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—Creo que ya se ha ido el olor a omega.— Había dicho Joaquín después de pasar su cuerpo por todas las sabanas.

Emilio no podía decir mucho, estaba sintiéndose extraño al estar abrumado por el aroma fuerte a eucalipto, su lobo reaccionaba de una manera inquietante, y quiso suponer que se debía a que el aroma de otro alfa en su habitación debía sentirlo como una amenaza o algo por el estilo.

—Oh, sí.— Se obligó a salir de su trance. —Gracias.

Joaquín solo había asentido para ponerse de pie, inhalando profundamente el ambiente, encontrando su aroma y el del otro alfa combinados, sumándole a que la ropa que llevaba puesta era del alfa, y por lo tanto tenía su olor.

La situación estaba rozando lo incómodo, pues ambos se habían quedado viendo fijamente sin decir nada.

Entonces Emilio se acercó, ni siquiera él mismo sabía por qué lo hacía.

El rubio estaba totalmente extrañado ante el comportamiento que estaba teniendo el peli negro después de la pelea en la piscina.

Como había pasado de estar totalmente enojado a guardar silencio y ofrecerle ropa. Sin duda pensaba que debía tener problemas de bipolaridad.

Justo cuando estuvo más cerca meneó su cabeza, como si quisiera deshacerse del pensamiento que en ese momento rondaba por su mente. En cambio, palmeó "amistosamente"  el hombro de Joaquín.

—¿Te llevo?— Había cuestionado, tomando distancia.

Y fue evidente que algo había incomodado a Joaquín, pues el rubio había negado.

—No te preocupes. Le diré a un chofer que me lleve. Ya es tarde.

Y sin siquiera esperar respuesta salió inmediatamente de la habitación.

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Habían pasado ya dos semanas desde la fiesta de cumpleaños del presidente.

Tanto Joaquín como Emilio no habían vuelto a cruzar palabras desde ese día, pero sus miradas se encontraban con frecuencia para terminar desviándolas con incomodidad.

Joaquín incluso había comenzado a pasar recesos en la biblioteca, usando su celular, pues ya no quería seguir acompañando a Dylan a sentarse con Ethab y sus amigos.

En parte porque seguía molesto con el omega, y en parte porque no quería toparse a Emilio, pues entre ellos había aparecido una innegable tensión producto de lo que sucedió aquel día.

Prefería ahorrarse incomodidades.

Pero ese viernes ninguno de los dos pudo escapar más del otro.

El presidente los había invitado a una cena, Joaquín se había negado diciéndole directamente a su padre que lo disculparan debido a que su chofer seguía en el hospital.

Pero salió peor cuando le dijo que Emilio le haría el favor de pasar por él, que ya estaba hablado.

Para el alfa peli negro también había sido una sorpresa, pero no iba negar que había algo de curiosidad en su ser acerca de como iba a reaccionar Joaquín, y él, si ahora debían interactuar de manera obligatoria.

Fue así como a las ocho de la noche de ese día, que Emilio había vuelto a usar el chat del alfa rubio, diciéndole que lo estaba esperando afuera.

Joaquín salió después de unos minutos, aunque no había contestado el mensaje era posible apreciar las dos palomitas azules en confirmación a la lectura de este.

Su cabello ondulado caía casualmente por su frente. Vestía una camiseta negra y un pantalón gris con correas que lucían extremadamente bien en él.

Cuando subió al auto Emilio pudo apreciar el sutil maquillaje que este llevaba puesto.

Alfa Dominio/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora