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Joaquin había estado faltando a clases durante una semana, así como también había estado evitando a todo aquel que no fuera Dylan, Alejandro, o Taemin, quien ya sabía de la situación.

Su celular permanecía apagado la mayor parte del tiempo, y agradeció que sus padres tuvieran demasiados problemas con su matrimonio como para molestarlo.

Emilio había interceptado a Dylan en la universidad, preguntando sobre por qué Joaquin no hacía acto de presencia, pero este solo le decía que no había tenido contacto con él, lo cual no era para nada creíble.

Y es que el alfa peli negro estaba bastante inquieto, no solo él, también su parte animal. Cada día que pasaba estaba más convencido de aquella verdad que no se atrevía a decir en voz alta.

Además, Jieun se había vuelto algo molesta con el tema del embarazo, pues quería su atención las veinticuatro horas y usaba supresores de aroma, alegando que le era molesto.

Pero Joaquin ignoraba todo eso, pues el creía que Emilio solamente estaba preocupado por aquella omega, pensando en su hijo y su futura boda.

Pero ese Jueves en especial, se había despertado decidido a dar un gran paso.

Comenzó por ducharse temprano, ya que no lo hacía hace dos días en los que había decidido hundirse en su miseria. Después, decidió admirarse al espejo, su abdomen seguía plano, y eso lo tranquilizaba. Las náuseas matutinas seguían ahí, no podía hacer nada para evitarlas.

Al terminar de vestirse de una manera presentable como es habitual en él, le dió un vistazo a su celular, encontrándose con un montón de mensajes de Alejando en los que le daba información sobre grupos que te orientaban en el proceso de aborto.

Decidió ignorarlos por un momento, dedicándose a secar su cabello de manera cuidadosa.

Apenas la noche anterior le había dado un subidón en medio de su "depresión causada por el embarazo" y había comprado material para decolorar sus raíces negras, quedándose despierto hasta las dos de la madrugada haciendo el proceso.

Pero el resultado valía la pena, incluso ese detalle le había ayudado a sentirse mejor consigo mismo.

Cuando estuvo satisfecho de su aspecto tomó las llaves de su carro, dispuesto a conducir hasta la escuela.

Estuvo al rededor de media hora conduciendo por las calles de Seúl, yendo a tiempo para entrar a clases a pesar de que no lo haría.

Una vez llegó, pudo sentir las miradas en él. Su parte paranoica le hacía creer que todo el mundo sabía de su condición, de su embarazo. Pero no, solo era la gente curiosa de verlo por ahí después de su ausencia por más de siete días.

Dylan lo saludó apenas lo miró, dandole un reconfortante abrazo.

—¡Debiste decirme que venías!—Le dijo, aún sin separarse de él.

—Solo vengo a darme de baja, Dy. —Explicó, mirando como Ethan llegaba a ellos, saludándolo con un asentimiento de cabeza que fue correspondido.

—Igual, dios. ¿Has desayunado?

—Sí.— Mintió. En realidad no tenía apetito pero no quería preocupar a su amigo.

El omega pareció convencido, sonriéndole.

—Te dejo. Ahí está tu novio.— Señaló con su cabeza.— Debo hacer esto rápido para irme a descansar.

—Suerte. Quizás te visite más de rato.

Joaquin asintió, besando la mejilla de su mejor amigo antes de irse por el lado contrario de aquel pasillo, justo a donde estaba la directiva.

Para su buena suerte, le tomó menos de una hora llevar a cabo el papeleo. Tuvo trabas, pero finalmente obtuvo sus documentos de vuelta, pudiendo salir de ahí con el objetivo de llegar a su casa.

Alfa Dominio/OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora