Capitulo 4

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Toda mi vida había esperado este momento, el poder tener a mi luna junto a mi pero las cosas no siempre son como uno las imagina. Ella me obligó a lastimarla, ella con sus constantes negativas, con ese matrimonio estúpido, con esos hijos que solo debía tener conmigo, le entregó a un simple humano lo más hermoso que tenia su virginidad, eso era algo que yo annhelaba con todo mi ser, que por derecho era mio, la perdone por ese error, mi amor por ella iba mas allá de eso, no entiendo porque no siente el vínculo que nos une, no entiendo porque no me ama. He esperado tanto que duele, la primera vez que la vi fue cuando ella tenía casi diez años, mi lobo rugió de éxtasis al olerla, su aroma me cautivo y es que jamás había conocido a alguien con ese olor, ella huele a vainilla, me recuerda a las galletas, iba corriendo detrás de una pelota en un parque que se encontraba cerca del orfanato donde creció, ella no lo recuerda pero ese día estuvo a punto de ser atropellada yo no pensé solo corrí a salvarla de una muerte segura, y es que en el momento que vi sus ojos posarse en mi algo dentro de mi ser quedó prendado de ella, pero como no iba a enamorarme de su mirada si eran únicos sus ojos tenia un ojo verde y otro azul me recordaba a el bosque en un día despejado, quería ofrecerle una familia, una hermosa casa, lindos cachorros mios y de ella, quería cumplir todos esos sueños con ella, quería ofrecerle todo lo que no tuvo, pero una vez más las cosas no son como uno las imagina, después de haberla visto esa primera vez, seguí llendo cada día a ese parque solo para verla, para cuidarla y es que no entendía como era que sus padres la habían dejado en ese orfanato sola, pero me prometí a mi mismo cuidarla de todo y de todos, así fueron pasando los años, ella creciendo, convirtiéndose día a día en una hermosa joven que empezaba a atraer miradas de cualquier estúpido que creía poder tomar lo que es mio, cuando mi luna, cumplió dieciséis tuve que alejarme de ella, y fue ahí cuando cometí mí primer error, el no haberla llevado conmigo, el dejarla libre para que cualquier hombre me la arrebatara y es que ella no lo sabia pero me pertenece, ella sólo podía ser mía, durante los años que estueve lejos de ella solo su fotografía me acompañaba en mi soledad, la extrañe tanto, me imaginaba la primera vez que dijera mi nombre, la primera vez que la besará, la primera vez que la hiciera mía y es que yo me encargue de desaparecer a cualquier chico que se acercará a ella pero no me decise del mas peligroso del maldito de Ángel, y es que clase de hombre es ese, hasta en eso eramos opuestos mi nombre definía mi personalidad, Damon, yo era un demonio y cómo tal iba a luchar por mi mujer.

Volteé mi vista a los asientos de atrás para observar a mi luna, era tan hermosa haría lo que fuera para tenerla conmigo, incluso matar, no me importaba nada si al final la tenía conmigo, nada me iba a detener ni siquiera ella o aquel bastardo que se encontraba alojado en su vientre, ya le daría yo cachorros que amar, si es que todavía existía, me dirigía a mi casa ahí nos esperaba un doctor para curarla. Llegue a mi mansión a las afueras de las ciudad, la cargué con sumo cuidado, no pude evitar absorber su aroma, un gruñido salió del fondo de mi pecho, mi lobo exigía que la marcáramos como nuestra pero no lo haría al menos no por el momento. Un pequeño relicario llamo mi atención, se lo quite y lo guarde en mi bolsillo, habia estado presente cuando el imbecil de su marido se lo obsequio, gracias a mi oido desarrollado pude escuchar como le decia que estaba nuevamente preñada, ese fue el tope de mi pasiencia, en la cafeteria le di una última oportunidad de aceptarme por las buenas, pero ella me rechazo una vez mas, me vi obligado a lastimarla pero juro que será la unica vez que lo haga, tenia que desaserme del bastardo que se encontraba anidado en su vientre, esperaba que lo perdiera, no me importaba matar si al final la tendria a mi lado pasaria sobre quien sea, la haria amarme, si no era mia no iba a ser de nadie.

Deje que el doctor la revisara, eso si en mi presencia, nadie volveria a tocarla si yo no estaba presente, es mia, solo mia, la voz del médico me saca de mi mente.

- disculpe puede repetir lo que dijo no lo escuche - dije confundido y ansioso por saber como se encontraba mi luna, una minima parte de mi se sentia culpable pero yo sabia que lo que hice fue por el bien de ambos

- le estaba diciendo que su esposa tiene una fuerte contusión en la cabeza, lamentablemente perdió a el bebé - tuve que luchar para que no naciera una sonrisa, no por su contusion sino por la perdida de ese pequeño estorbo - lo más conveniente es llevarla a el hospital

- No un hospital no - negué rotundamente, si la llevabamos a una clínica empezarían las preguntas y mis planes no eran que regresará al lado de ese maldito

- de acuerdo es su desición pero debo advertirle que puede haber secuelas debido a el fuerte trauma que a sufrido - eso llamó enormente mi atención, yo solo quería que perdiera a ese bebé, no quería dañarla a ella más de lo necesario, una sensación de pánico inundó mi corazón

- ¿ que clase de secuelas?- pregunté con la ansiedad y el miedo reflejados en mi voz

- pueden ser desde perdida de la motrocidad, dificultad del habla, existen un sin fin de posibilidades - dijo viendome duramente, imaginando que no me importaba, que no la amaba lo sufieciente, y por eso me negaba a llevarla a un hospital pero lo que el no sabia que era mi inmenso amor por ella lo que me detenía a llevarla, era el miedo de que la alejaran nuevamente de mi.

- Debe de traer todo lo que necesite para que tenga los mejores cuidados, no importa cuanto cueste, el dinero no es problema.

Por la noche mi habitación parecia un jodido cuarto de hospital pero no importaba con tal de que mi luna estuviera bien, esa noche tuvieron que indusirla a un coma para que bajara la inflamación de su cerebro. Pasaron dos eternas semanas de agonía en donde Vanessa estaba recostada sobre mi cama, sobre la que sería de ahora en adelante nuestra cama. Por fin la hinchazon cedió y hoy la despertarían, me sentía bastante nervioso pues hoy también se enteraría que estaba secuestrada, secuestrada por un hombre lobo.

- ¿Esta listo? - preguntó el doctor, mientras le inyectaba algo en el suero - en unos minutos despertará, es necesario evitarle emociones fuertes. - un movimiento hecho por mi luna me llamó la atención, ella estaba despertando, inmediatamente me acerque a ella y tome su mano, lentamente abrió sus ojos y posó su mirada en mi.

- Hola, ¿como te sientes? - pregunté cautelosamente

- bien, tengo sed- contestó con la voz ronca, inmediatamente le acerque un poco de agua- ¿ que me pasó? - preguntó levantando su brazo con el suero.

- te atropellaron - dije extrañado de que no lo recordara y no huyera de mi tacto, voltee a ver a el médico que negó con la cabeza

- ¿atropeyaron? Dios, yo no, no lo recuerdo, me siento tan confundida- dijo observando a su alrededor, despúes fijo su mirada en nuestras manos unidas- ¿quien eres?, ¿donde estoy?, ¿ quien soy?- preguntó en un ataque de ansiedad, no podía creer mi buena suerte, ella no recordaba nada.

- ¡¡calmate!! Por favor todo esta bien, responderé lo que quieras, solo tranquilizate - esta era mi oportunidad, la oportunidad de que las cosas fueran como siempre debieron de haber sido - Te llamas Luna, estamos en casa y yo soy Damon, tu esposo...

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Gracias por sus votos y comentarios, no lector@s fantasma, 7 votos y 3 comentarios y sigo.

Les dejo una foto de Damon.

Secuestrada por un hombre lobo #Watty2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora