CAP. 7 : EL COMIENZO DE UNA GUERRA

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Narra Guillermo :

Me despertó el chirriante y odiado sonido de mi despertador... Con lo que a mi me gusta dormir... Me incorporé en la cama y me estiré haciendo crujir los huesos de mi espalda. Miré a través de la ventana de la habitación, estaba lloviendo, lo que hacía que tuviera aún menos ganas de levantarme, pero era Lunes y tenía que ir a la Universidad...

- ¡No puedes salir con alguien a quién no quieres! -

- Pero si puedo intentarlo ¿no? -

Finalmente me levanté y me dirigí a darme una ducha para despertarme por completo o parecería un zombie todo el día...

- ¿Intentarlo? Por favor Guille... -

- ¡Puede que lo llegue a querer! -

Me miré en el espejo, me quité la ropa y entré a la ducha. Dejé que el agua tibia callera desde mi cabeza por todo el cuerpo, relajando todos mis músculos menos mi mente, que no hacía mas que recordar las palabras de Luzu de la mañana anterior.

- Lo que vas a hacer es engañarle, haciéndole creer que lo quieres cuando realmente no es verdad -

- ¿Y si te equivocas? -

Cerré el agua tranquilamente, me enrosqué una toalla al rededor de la cintura y salí del baño hacia mi habitación para vestirme.

- ¡No sabes lo que es amar! ¿Cómo no voy a estar en lo cierto? -

- Luzu, no quiero discutir contigo, me voy -

- Claro, huye de los problemas, como siempre -

Me vestí con mi sudadera favorita de Jack & Jones, un pantalón vaquero y unos zapatos de tela color gris. Caminé hasta la cocina, eché leche en un tazón y lo introduje en el microondas. Saqué del armario mis cereales preferidos mientras esperaba a que el microondas terminara. Saqué el tazón y me senté a la mesa para desayunar.

- ¿Huir? Sabes que yo no hago eso -

- Claro que no - Dijo el, irónico.

- Mira... No voy a discutir más contigo -

Cuando terminé recogí la mesa y metí el tazón y la cuchara en el lavavajillas. Me dirigía a mi habitación cuando alguien llamó a la puerta de entrada.

- ¡Buenos días! - Era Samuel, lo observé detenidamente, parecía borracho pero no lo estaba, estaba totalmente despeinado y con toda la ropa arrugada y mal puesta...

- ¿Qué leches, no has dormido en casa? -

- Si te lo contara tendría que matarte... - Susurró demasiado cerca de mi oído, lo que provocó que me estremeciera.

- Bu-bueno... Yo... Yo me voy ya a... A la universidad... - Fuí a por mis libros, agarré un paraguas y me marché de aquella casa de locos...

Caminé tranquilamente hasta la Universidad, era demasiado pronto y las clases no empezarían hasta dentro de tres cuartos de hora, por lo que fui hasta la clase de David.

- Buenos días profesor - Bromeé mientras cerraba la puerta, el sonrió ampliamente.

- Buenos días Guillermo, ¿qué haces aquí tan pronto, tienes alguna duda con la asignatura? - Me siguió el juego mientras se levantaba y caminaba hacia mi.

- Bueno... Pasaba por aquí de casualidad... -

- Ahá, de casualidad... - Y sus brazos me rodearon por la espalda - ¿Qué tal? -

"El chico de la taquilla 77 " (WIGETTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora