Olvidando lo de la sudadera continuaron el resto de la mañana jugando, correteandose como niños pequeños.
El omega corría y se lanzaba a las flores, el alfa lo seguía e imitaba la acción, se miraban tiernamente antes de levantarse y seguir correteando, era una escena verdaderamente adorable.
Incluso se habían transformado en lobos dejando que estos tomen el control, agregándole aún más diversión a la situación, corrieron hasta que se cansaron y cayeron recostados en las flores.
—Realmente la he pasado bien alfa —Habló Hanagaki cuando regularizo su respiración.
—También yo omega, estos días junto a ti parecen simplemente un sueño —Luego de las palabras se sonrieron como bobos.
—Pienso lo mismo alfa, se que ha pasado muy poco tiempo desde que nos conocemos pero siento que quiero pasar toda mi vida junto a ti —Dijo feliz el pelinegro enrollando sus brazos en el cuello del contrario al sentir como este aprisionaba su cintura.
Luego de mirarse a los ojos se besaron como si nunca lo hubieran echo, de inmediato sus lenguas hicieron acto de presencia comenzando un tierno baile
El beso se intensificó y Manjiro se coloco sobre el cuerpo del contrario, moviendo sus caderas contra las del omega.
—Ahg M-Mikey, aquí n-no —Gimió Hanagaki, al sentir como su trasero era apretado por las manos del contrario.
—Que mejor que hacerlo al aire libre bebé, nadie nos verá.
Sano quitó la única prenda que cubría el maravilloso cuerpo del omega, quien se estremeció ante el frío.
El alfa se dedico a admirar el cuerpo bajo suyo, bajando la cabeza para morder y lamer esos pezones de los cuales se había hecho adicto en muy poco tiempo.
—Alfa mmmgh.
Recorrió la anatomía del menor con sus dedos hasta que llegó a su ya lubricada entrada, la acarició haciendo suspirar al omega. Adentro dos de sus dedos de golpe viendo como el pelinegro se arqueaba y soltaba un delicioso gemido de placer.
Comenzó a embestirlo con los dedos buscando dilatarlo lo suficiente.
—A-Alfa... Ah ah, y-ya estoy li-listo mhg —Gimió desesperado.
Manjiro finalmente sacó sus dedos, quitándose rápidamente los pantalones y boxers. Dejando su gran miembro a la vista, al omega se le hizo agua la boca y su entrada palpitó ansiosa.
Adentró solo la punta atento a las reacciones de Hanagaki, al ver que no había dolor supo que el pelinegro ya estaba más que dilatado, así que ajustó su agarre en las caderas del contrario y entró de una sola estocada.
—Ah!,... Si! —Gritó Takemichi sintiéndose lleno hasta el límite.
Mikey volvió su atención a los rosados y sensibles botones, succionandolos con fuerza, al mismo tiempo que comenzaba con las fuertes embestidas, volviendo loco a Hanagaki.
Sano se incorporó con la intención de tener una mejor vista del omega. Y dios, podría jurar que casi se corre con solo ver la imagen que le estaba siendo ofrecida. Este se encontraba con la boca entreabierta gimiendo como si su vida dependiese de ello, su cabello mojado se pegaba a su frente, sus ojos vidriosos y pupilas dilatadas por el placer. Su ceño estaba fruncido y tiraba su cabeza hacia atrás cuando su próstata era tocada, a su alrededor estaba repleto de las flores rosas. Le daba un aspecto angelical e inocente, pero al mismo tiempo erótico y sensual, que excitaba aún más a Mikey.
—Ahí~Amg... Más... Más fuerte alfa.
El alfa no dudo en forzar la potencia poniendo prácticamente a chillar al pobre pelinegro, que luego de unas embestidas se corrió sobre todo su vientre gimiendo débilmente, el mayor movió sus caderas con más rapidez al sentir el orgasmo cerca y como la base de su pene se hinchaba para formar el nudo.
Quería anudar al omega, lo deseaba tanto.
—O-Omega, déjame anudarte —Pidió Manjiro con la respiración agitada.
El menor asintió rápidamente absorto en el placer y la sensibilidad.
—S-Si! Alfa ha-hazlo, cachorros... Ah... Quiero cachorros —Pedía ansioso.
El rubio luego de unas cuantas estocadas, se corrió como nunca lo había echo antes. Su nudo se expandió con fuerza en el cálido interior del contrario.
Hanagaki sollozó de dolor y placer. Jamás había experimentado el nudo de algún alfa, le habían contado que era doloroso, muy doloroso, pero el realmente creía que era un masoquista, porque ese "dolor" le gustaba, el nudo presionaba su próstata enviando constantes golpes eléctricos a su cuerpo.
-M-Mikey-aun.
—Tranquilo bebé, ya pasará —El rubio acariciaba su cabello cariñosamente.
Hanagaki no pudo retener un gemido cuando notó que su cuerpo ya se habia acostumbrado al nudo y lo acogía deliciosamente en su interior, como si fuera parte de él.
Inevitablemente sus caderas se movieron en busca de sentir aún más el potente nudo dentro de si, aún dolía pero de una manera deliciosa.
—R-Rositas, deja de moverte, te lastimarás —El alfa afirmó las caderas del pelinegro deteniendo los movimientos, ganándose un jadeo frustrado.
—N-No... P-Puedo, mmh ne-necesito... Muévete, por favor —Gimió necesitado.
El rubio estaba sorprendido por la reacción del menor ante su nudo. Creía que este lloraría del dolor, porque vamos, los nudos de los alfas son jodidamente dolorosos y el suyo en particular era casi el triple de grande que los demás, por ser un alfa puro.
Se agachó hasta quedar cara a cara con el omega, le sonrió y lo besó. Tomó sus caderas con fuerza y comenzó a mover las suyas en círculos tratando de ser lo más delicado posible.
Takemichi se sentía en el séptimo cielo, joder. Se sentía tan bien, su próstata era acariciada y presionada por el monumental nudo del alfa.
—A-Amhg~ s-si!.... No...ngh...pares.
El alfa se movió con un poco más de fuerza, haciendo balbucear de placer al omega. Hanagaki sentía su cuerpo demasiado sensible, sabía que pronto se correría, movió sus caderas junto a las del mayor. Por alguna razón el nudo había aumentado su tamaño levemente, teniendo en cuenta el tiempo que llevaba dentro de él, suponía que el rubio se había corrido de nuevo y por ende la posibilidad de quedar embarazado eran aún mayores.
El pelinegro se corrió con fuerza nuevamente sobre su vientre, respirando agitado. Cayendo destrozando a las flores mientras aflojaba de a poco su agarre en la espalda del mayor.
La hinchazón por fin bajó, permitiéndole a Manjiro salir del cálido y acojedor cuerpo del omega.
Ambos se levantaron de las flores, Takemichi hizo un tierno puchero cuando vio que estas estaban aplastadas debido al peso y movimiento de su cuerpo.
Sano agarró la sudadera tirada entre la hierba, la sacudió y se la puso al cansado omega. Tomó su mano entrelazando los dedos, para luego sonreírle y comenzar a caminar devuelta a la cabaña.
—¿Crees que haya quedado embarazado? —Preguntó ilusionado Hanagaki.
—No lo sé, pero si es así, yo sería el lobo más feliz de la historia. Cuidaría de nuestros cachorros con mi vida.
Takemichi sonrió enternecido y feliz, sabía que era muy pronto para tener cachorros, pero si el quedaba embarazado sería más que feliz.
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Mi Omega Especial → Mitake ♡
FanfictionTakemichi nunca fue un omega común ¿Que es lo que lo hace especial? Es extremadamente fértil. Podría crear un clan completo de lobos fácilmente si lo deseara. Debido a esto sus celos son más fuertes que los de un omega normal, y sus feromonas más at...