Narra Guille :
Abrí los ojos lentamente y pude ver la imagen de Samuel durmiendo profundamente frente a mi. Pocos segundos después me di cuenta de la situación y prácticamente me tiré de la cama abajo en una fracción de segundo. Miré de nuevo hacia él, al menos no se había despertado. Me senté sobre la alfombra mirando hacia la puerta y recordé lo que había pasado.
...
Mis manos recorrían su pelo, su cuello y bajaban por su espalda mientras que las suyas me sujetaban la cara suavemente. Me empujó sutilmente contra la pared sin romper aquel beso acelerado y desesperado en el que estábamos sumidos. Sus labios pasaron a recorrer mi cuello, haciendo temblar todas y cada una de las partes de mi cuerpo. Sus manos me recorrían la espada hasta la cintura y seguían acariciando mi trasero. Me empujó hacia sus caderas, haciendo que sintiera su creciente erección contra mi cuerpo. Mi respiración agitada se mezcló con la suya.
- Lo siento mucho... - dijo finalmente y apoyó su frente contra la mía con la respiración agitada - Siento no haberte escuchado...
- Da igual - le sonreí - Da igual.. - y de nuevo volví a perderme en sus labios.
Me agarró la mano y me llevó hacia la cama. Se paró frente a mi y volvió a besarme, esta vez más lento, probando, saboreando mis labios. Empecé desabrocharle los botones de la camisa y cuando terminé se la quité lentamente, acariciando sus brazos desnudos. Le empujé hacia la cama, haciendo que se sentara sobre ella y me quité la camiseta. Me sonrió lascivamente y me agarró las caderas con ambas manos, acercándome a él y deslizando la lengua por mi ombligo. Los músculos de mis interior se tensaron y noté como el pantalón empezaba a molestarme. Me desabrochó el botón del vaquero, bajó la cremallera lentamente y dejó que los pantalones cayesen solos al suelo. Estaba en calzoncillos bajo su mirada ardiente y llena de deseo... algo que provocó que me sonrojase inmediatamente y me tapase la cara con las manos.
- No te tapes... - dijo con voz ronca - Quiero verte - lo que hizo que me pusiese aún más rojo.
Aparté las manos de mi cara y me senté sobre él, rodeando su cintura con mis piernas. Empezó besando mi mandíbula y las comisuras de mis labios y poco a poco bajó hacia la clavícula, dejando un rastro de besos por mi cuello. Sus manos bajaron hasta la curva de mi trasero, que lo acariciaban deliciosa mente. Una sensación exquisita me invadía por completo y se centraba en mi creciente erección. Empecé a mover mis caderas sobre las suyas lentamente casi sin darme cuenta a la vez que le besaba el cuello. Bajé mis manos hacia el botón de su pantalón, lo desabroché y tirñe de él con certeza. El calor que emanaba mi cuerpo era casi insoportable.
- No tenemos que hacer esto si no quieres... - susurró contra mi cuello mientras sus dedos recorrían la cintura de mis calzoncillos.
Emití una especia de gruñido en desaprobación a aquellas palabras y noté como sonreía contra mi piel. En un rápido movimiento me tumbó en la cama y se colocó sobre mi, apoyando el peso de su cuerpo sobre sus brazos, colocados cada uno a un lado de mi cabeza. Me miraba fijamente con una sonrisa de medio lado que hacía que mi corazón se me saliera del pecho. Me besó lentamente mientras su mano bajaba por mi abdomen hasta mis calzoncillos y cuando pude darme cuenta ya estaba acariciándome por encima de la fina tela. Cerré los ojos, en cuestión de segundos mi cuerpo comenzó a temblar y no pude evitar soltar algún gemido. Cuando volví a abrirlos, Samuel estaba buscando algo en uno de los cajones de su mesita.
...
Me acaricié los labios con la punta de los dedos y sonreí como un tonto enamorado. Mi mirada se paseaba por la ropa tirada de cualquier maneras por la habitación. Fue entonces cuando vi mis calzoncillos tirados sobre la silla. Me puse completamente rojo en un instante y prácticamente volé hacia ellos para ponérmelos, pero fue entonces cuando me invadió un dolor agudo en el trasero.
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"El chico de la taquilla 77 " (WIGETTA)
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que ser vecino de taquilla en la Universidad de la persona qué mas odias? ¿Y si a parte de eso tenéis que compartir piso? Sería una buena anécdota que contar en el futuro, pensarían algunos. Pero a Guillermo y a Samuel no l...