

Grité, grité de dolor, de impotencia, no podía haber muerto mi Vanessa. ¿Que iba a ser de mi sin ella?, ¿Mis hijos ya no verían a su madre?, eso significaba que tambien había muerto nuestro bebé.

Media hora más tarde seguía en el piso de mi casa, acariciando la foto de nuestra boda, ella se veía tan hermosa, cuando la conocí no fue en las mejores circunstacias todavia puedo recordar el miedo en ese par de ojos tan raros, pero doy gracias de haberla conocido, con ella conocí el significado de felicidad, es que no lo podía creer, ella estaba viva yo lo sabía, Dios no podía quitarmela, ella era mi fuerza, siempre me causo ternura el que ella me llamará vida, lo que ella no sabía es que si yo tenía vida era por ella y ahora tal vez había muerto.

Puede ser un error, tal vez no es ella. Si es eso, no es ella, ella va a volver, tiene que volver a mí.

Conduje por las calles en modo automatico repitiendome una y otra vez que no era ella, que la vida no podía ser tan injusta y que ella estaba con vida en algún lugar.

- Hola, buenos días, el Sargento Cornejo me espera.- fue lo único que pude decirle a la recepcionista, tragando fuertemente el nudo en mi garganta.

- Pase lo esta esperando en su oficina.- asentí y camine en la dirección que me indico.

Toque un par de veces y la voz del Sargento me indico que podía pasar.

- Lamento mucho encontrarnos en esta situación Sr. Rivas. El cuerpo lo encontramos en la madrugada, esta en un estado de descomposición bastante avanzado por lo que visualmente no es posible reconocerla.-

- Quiero verla.- no lo aceptaría hasta verla con mis propios ojos.

- Como le dije el cuerpo se encuentra en pesimas condiciones, es un shock verla.-

- No me importa, tengo que verla.- pedí con resolución.- Por favor, por favor, dejeme verla.- mis ojos estaban inundados de lágrimas.

- De acuerdo, pero antes tengo que mostrarle los objetos que encontramos en el cuerpo. Tal vez reconozca algo.- dijo abriendo su escritorio y sacando un bolsa transparente. Saco los objetos e inmediatamente uno llamó mi atención.

No puede ser, es mentira, extendí mi mano temblorosa para tomar el relicario que le regalé antes de que desapareciera.

El día que lo ví no pude evitar entrar a la joyería y comprarselo, quería que siempre que quisiera viera la hermosa familia que eramos.

Lo acerqué a mi pecho y los sollozos salieron por mi boca de lo profundo de mi pecho, habían encontrado a mi Vanessa, ella se había ido, me la habían arrebatado.

- Veo que lo reconoce, ¿pertenecía a su esposa?- preguntó, yo sólo pude asentir, no podía hablar.- Lo encontramos en la mano del cuerpo. ¿ Aún quiere ver el cuerpo?.- asentí, ahora más que nunca tenía que verla.

- Como quiera, acompañeme.- caminamos atra vez de largos pasillos, colgue su relicario en mi cuello y lo apretaba con mi mano, jamás pensé tener tantas lágrimas, no soportaba el dolor en mi pecho.

Llegamos a una sala, abrió la puerta, la temperatura era tan fría, tan fría, como el frío que sentía en mi corazón, me dejó pasar primero, solo había una placha y un cuerpo en una bolsa negra. Mi respiración se acelero.

Por favor, Dios hazme un milagro y que no sea ella.

- Lo haremos cuándo este listo Sr. Rivas.- dijo Cornejo al lado de la plancha.

Cada paso que daba me acercaba más a ese cuerpo, en mi mente se reproducían miles de imágenes de ella, la primera vez que la ví, nuestro primer beso, cuándo la hice mía, Vanessa embarazada, el nacimiento de nuestros hijos, ella riendo, ella diciendome que me amaba.

Te amo vida... nunca lo olvides pase lo que pase, siempre te amaré.

Llegué a la plancha, solo asentí hacia el Sargento, el tomo el cierre de la bolsa y lo bajó. Lo que vi fue peor que una bala en mi pecho, era una mujer con el rostro desfigurado, con el cabello caoba como mi Vanessa, escuche un grito desgarrador, me tomó un momento darme cuenta que el que grito fui yo. Levante la mano y acaricie su cabello.

- No bebé, ¿Porqué me dejaste?, yo te amo nena, vuelve a mi, por favor vuelve a mi, no nos dejes solos Vanessa.- pedí entre el llanto que parecía no tener fin.

Cornejo cerró la bolsa, alejando de mi vista la imágen más horrorosa que haya visto alguna vez.

- Es suficiente Ángel, no necesita seguir viendo esto, salgamos de aquí.- pidio viendome con lástima.

- No me voy a ir, no la voy a dejar sola. Escuchaste bebé no te voy a dejar sola otra vez nena. Perdóname Vanessa, yo debí cuidarte mejor, perdoname, por favor nena, te amo, te amo nena, no quiero estar solo, ¿porque me dejaste?.- dije aferrandome a aquella bolsa negra.

- Lo siento pero no se puede quedar aquí.- dijo mientras me jalaba hacia la puerta y me alejaba del cuerpo de mi esposa.

- No dejeme, maldita sea, no la voy a dejar sola.- dije entre gritos forcejeando.

- Ella está muerta.- dijo cerrando la puerta.

Ella esta muerta, no, ella ya no esta conmigo, ella se ha ido, besé el relicario.

Perdóname nena, no te supé cuidar, perdóname, te amo, siempre te amaré.

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Hola chicas, un capítulo triste, ahora sabemos que paso cuándo Ángel se entero de la supuesta muerte de Vanessa.

Comenten y voten. Nos vemos en el próximo capítulo.

Secuestrada por un hombre lobo #Watty2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora