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El domingo llegó en un abrir y cerrar de ojos.

El almuerzo familiar había sido programado para medio día, así que Emilio tuvo tiempo para despertarse justo a las diez de la mañana y poder arreglarse como era debido.

Usó un conjunto algo simple pero que en él lucía como la pieza de confección más cara y elegante que consistía en una camiseta negra con un pantalón del mismo color, sumado unas correas blancas que hacían contraste. Su cabello esta vez caía libremente, pero había sido perfectamente secado para que no se mirase despeinado.

Faltando media hora salió de su casa directo a recoger a Jieun, pues se había ofrecido a llevarla y traerla directamente.

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Joaquin, por su parte, había sido invitado al almuerzo en la casa azul debido a que sus padres siempre estaban presentes en estos cuando era día domingo, pero él rara vez aceptaba la invitación. Esta iba a ser otra ocasión en la que declinaría de la propuesta, de no ser por que su madre menciono algo sobre que Emilio quería presentar formalmente a una "chica importante", ahí fue cuando su curiosidad apareció, no por el hecho de que le interesara tanto el chico, sino, quería ver como se iba a comportar la omega si lo veía ahí, si iba a seguir siendo tan doble cara.

Así que ese día se despertó más temprano de lo que usualmente lo hacía los domingos para poder ducharse.

Su vestimenta era un simple pantalón negro de vestir junto a una camiseta guinda abotonada, logrando lucir solo como Joaquín Gress.

El alfa decidió secar su cabello para alisarlo, y el toque final fueron las sutiles sombras oscuras que puso en sus ojos. Él sabía que a su madre no le gustaba cuando usaba maquillaje por más sutil que fuera, pues decía que era un alfa y debía verse masculino. A Joaquín no podía importarle menos, al igual que su padre que nunca le reprochó nada.

Su chofer aún seguía reposando debido a un accidente que sufrió en su casa, así que le pidió a Dylan que lo llevara, y su mejor amigo incondicional lo hizo.

—Hola. Uy, que guapo.—Fue lo primero que dijo el omega cuando miró a Joaquín.

—Yo siempre.

Ambos rieron.

—¿A donde quiere que lo lleve el señorito Gress?— Bromeó, pues sabía hacia donde iban.

—A la casa del presidente, por favor.— Joaquín le siguió el juego.

Fueron platicando agradablemente durante todo el camino, hablando sobre sus planes para vacaciones de verano y lo bien que la pasarían en la playa a la que irían.

—Mi padre nos vio cuando íbamos ayer pasando por su local y me preguntó si eras mi novio. Joaquin ya te dije que debes dejarme de tomar la mano cuando caminamos.—Se quejó divertido, ambos sabían que no lo decía enserio.

—Primero confiesa tu amor por mi y hablamos.— Bromeó el alfa.

—Mira que me quedaré solo por tu culpa, todos los alfas piensan que eres mi pareja.

—Quiero que me digas lo mismo cuando estés en celo.

—¡Joaquin! No menciones eso así nada más.

El rubio se echó a reír a carcajadas.

—Por cierto el próximo viernes me llega.— Añadió el omega.

—Bien, está mejor, así solo faltaremos ese día.

Dylan asintió guardando silencio.

Era muy normal hablar de sus celos entre ellos, pues al ser amigos desde los trece años habían desarrollado una enorme confianza entre ellos, tanto así que después de pasar su primer celo solos a la edad de diecisiete y ver lo horrible que era, decidieron ayudarse entre sí, y así lo habían hecho desde entonces.

Alfa Dominio/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora