Huir

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Elizabeth.

Ruedo los ojos de nuevo.

Papá y Meredith están a punto de irse a trabajar. Ambos están preparados y vestidos, pero no se han ido. Me siento culpable por lo que voy a hacer, ¿pero quién puede culparme? Tengo que hacer lo que creo que es bueno para mí por una vez. Me duele, igual les dolerá a ellos, por eso lo hago de esta manera. Por eso voy a hacerlo cuando ya se vayan. He hablado con Cassie. No está de acuerdo, pero ha aceptado. Me esperará a las cuatro frente a casa, con su padre. Me iré antes de que lleguen de trabajar. El padre de Cassie no sabe que me voy sin avisar. Cree que mis padres lo saben, se despidieron, pero no pueden venir por temas de trabajo.

—Papá te he dicho que estoy bien.

—Solo quiero asegurarme de que estás bien —habla papá.

—Lo sé, pero te prometo que estoy bien. Voy a comer lo que me habéis preparado, no me levantaré ni cogeré mucho peso. Podéis estar tranquilos.

—Está bien —acepta a regañadientes —llámanos si necesitas algo, ¿de acuerdo? —asiento. Me da un beso en la mejilla, igual que Meredith.

Tras unas cuantas despedidas más, me acaban dejando sola. Suelto un suspiro. Bien. Vamos allá.

Me levanto, con la muleta, intentando llegar hasta mi habitación. Cojo la maleta del altillo del ropero, abriéndola y colocándola sobre la cama. Miro al ropero. No es que tenga mucha más ropa de la que dejé en casa de Alexander. Dejo un conjunto fuera para vestirme con él, metiendo el resto de la ropa dentro de la maleta. No me molesto en doblarla, ni siquiera en quitar las perchas. Meto algunos zapatos y algunos productos esenciales, aunque me aseguro de haber metido lo realmente importante; documentación, papeles, y el dinero que tenía ahorrado por mi cuenta. No es mucho, pero al menos da para algo.

—Todo irá bien. Todo irá bien —me repito a mi misma mientras camino de un lado a otro —Tu padre no está, pero estoy yo. Todo irá bien, ¿verdad? Sí. Todo irá bien. Todo irá bien.

Me visto, asegurándome de llevar algo cómodo y holgado. Serán varias horas de avión. Cassie me ha convencido para dejar que me comprara el billete de avión. No es que me haga ilusión que gaste tanto dinero en mí, aunque le sobre, pero no puedo tampoco hacerme la orgullosa. No cuando apenas tengo cuatro mil dólares para sobrevivir allí hasta que tenga un trabajo. ¿Me contratarían allí estando embarazada? ¿Podré trabajar? Tendré que ir a un médico en cuanto llegue para que me diga que tipo de precauciones tengo que tomar.

Me quito eso de la mente, preparándome para irme, pero no sin dejarles una explicación. Lo único que puedo hacer es escribirles una carta, explicando parte de mis motivos. Aunque sea un acto cobarde y miserable, pero no puedo irme sin más. No puedo irme y no decirles nada. Se merecen una explicación, aunque les duela. Sé que se les pasará. Sé que lo entenderán, pero lo necesito. Necesito poder tomar mis propias decisiones. Necesito poder vivir. 

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2022 ⏰

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Mi Ángel III "¿Y ahora qué?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora