Intercambio de regalos - Sambucky

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Pasar las fiestas por primera vez como pareja era un momento muy deseado para ambos hombres. Pues significaba un nuevo inicio, luego de pasar una temporada prófugos de la ley, para que después llegará el blip y arruinará todo.

Tenías todo planeado, Sam había invitado a su pareja a pasar la noche de navidad y año nuevo con su familia.

Bucky había aceptado sin duda, ya que la compañía en esas fechas no le haría para nada mal, según su terapeuta. Además de que el castaño se había ganado un lugar especial en el corazón de la familia Wilson, en especial de los niños, AJ y Cass.

Habían organizado un intercambio de regalos, así que desde varias semanas antes habían salido a hacer las compras, por separado ya que no querían que el otro arruinara la sorpresa.

El 24 de diciembre, ambos hombres llegaron muy temprano para ayudar con los preparativos. Bucky junto a Sarah acapararon la cocina, puesto que si dejaban entrar a San o a los niños sería todo un desastre.

Aproximadamente a las 7 de la noche las personas empezaron a llegar. Los hombres Wilson se habían encargado de poner las mesas y sillas en el jardín, además de algunas luces y encender una fogata. Ya que más que una celebración pequeña familiar, esto era más de comunidad y vecindad.

Cada familia traía sus propios platillos por lo que comida no hizo falta. También nadie recibió de mala manera la presencia de James, de alguna manera se había vuelto parte de la comunidad por su simple actitud juguetona y simpática.

La celebración terminó ya entrada la madrugada, cuando el frío se había hecho más prominente y difícil de combatir con prendas abrigadoras o comida caliente.

Casa y AJ cayeron noqueados en sus camas y no fue hasta la mañana siguiente cuando despertaron a toda la casa por sus gritos y emoción por los regalos.

— Buenos días— Sam fue el primero en despertar. El moreno saludó a su pareja, quién aún seguía fuertemente abrazado a él.

— Hola— respondió Bucky con la voz amortiguada al intentar escapar de la luz que se colaba por la ventana.

— Ya debemos levantarnos, dudo que los niños sean más pacientes y nos esperen para abrir los regalos— dijo Sam con una sonrisa, amando la imagen que presenciaba en ese momento.

Buck volvió a quejarse pero juntó suficiente fuerza de voluntad para despertar y ponerse de pie. Aunque no lo quisiera hacer evidente, le gustaba ser despertado de esa forma.

Los dos bajaron a la sala, dónde Sarah ya estaba sentada en el sillón intentando controlar a sus muchachos. Tenía una taza de café en la mano y había preparado otra.

— Te preparé una taza— dijo la morena dirigiéndose a su cuñado.

— Muchas gracias— Bucky tomó asiento junto a ella. Desde su primer encuentro había desarrollado una complicidad mutua.

— ¿Y para mí no hay nada?— preguntó Sam ofendido.

— Está es tu casa, así que puedes ir y prepararte uno tú mismo— respondió Sarah, siguiendo su típica rivalidad de hermanos.

— Ya podemos abrirlos— se quejó AJ, ya desesperado de todo el parloteo de adultos.

— Claro.

Y ante esa señal los envoltorios se regaron por el suelo. Entre la pareja y Sarah se habían repartido regalos, pues sabían sus posibilidades económicas y si querían darles la mejor navidad tenían que unir fuerzas.

Mientras los niños se entretenían con sus propios juguetes, los adultos hacían un intercambio de manera más civilizada.

— Les traje esto— el castaño les extendió los cajas a los hermanos— como agradecimiento por haberme invitado.

— James, no debías— Sarah dijo tan pronto empezó abrir el regalo.

Era un hermoso juego de collar y aretes, tal vez lujoso pero sí con un diseño único. Por otra parte Sam abrió el propio, para él era un par de gafas de sol, pues Bucky sabía lo mucho que las amaba y que necesitaba un par nuevo.

— Muchas gracias amor— Sam se levantó para agradecerle con un corto beso ya que tenía algo que agregar— nosotros también te conseguimos algo especial.

El se mantuvo parado y la emoción llenó el rostro de la mujer.

— Nuestro regalo lo tuvimos que mantener separados de los demás y Sarah se ha encargado de cuidar muy bien de él— Sam decía mientras entraba y salía de la cocina con una caja café sencillo de cartón con un moño enorme. Tenía algunos agujeros a los extremos pero de ahí en fuera no había nada particular.

— Esperemos que te guste— él le extendió la caja y Bucky la recibió dudoso.

Aún así la abrió y se encontró con una hermosa sorpresa.

— ¡No puede ser!.

Dentro de la caja había una gatita blanca esperándolo. Tan pronto vió la luz empezó a maullar.

— Los niños y yo la encontramos hace algunos días, y tan pronto la tuvimos nos dimos cuenta que era perfecta para ti— explicó Sarah emocionada.

Los niños también se habían acercado a ver, ignorando sus propios juguetes y centrándose en el animal.

— Este es el mejor regalo que me han dado en mucho tiempo— dijo Bucky sin dejar de abrazar a su nueva mascota, había deseado tener un gato desde un largo tiempo aunque no había encontrado la oportunidad.

— ¿Cómo le piensas poner?— preguntó Cass mientras acariciaba el suave pelaje blanco.

— Creo que Alpine— respondió el castaño casi de inmediato, llevaba teniendo ese nombre desde hace mucho tiempo.

— Es perfecto— dijo Sam. Se había mantenido un poco alejado de la escena ya que quería asegurarse de tener todo en cámara.

Sabía que ese era el momento en que su familia se empezaba a formar y quería tener todo perfectamente documentado.

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