Encuentros Y Eternas Posibilidades

Fantasía de la infancia - Stony

Haber sido un niño en los 40 's fue difícil, Steve lo aceptaba. Si bien cuando lo vivió no le parecía así, ahora podía tener una comparativa de todas las cosas que le faltaron pero que fueron compensadas con otras cosas.

No obstante, lo que más le dolía a Steve de no haber tenido en su infancia fue el poder comer golosinas. Principalmente derivado por sus problemas de salud, y las complicaciones que podría traerle el exceso de azúcar.

Ahora en la época actual, el rubio había tenido muchas experiencias. Pero aún quedaba algo por hacer y que Tony, su esposo, pensaba cumplirle.

— ¿Ya casi llegamos?— volvió a preguntar Steve, llevaban varios minutos caminando con los ojos vendados.

— No seas desesperado capitán, te juro que te va a encantar— respondió Tony.

Era el cumpleaños de Rogers y después de una larga investigación el castaño había descubierto la gran fantasía de la infancia.

— Aquí estamos— anunció Tony parando el movimiento de su esposo— a la cuenta de tres te quitas la venda.

Entre los dos contaron y cuando los ojos azules se descubrieron se encontraron con un escenario bastante peculiar.

Tony había rentado una dulcería solo para ellos dos.

— Tony…— Steve fue lo único que pudo decir en shock.

— Hablé con Bucky y me dijo que los dulces siempre han sido tu fantasía— comenzó a explicar el castaño— pues ahora con tu físico de super soldado quiero darte la oportunidad de probar todo lo que quieras.

Steve miró a todos lados, aún sorprendido por todas las opciones que había frente a él.

— ¿Te gustó?— preguntó Tony de nuevo al no ver respuesta de su esposo.

— Me encantó— por fin respondió el rubio.

Steve tomó a Tony por la cintura y le plantó un profundo beso. Podía considerar este regalo como uno de los mejores de su vida, pues requería mucho interés y conocimientos saber que ese era su deseo.

Cuando se separaron del beso Steve volvió a hablar.

— Sabes que aunque soy un super soldado no me podré acabar toda la tienda¿verdad?— bromeó.

— No te preocupes, cuando acabemos vamos a donar todo a un orfanato y algunos hospitales. Muchos niños van a estar encantados.