Capítulo 8

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Charles le entrega el coche a un chófer y nos acercamos juntos a la alfombra roja. Es la primera vez que hacemos acto de presencia juntos en un lugar con tantas personas.

Aún estoy enfadada con él y no quiero ni siquiera mirarle, pero no me queda otra que poner una sonrisa en mi cara y pegarme a él cuando los flashes nos atacan.

— Estás preciosa — dice y me mira, sé que lo dice para que los demás lo oigan, pero algo en el fondo de mi desearía que lo dijese enserio — mi Mara — me deja un pequeño beso en la frente y se me estremece el cuerpo.

"Mi Mara" el hijo de puta estaba clavando el papel a la perfección, porque hasta yo empezaba a creer que algo de aquello era cierto.

Hay algunos pilotos en la alfombra e incluso puedo ver a periodistas de renombre caminar por ella, eso consigue ponerme nerviosa, era fácil escapar de los periodistas si estaban fuera, pero no cuando comían a tu lado y te sonreían como si fueses algo más que una noticia para ellos.

Charles se percata también de ellos y me agarra de la mano al notar que me pongo tensa.

— Tranquila — susurra — no sé nos acercarán demasiado.

Me agarra de la cintura cuando entramos juntos al salón principal. Hay una gran barra al fondo y decenas de pequeñas y altas mesas redondas rodeadas de invitados.

Su roce me quema y desearía quitarle las manos de mi cuerpo, pero no sería lo más adecuado aquí, con la multitud de famosos y periodistas que hay.

Charles busca a alguien entre los invitados y cuando parece haberle visualizado me suelta y comienza a andar, yo le sigo, caminando a su lado hasta que se para frente a Carlos y para mí sorpresa Norris, con el que habla muy animado el madrileño.

— Buenas — les saludo con una sonrisa en la casa.

Los dos se giran y por fin nos ven.
Los dos pilotos me abrazan y a Charles le saludan con un apretón.

— Mi pareja favorita — comenta Norris — llegáis un poco tarde.

Carlos suelta una pequeña risa.

— Ya bueno, había atasco — contesta Charles, y noto algo de nerviosismo en su voz.

— Que raro — empieza Carlos — la única autopista que viene hacia aquí estaba muy despejada.

Norris no puede evitar reírse y juro por Dios que le quiero, pero ahora mismo le arrancaría la cabeza.

— ¿Qué tal está el vino? — intervengo cambiando de tema.

Carlos se encoge de hombros y me echa un poco de vino blanco en una de las copas vacías que hay en la mesa.

Me tiende la copa y me la llevo en los labios, saboreando el afrutado y dulce vino.

Charles a mi lado vuelve a poner su brazo al rededor de mi cintura y cuando miro hacia arriba veo a Max, que se acerca hacia nosotros.

— Max — saluda Charles — te sienta mejor el traje de piloto.

No sé diferenciar si está bromeando o simplemente acaba de soltarle un comentario de mal gusto a su principal rival.

— Cierto — dice con una pequeña risa — a ti te sienta bien tener una chica guapa en tus brazos. — Noto como el agarre de Leclerc en mi cintura de intensifica. No sé qué está pasando, y aún sigo sin identificar en que tono gira esta conversación — Creo que nunca he tenido el placer de presentarme — se acerca a mí y me saluda con dos besos — dicen por ahí que eres la ingeniera más prometedora.

Sonrió por el comentario.

— El placer es mío, no siempre un campeón del mundo se acerca a saludarte — Max sonríe en respuesta y no tengo que girarme a mirar a Charles para saber qué tiene la mandíbula tensa y ese ceño suyo fruncido.

Evermore // Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora