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Joaquin había estado evitando las reuniones en la casa azul desde hace tres semanas, y de la misma manera a Emilio.

Hubo algo en aquella plática en el desayuno que habían compartido que le había hecho sentir extraño, y era el hecho de que se había dado cuenta de que en definitiva estaba sintiendo cosas extrañas por el alfa peli negro.

Aquel sutil coqueteo, el que Emilio haya declarado que no había sido desagradable pasar su celo con él, incluso la confesión sobre que lo quería solo para él la noche anterior a eso, todo había sido un conjunto de cosas que hacían sentir al rubio como si no tuviera control de su sentir.

Se encontró pensando más en Emilio que en Dylan, y a pesar de ser algo bueno el ya no tener a su mejor amigo en mente las veinticuatro horas, seguía siendo inquietante.

Salió de una para meterse a otra.

Lo peor de todo fue cuando después de una semana del desayuno, Dylan le pidió que fuera a comer con él, su novio, y los amigos de este. Joaquín se había negado y el omega se había enojado por eso, diciéndole que estaba descuidando su amistad.

El rubio no quería ver a Emilio, porque este en redes sociales subía fotos con su novia en las que se veía muy feliz, y Joaquin se sentía en desventaja al estar tan confundido.

—¿Entonces simplemente planeas ignorarlo hasta el final de los días?

El alfa asintió ante la pregunta de su mejor amigo, dejándose caer en la cama.

Dylan rió, mirándose en el espejo situado en el tocador de Joaquin.

—¿Si sabes que eso será imposible, verdad?

El alfa gimió frustrado pretendiendo querer asfixiarse con una almohada.

—Pues lo haré tan posible como pueda.

El omega rodó los ojos, dejándose caer a su lado.

—Emilio llevó a su novia el viernes pasado al antro. La chica es una pesada que al pobre se le veía el fastidio en la cara.— Informó.

—No me interesa.— Trató de convencerse.

—Te lo digo porque hoy es viernes y es seguro que también la lleve.

—Bien por él.

Dylan no pudo evitar reírse a carcajadas, ganándose una mala mirada de parte del alfa.

—Si te interesa. Emilio te gusta, tu también le debes de gustar. Solo es cuestión que vayas hoy conmigo al antro, lo beses enfrente de su novia y la saques del camino.— Recitó entusiasmado.

—Jodidamente no. Primero, no ire. Segundo, mucho menos lo besaré; y tercero...— Elevó la voz.— Incluso si él besara a alguien más frente a ella es capaz de hacerse la ciega con tal de seguir con él.

A Jieun le interesa su estatus y dinero.

—Entonces con más razón debes darle un maldito buen beso para que él sea quien la mande a volar.

Esta vez fue el turno de Joaquin para reír.— Él no la mandará a volar porque el jodido presidente está encantado con que se haya conseguido una excelente novia. Es más probable que se casen pronto a que termine con ella.

Dylan bufó, frustrado.

—¿Así de idiota es?

Joaquin asintió.— Es desesperante. Por eso iré al antro pero no para estar con él, veré si encuentro al alfa de aquella vez.

—¿El tal Taemin del que saliste corriendo?

—Sí, pero esta vez iré hasta el final. Necesito sexo.

Alfa Dominio/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora