Manhattan

6 1 0
                                    

Alexander

Sonrío, una sonrisa triste, por tener que separarme de ellos. Por tener que separarme de Elizabeth, por sentir que estoy huyendo, por sentir que abandono a todos los que me han ayudado.

—¿Estás seguro que quieres irte? —pregunta Massimo. Estamos todos en la estación de tren. Han venido a despedirse.

—No es que me vaya a ir a la otra punta del país. Son tres horas en tren. Siempre podemos vernos.

—En cuanto podamos nos iremos allí contigo —me asegura Giorgi —¿ya tienes la dirección de la casa de tu padre? —asiento.

—Es increíble que vaya a irme a casa de mi padre. Después de tanto odiarle, voy a vivir con él.

—¿Aún no ha llegado Jack? Le hemos enviado un mensaje.

—Dijo que ya venía. Estaba despidiéndose de Edward y de Rebbeca —asienten ante mi respuesta —os voy a echar mucho de menos.

—Y nosotros a ti.

—Tengo que pediros un favor —les pido.

—Lo que sea —aseguran.

—Cuidad de Elizabeth —asienten, en silencio. Se esperaban esa respuesta de mi parte —quiero saber de ella. Quiero saber si come, su estado de salud, las veces que va a clase. Lo quiero saber todo.

—Nos encargaremos de informarte. Tranquilo.

—No puedo creerme que de verdad esté haciendo esto —me río, sin ganas —creo que es el momento más triste de mi vida, ni siquiera cuando murió mi madre he llegado a sentirme así.

—Todo irá bien. Estás haciendo lo correcto —me calma Michael —es mejor retroceder y volver estando bien.

—Exacto. Necesitas este tiempo.

—¡Alex! —el grito de Jack nos alerta. Llega trotando por el metro hasta llegar a nuestro lado.

—¡Menos mal tío!¡El tren está a punto de llegar!

—Estaba concretando la mudanza con Rebbe y Edward —comenta con una sonrisa en el rostro.

¿Mudanza? ¿Qué mudanza?

—¿Qué mudanza? ¿A dónde os vais?—pregunta Massimo, haciendo la misma pregunta que yo me he hecho en mi mente.

Jack me mira, con una sonrisa en su rostro, y los ojos empapados de lágrimas. Me alegro de verle en este estado, pero ¿qué es lo que le pasa? ¿Qué mudanza? ¿Por qué van a mudarse? ¿Tendrá problemas de dinero?

Sin esperármelo se lanza a mis brazos, envolviéndome en estos con fuerza.

—Gracias —solloza —gracias por haber traído a Elizabeth a nuestras vidas. Nunca voy a poder agradecértelo lo suficiente, Alexander.

—¿Q-qué quieres decir?

—Elizabeth me ha dado un cheque. Setenta mil dólares —llora, con una sonrisa. Todos abrimos los ojos, sorprendido. ¿Qué ha hecho qué? ¿Cuánto? —me lo ha dado para comprarle una casa decente a Edward. ¡Tendrá su propio cuarto, Alexander! Ya no tendrá que compartir piso con dos familias más.

Se limpia las lágrimas de la cara.

¿Elizabeth le ha dado a Jack setenta mil dólares para cuidar de Edward? Mi corazón se encoge.

—Es un ángel —murmuro.

—Es un ángel —murmuran todos detrás de mí —¿seguro que quieres irte?

—Sí. Estoy seguro. Ya no por enfado, sino porque quiero mejorar. Quiero ser mejor, quiero que ella sea mejor —miro a Jack —cuida de Edward. Compra una casa buena para él y sé su padre —miro a los chicos —como me entere que os drogáis, aunque sea media raya...

Mi Ángel III "¿Y ahora qué?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora