Capítulo 16

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Mara

Estaba apunto de perder la cabeza, los mecánicos correteaban de un lado a otro buscando el último stand de ruedas blandas y nuevas.

Joder, la Q2 estaba terminando y aunque Max estaba totalmente seguro en la tercera posición, las ruedas que llevaba no servirían para la Q3.

— Leclerc primero — anuncia Cristian Horner, que ha decidido abandonar el muro conmigo para buscar las ruedas — ¡Quedan cinco minutos para la Q3!

Todo el mundo se mueve de un lado a otro, y yo no puedo dejar de mirar el reloj en mi muñeca.

No perderíamos simplemente el primer puesto, probablemente nos iríamos a la quinta posición. Y eso no podía ocurrir.

— A la mierda — suelto en alto y me acerco hacia la parte de Pérez. Si mis cálculos no fallan a Checo no le quedaban un set de ruedas blandas, le quedaban dos. — Christian — le llamo y se acerca a mi — lo que voy a decirte es una auténtica locura, pero no se me ocurre nada más en este momento.

Él gira la cabeza hacia un lado, desconfiado, pero me indica que continúe.

— Checo tiene dos set de blandas, y soy consciente de que está totalmente prohibido lo que te voy a decir — abre los ojos, hasta él sabe que esto es una locura — si Max al salir gasta un poco más de rueda de lo normal, no se darán cuenta Christian.

— Mara, eso es — niega con la cabeza una y otra vez — no podemos hacer eso, ¿que hacemos con las ruedas gastadas?

— Hollis se deshará de ellas — se lleva las manos a la cabeza y yo vuelvo a mirar el reloj — dos minutos, es nuestra única opción, confía en mí.

Y eso hace, asiente y pone todo en mis manos.

Rápidamente me dirijo hacia el red bull de Max, él tenía que saber lo que íbamos hacer.

— Max —susurro agachándome hacia su posición dentro del monoplaza — necesito que confíes en mí, ¿vale?

Max se sube la visera del casco para mirarme.

— Tienes que gastar rueda a la salida del box — frunce el ceño, y se que está pensado que me estoy volviendo totalmente loca — vamos a sacar a Pérez casi al mismo tiempo que tú — explico — de tal forma que tienes que dar un frenazo para no chocarte con él ¿De acuerdo?

Y él simplemente asiente.

Casi podía gritar de la emoción, confiaban en mí.

Rápidamente expliqué el plan a los principales ingenieros, pidiendo máxima discreción y me dirigí hacia Hollis.

Hollis aceptó el plan y se puso en ello enseguida. Salió con el set de ruedas nuevas de Pérez que había intercambiado por las viejas de Max y actuó como si se las acabara de encontrar detrás de los boxes.

La gente empezó a aplaudir y casi me puse a rezar para que no llegase una llamada de la FIA. Necesitábamos esa pole, y más aquí, en Mónaco. El 70% de los ganadores habían salido desde la pole position, pues era un circuito en el que adelantar era casi imposible.

Quedaban 10 segundos, todos estaban ya en sus posiciones.

El ingeniero de Max le da la señal para salir y un segundo después se la dan a Pérez. Todo parece haber estado totalmente ensayado, porque ocurre tal y como lo habíamos planeado. Los dos se encuentran casi a la vez y Max da una frenada espectacular. Las ruedas traseras sufren en el proceso, y ahora solo falta que Max haga sufrir un poco más las delanteras con algún piano.

Me muevo de nuevo al muro y me siento junto a Christian, que me sonríe satisfecho al llegar junto a él.

— Nadie se ha dado cuenta, ahora entiendo porque Verstappen insistía tanto en tenerte aquí — no puedo evitar sonreír yo también.

Evermore // Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora