Narra Guillermo :
Y allí estábamos los dos sentados como dos tontos mirando a la nada, en aquel cómodo sofá color veige... Un pequeño espacio nos separaba, apoyé la cabeza sobre mi mano.
Esta vez no había tensión, esta vez no había gritos, no había miradas asesinas. Esta vez solo éramos dos chicos sumidos en nuestros pensamientos...
¿En qué pensaba? Lo que en ese momento permanecía en mi mente eran los labios de David sobre los míos... ¿Por qué me tuvo que besar? Puede que confundiera mi amistad con otros sentimientos... Genial, había perdido un amigo y estaba sufriendo por mi culpa sin yo haber hecho nada... ¿Que irónica es la vida a veces no?
Pero tampoco podía dejar de pensar en lo que vi en la Universidad... ¿Pasará algo si le pregunto? Pero el no sabía que yo estaba allí... Por lo que pensará que le estaba espíando... Inconscientemente le miraba mientras estaba pensando, algo que supongo que le molestaba.
- ¿Tengo monos en la cara? - Dijo el molesto.
- Eh... ¿Perdón? -
- Que por qué leches me miras así -
- Ah... Pues... Pensaba... -
- ¿En que? - Piensa rápido, Guille...
- Pues... Que... Que me quiero comprar un... ¡Un cactus! Para decorar mi habitación... - Que buena idea, madre mía... Es que soy tonto...
- Un cactus... Pensabas en un cactus... - Dijo mientras una sonrisa irónica se pintaba en su cara a la vez que fruncía el ceño enfadado - No me he caído de un árbol ¿sabes? -
- En serio, de esos que tienen una florecita... - El solo resopló.
- Dímelo -
- Pues... - Estaba muy nervioso, pero opté por decirle la verdad, sería lo mejor ¿no? - ¿Besa bien? -
- ¿Perdón? -
- María, ¿besa bien? - Madre mía, su cara en ese momento parecía un poema...
- ¿¡Cómo lo sabes?! - Dijo alzando la voz a la vez que apretaba sus puños. Me arrinconé lo mas que pude en la esquina del sofá para alejarme de el y salir corriendo si pasaba algo...
- Pues... - Me aclaré la voz - Os ví besándoos en la Universidad... -
- ¿Me espías? Esto es la leche... -
- ¿Qué? ¡No! - Y no pude reaccionar. Me tiró del sofá al suelo, me intenté soltar, pero se colocó encima de mi y apretó mis muñecas contra el suelo. Estaba inmovilizado completamente - ¿Q-que haces? -
- ¡A esa hora no hay nadie en la Universidad! - Levantó el puño en el aire para golpearme.
- ¡No, para! ¡Y-yo estaba allí esperando a-al profesor David, trabajo para el! - Pero su puño impactó en mi cara con fuerza.
- ¡No te creo! ¡Y te juro que como digas algo te mato, me oyes! - Volvió a levantar el puño.
- No diré nada... Yo no soy así... - Le dije con los ojos llenos de lágrimas mientras notaba como la sangre caía desde mi nariz. Por alguna razón no me golpeó, poco a poco bajó el puño y disminuyó la presión que hacía sobre mi brazo. Se quedó mirándome a los ojos, mientras en los suyos se podía ver como se libraba una batalla en su interior. Se levantó y me tendió la mano, pero yo la rechacé. Este tío estaba loco, no quería tener nada que ver con el.
Me levanté del suelo con cuidado, algo mareado y sin mirarle. Me dirigí al baño y me miré al espejo. Intenté parar la sangre que caía de mi nariz con trozos de papel, sangraba menos pero me dolía a horrores, este tío me debía de haber roto el tabique nasal... Por otro lado estaba el brazo, tenía un enorme moratón y a penas lo sentía.
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"El chico de la taquilla 77 " (WIGETTA)
Fanfic¿Qué pasaría si tuvieras que ser vecino de taquilla en la Universidad de la persona qué mas odias? ¿Y si a parte de eso tenéis que compartir piso? Sería una buena anécdota que contar en el futuro, pensarían algunos. Pero a Guillermo y a Samuel no l...