Epílogo

2.4K 125 16
                                    

Y con esto llegamos al final. Siento muchísimo la tardanza... Pero ya ha acabado todo. Espero que os haya gustado tanto leer Unknow como a mi escribirla. Muchas gracias por leer y, sobre todo, por vuestra paciencia.


-¡Mamá!-se quejó-, ¡díselo!

-¿Qué quieres que le diga?-preguntó su madre con una sonrisa asomando sus labios.

-Quiere que me digas que la falda es decentemente larga para ir al colegio-contestó su padre por ella, a la vez que la chica le hacía pucheros-, eso quiere que me digas, pero yo sé que es demasiado corta... ¡Nadie va así! ¿Es que no puedes ponerte un vaquero largo como todo el mundo?

-¡Papá!-se quejó de nuevo.


La misma peleílla de todos los días por la mañana, y es que a ella le encantaba así.


-Mamá, por Dios dile a tu hija que se calle, no me deja ver la tele.

-¿Te refieres a que no te dejo ver las carreras de motos esas? ¡Bien! Así podrías ser un tío normal.

-Oh, no hablemos de normalidad, ¡fashion victim de pacotilla!

-Bueno bueno bueno-se acabó levantando la madre, y se puso en medio del salón con la tostada untada en mantequilla y mermelada aun en la mano.-Chloé Cullen, deja a tu hermano con las motos, que le gusten no es tan raro. Robert Cullen, que a tu hermana le guste la moda no la convierte en una obsesiva, es más, ambos os parecéis a vuestro padre y a mí, y Edward... deja a la niña que lleve lal falda que quiera-me dijo con ojillos a su marido-, ya es grandecita y no es tan raro ver a una chica de dieciséis años con mini falda para ir al instituto.

-¡Pero Bella...!-iba a decir él.

-Pero nada-zanjó la mujer.

-¡Gracias mami!-dijo la preciosa adolescente de ojos verdes y cabello cobrizo con una sonrisa. Se acercó a Bella y la abrazó, para salir escopetada por la puerta al escuchar la pita del coche de su mejor amiga, que la iba a buscar para ir al instituto.- ¡Os quiero!

-Por Dios esta niña va a hacer que me salgan canas antes de tiempo...-dijo por lo bajo Edward, Bella lo miró negando con la cabeza y rodando los ojos.

-Eh Rob, ¿qué haces aun viendo la tele?

-¡Papá!-respondió él-, ya se va a acabar, dejame cinco minutos más.

-Ve al colegio, que yo te lo grabo-dijo Edward.


El chico de once años, pelo chocolate y ojos del mismo color, no muy convencido asintió, cogió su mochila y fue con la bici hasta el colegio. En cuanto cerró la puerta, Edward se sentó en la silla que estaba en frente de su mujer y se puso a observarla mientras se terminaba las tostadas del desayuno.


-No me parce justo que te metas con Chloé y sus faldas, cada una viste como quiere-replicó ella, con tono serio pero riéndose a la vez. Bella seguía igual de hermosa que hacía once años, su pelo había crecido más, y ahora siempre lo llevaba liso y hasta la cintura.

-Bella, ¡es que es muy corta!-se defendió él-, ¿y si alguien le mete mano qué?


Bella rodó los ojos ante su marido. Él y su sobreprotección... Aunque eso no le quitaba que siguiese estando tan atractivo como en su adolescencia. Ahora llevaba esa barbita de tres días rasposa y sexy, el pelo inconfundiblemente despeinado pero peinado a la vez, y el cuerpo firme y fuerte como siempre lo había tenido. A ellos dos los años no les pasaban factura.

UnknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora