Capítulo 15. Nunca digas nunca

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En este capítulo las cosas se tornan más... calientes ^^ Y esta canción me inspiró para escribirlo ;)

Edward

Sonreí a mi reflejo en el espejo, ya listo para salir. Vestido con una camisa de botones blanca remangada, un jersey a rayas grises y blancas manga larga por encima que también recogí, un vaquero desgastado, zapatos negros, un pañuelo combinado con mi indumentaria y como colofón final una chaqueta negra. Me dejé el cabello alborotado y me puse unas gotas de mi colonia favorita, que hacía suspirar a cualquier mujer que se me acercase. Mi madre irrumpió en mi cuarto después de que yo le diese paso.

-Vaya, qué guapo te has puesto-dijo ella.

-Gracias mamá-la miré y vi que iba muy bien vestida-. ¿Y eso que te has puesto tan guapa?

-Tu padre y yo vamos a salir, iremos a pasar el fin de semana en Dakota del Norte para despejarnos un poco y aprovechando que le han dado dos días libres.

-Vaya, pues divertíos entonces.

-Me ha llamado tu profesor de Biología-comentó sin que viniera al caso, mirándose las uñas con interés.

-¿Y qué te ha dicho?

-Que vas mejorando, y me alegra mucho que por fin nos hagas caso.

-Sí, quiero asegurarme un futuro, pero no el que vosotros me estáis preparando. No me va el ser médico, no es lo que me gusta.

-¿Y qué es lo que te gusta?

-Los coches, las motos… Todo lo que tenga que ver con vehículos me apasiona. Quiero hacer algo grande… Pero eso tampoco quiere decir que de repente me vuelva un buen tipo.

Mi madre se quedó en silencio, yo me miré de nuevo al espejo y en su reflejo se dibujó una sonrisa.

-Se te ve con ilusión, Edward… si es lo que te gusta, entonces habrá que dejar que tú mismo sigas tu camino.- Asentí lentamente, y luego ella me miró con el ceño fruncido-. ¿No te estarás poniendo tan guapo porque vas a verte con una chica?

-¡No! Iré con mis amigos, Emmett y Alice a la inauguración de un nuevo club en Seattle.

-¿Y no hay ninguna que te llame la atención?

Quise decir que sí, que Isabella Swan me interesaba y me atraía, pero negué con la cabeza.

-No, tu hijo está soltero hasta la fecha, y me parece que va a seguir así.

Ella sonrió, se despidió de mi y luego entró mi padre a hacer lo mismo, pero antes de salir por la puerta me pidió un favor.

-Vigila el correo, han quedado de notificarme un asunto que tengo pendiente en el hospital mediante una carta que espero desde hace unos días.

-Vale papá… divertíos.

Cerraron la puerta y a los quince minutos tocaron de nuevo. Era Tanya, que antes me había ido a buscar al trabajo, me había dejado en mi casa y se había ido a cambiar de ropa para ponerse algo más elegante.

-Estás increíble.

-Gracias, tú estás tan guapo como siempre…

-Gracias.

Tanya llevaba un vestido palabra de honor y corto hasta dos manos por encima de las rodillas, de color azul oscuro y lleno de lentejuelas, con unos zapatos de tacón plateados y una chaqueta blanca para guarecerse del frío. Entramos en su coche y partimos hacia Seattle. Ella me había dicho que los chicos ya estarían ene l club para cuando nosotros llegásemos, y a eso de las once estábamos a las puertas del local. La entrada del Backest Dark estaba abarrotada de gente, claramente curiosos que se acercaban a ver desde fuera el nuevo sitio de moda. Tanya y yo salimos del coche después de aparcarlo, y efectivamente, en la entrada se encontraban nuestros amigos. Vi a mi hermana que iba de la mano de Jasper, algo cohibida porque nunca había salido con nosotros, y a Rose y Emmett, que no dejaban de susurrarse en el oído y sonreían con picardía.

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