Kugisaki: Kibutsuji muzan, un demonio cobarde, egocéntrico, incapaz de sentir empatía por los seres que lo rodean, solo busca su propia gloria, y si tuviera que pasar por los órganos de cualquiera, no le importaría siempre y cuando llegue a su objetivo.
Muzan: gran discurso, pero hubieras elegido mejor tus últimas palabras, no siempre doy oportunidades para que me insulten. Prepárate.
El padre de los demonios asalto contra la peli naranja, un movimiento rápido como un rayo, pero destructivo como un terremoto.
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Kugisaki:(debo atiborrar sus brazos con clavos, debo cerrar sus movimientos, hacerlo sentir incómodo al atacar.)
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Varios clavos de Kugisaki se encajaron en el cuerpo de muzan.
Muzan:(¿es estúpida? Tiene una katana de cazadores de demonio y, sin embargo, me ataca con clavos, pobre criatura, debe ser la más débil de sus amigos).
Kugisaki: no me mires con esos ojos, que me da asco imaginar que están a punto de explotar.
Muzan:¿Eh..?
Kugisaki:¡¡HORQUILLA!!
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Vísceras volaban por todo el lugar, era un cuarto lleno de sangre, la nueva pintura color no dejaba espacio alguno a la antigua.
