Porno!¡ | YeonGyu

Adiós, Fin.

— ¿estás seguro de esto? Te juro que podemos encontrar otra manera de pagarlo.

Yeonjun negó con su cabeza y apretó el agarre del Omega en su mano, estas sudaban dando a conocer lo nervioso que estaba, el castaño insistió.

— Beomgyu no estaría feliz con esto.

— Si no hago esto él no estará, punto. — Sunoo hizo una mueca de desagrado y miró hacia al frente, habían pasado ya tres días de la situación con Beomgyu y Yeonjun no había aceptado ningún tratado para no hacer la locura que planeaba.

Un escalofrío recorrió su espalda al ver la gran casa de los Choi, no era tan aterradora como su casa en Daegu, que era la principal, ni la de Busan, donde conoció a Yeonjun, pero no quitaba el miedo que le tenía a esa familia y a sus tétricas propiedades.

— Yo no quiero entrar, hasta aquí te acompaño.

Yeonjun comprendió y entró a la casa solo, sacó sus olvidadas y polvorientas llaves y las colocó en la cerradura, todo parecía que pasaba en cámara lenta.

Al entrar vio a su padre Omega y a su padre Alfa, ambos sentados en el sofá de la sala, con unas resplandecientes sonrisas.

— Me alegro tanto de verte en casa, mi niño. — Habló Taehyung, su padre Omega, agarrado firmemente del brazo de su esposo. — tomaste la decisión correcta, cariño.

— Así es muchacho, mañana mismo nos iremos a Daegu. — habló Jungkook, su padre Alfa, quien había estado callado desde que entró. — tienes ese plazo de tiempo para cortar todo lazo que tengas en esta ciudad, yo cumpliré con mi parte del trato y el hospital recibirá el pago tan pronto como nos vayamos ¿me escuchaste?

Yeonjun, quien no había dicho nada hasta ahora no les dirigió la palabra, tan solo se dedicó a asentir obediente y salir de la casa, acompañado con un beso y una palmada de parte de sus felices padres.

Cuando salió de allí Sunoo corrió hacia él. — ¿Qué te dijeron?

— todo lo que ya me suponía. — entendiendo, Sunoo decidió no hacer más preguntas, Yeonjun ya se veía lo suficientemente abatido y cansado como para abrumarlo más con cuestionamiento innecesario de su parte, solo lo acompañó hasta su apartamento a recoger sus cosas.

— Yeonjun. — dijo, con las maletas acomodadas en la cama y con el pelinegro viendo a un punto fijo en la habitación. — sé muy bien que no quieres hacer esto, y sabes que podemos encontrar el dinero y...

— Sunnie, son casi 130.000 dólares. — suspiró derrotado, acostándose en la cama cubriendo sus ojos. — lamento decirte que ni yo puedo pagar esa suma. — lo miró con sus ojos rojos irritados, la noche anterior se la había pasado llorando a los pies de la cama de Beomgyu y ahora creía ni siquiera poder despedirse de su Omega.

— Te extrañaré, Junnie. — susurró acostándose a su lado, como solían hacerlo desde niños cuando se contaban mutuamente sus problemas. — nos harás mucha falta.

 — Ustedes más a mí. — suspiró al techo, volteando su mirada hacia el lloroso castaño. — tengo miedo de estar solo otra vez Sunnie, te-tengo miedo.

Yeonjun terminó de romper en llanto abrazándose al Omega que también estaba llorando sin remedio, cinco años, cinco años de libertad y trabajo duro, a la basura, iría de vuelta al encierro y responsabilidades que sus padres le impondrían y no podría escapar por segunda vez.

Realmente tenía miedo.