"El chico de la taquilla 77 " (WIGETTA)

CAP. 4 : SALSEO

- CAPÍTULO 4 -

Narra Guillermo :

- ¡Luzu! -

- Vaya energía tienes hoy... -

- Hombre, esque hoy empiezo mi nuevo trabajo -

- ¿A si? - Dijo imitándome.

- Si, me lo ha ofrecido el profesor de Aprendizaje de Expresiones, David -

- ¿En serio? ¿Y qué se supone que tienes que hacer? -

- Pues... Ayudarle después de las clases -

- Y... ¿Nada mas? -

- Pues... No lo se Luzu, tío no me agobies, ni si quiera he empezado -

- Vale, tranquilo... -

- Anda... Que voy a llegar a tarde - Le empujé un poco con mi hombro y comenzamos a caminar a través del largo pasillo.

La mañana pasó tranquila. Me encantaba estudiar periodismo, las horas se me pasaban volando.

Caminé hasta el edifico donde ahora vivía, abrí la puerta y vi a mi compañero apoyado en la meseta de la cocina, con la mirada perdida quien sabe donde. No era habitual verle así, le conocía poco, pero siempre tenía una cara de prepotencia y superioridad, en todo momento.

- Eh... ¿Estas bien? - Le pregunté yo, ya que llevaba un rato ahí observándole y no se movía. Me miró sorprendido e inmediatamente puso esa expresión tan característica de el.

- Y a ti que mas te da - Dijo con desprecio.

- No se que tienes en mi contra si yo no te he hecho nada... Solo me preocup... -

- No necesito que nadie se preocupe por mi - Me empujó para que me apartara de su camino y se encerró en su habitación dando un portazo.

Que majo... Nunca entenderé lo que pasaba por su cabeza en esos momentos... Era mas raro que un perro verde, y cada día que pasaba lo odiaba un poco mas.

Preparé algo de comer, con la tontería se me había hechado el tiempo encima y llegaría tarde a mi nuevo trabajo. Bajé corriendo las escaleras y fui lo mas rápido posible hasta la Universidad. Miré mi reloj, marcaba las 17 : 08 de la tarde...

- Muy bien Guille, llegas tarde el primer día - Me dije para mi mientras corría por los pasillos de la Universidad. Me paré delante de la puerta del aula en la que había quedado con David, dejé que mi respiración se calmara, llamé a la puerta y entré.

- Siento llegar tarde, problemas con mi compañero de piso... -

- No pasa nada, no llegas tan tarde - Me sonrió para tranquilizarme mientras se levantaba de la silla - ¿Qué pasa con ese compañero tuyo? - Se apoyó en el borde de la mesa y con la mano me indicó que me sentara en la silla que había en frente.

- Pues... Es odioso, de esas personas que no querrías encontrarte nunca, así es el... Y tengo que vivir con el... - Suspiré al final de la frase.

- Bueno - Se agachó un poco hacia mi y puso su mano en mi hombro - Lo mejor es ignorar a esa clase de personas, no merece la pena preocuparse ni un minuto por ellas... -

- Es difícil ignorar a alguien cuando compartes el mismo techo... -

- Es difícil, no imposible - Me guiñó un ojo y se incorporó - Venga, es hora de trabajar - Le sonreí y asentí con la cabeza.

...

Así pasaron un par de semanas, por la mañana iba a la Universidad y por la tarde, me ganaba un pequeño sueldo para pagar el alquiler del piso. Intenté hacerle caso a David, pero mi compañero (del cual no sabía su nombre) y yo, cada vez nos llevábamos peor, una vez casi acabamos a tortazo limpio...