Llevar ropa combinada no era raro para Miguel y Hawk, de hecho era algo bastante común entre ellos. Desde sus gis para los entrenamientos o competencias de Karate o su código de vestimenta auto impuesta para apoyar al dojo. De una u otra manera lograban verse igual.
Sin embargo eso ocurría cuando aún eran solamente amigos, cuando lo consideraban algo meramente irrelevante y sin sentimientos de por medio. Las cosas habían cambiado cuando sus sentimientos fueron confesados, actividades que parecían irrelevantes ahora tenían un gran peso en sus mentes.
Seguían compartiendo el mismo uniforme de dojo, eso no iba a cambiar pero cuando se trataba de su ropa cotidiana trataban de no ir tan combinados pues no querían parecen la pareja melosa de la escuela. Ninguno había sido así con sus ex novias y no querían que eso cambiará.
— Yo aparto todos los azules y morados— dijo una día por la tarde Eli.
Ambos estaban en cuarto de Miguel matando el tiempo, acababan de tener su tercera sesión de besos mientras de fondo se reproducía una película.
— Son colores muy específicos, ¿Alguna razón?— preguntó Miguel genuinamente curioso.
— Va a ser mi nuevo color de cabello. Quiero verme combinado— explicó el aún pelirrojo.
— Morado, eso significa que al fin puedo volver a usar el rojo— bromeó el moreno.
— Exactamente— Hawk cerró su discusión con un beso corto.
Lastimosamente ese acuerdo duró poco, pues solo dos semanas después de que su novio se cambiará el color de cabello los alumnos de Cobra Kai lo atacaron y cortaron su mohawk.
Miguel no pudo quitar de su mente esa escena por varios días. Ver llegar a Eli encorvado y escondido en una sudadera, apunto de romper en llanto cuando reveló el horroroso corte de cabello. Díaz se llenó de furia al notar que su sensei apenas y había puesto atención a ese ataque, no podía creer que siguiera tan interesado en su pelea adolescente en lugar de tomar en cuenta los ataques que sus alumnos estaban recibiendo por su culpa.
Otro momento difícil de enfrentar fue tener que llevar a su novio de regreso a su casa y tener que explicarle a la señora Moskowitz lo que había pasado, además de acompañarlo mientras que ella se encargaba de cortar las últimas mechas de cabello morado que se había salvado.
— ¿Cómo lo hicieron?— preguntó Miguel cuando los dos se quedaron solos recostados en la cama del más bajo.
Díaz había llamado a su casa y tanto su madre como Yaya estuvieron de acuerdo que se quedará en la casa Moskowitz.
— Me sujetaron entre 5 y Robby me cortó el cabello con una navaja— habló con rapidez y sin entrar en detalle. Su voz se cortaba de tan solo recordar la escena.
El moreno ardió en aún más furia, no podía creer que Keene siguiera haciendo daño a las personas que amaba. Pero ignoró sus propios sentimientos, era momento de consolar a su novio y su atención debía centrarse en eso.
Acurrucó a Eli con fuerza para hacer que durmiera y dejará de pensar en eso.
Cómo pasaron las semanas de lo que menos tenían que preocuparse era de su combinación de ropa. Pues Eli había dejado de usar ropa de color, para ser remplazada por ropa gris y negra, una clara representación de su estado de ánimo.
Díaz había intentado de todo para animar a su novio, incluso involucrando al resto de sus amigos, en específico Demetri. Pero nada parecía funcionar.
Su última oportunidad se encontraba en el baile de invierno. Miguel haría todo lo posible para que Eli pudiera animarse.
— ¿Estás seguro de ésto?— preguntó Moskowitz ante la propuesta de su novio.
— Si, elijamos un color y vayamos combinados— agregó el moreno entusiasmado.
Eli no se encontraba convencido pero no quería cortarle el entusiasmo a Miguel así que aceptó.
Por esa razón pasaron la siguiente semana reuniéndose por las tardes para preparar sus trajes. Eso definitivamente había elevado el ánimo del ahora castaño, pues era una excelente distracción para que no se siguiera hundiendo en la pena y lástima.
La noche antes del baile la inseguridad invadió al castaño.
— La gente nos va a mirar— comentó Eli acariciando la cicatriz de su labio.
Miguel separó la mano de su boca y le dió un beso para combatir esa inseguridad.
— Y se dará cuenta que eres el mismo Hawk que siempre— respondió el moreno— y en caso de que alguien diga algo, siempre podemos patearles el trasero.
El castaño rió ante el comentario.
Tal vez nos les gustará vestirse iguales todo el tiempo, pero entendían que a veces había situaciones que lo ameritaban.
Hawk había estado para él durante toda su recuperación después de la caída y apoyarlo ahora era lo mínimo que podía hacer.
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Encuentros Y Eternas Posibilidades
FanfictionCompilación de historia pertenecientes al reto Flufftober. Las historias tendrán personajes pertenecientes a distintas franquicias y probablemente no haya relación entre ellos.