Capítulo 04

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Takemichi despertó sintiendo unas suaves caricias en su palpitante entrada.

—Ahmm... ¿Pero que? —El pelinegro observó curioso hacia atrás y pudo ver el rostro de Mikey bastante cerca del suyo.

—¿Como dormiste omega? —Preguntó con ironía el alfa, sabía que el pequeño aún seguía en celo y estaba dispuesto a seguir complaciendolo.

Manjiro adentro uno de sus dedos de golpe en el cálido interior del menor, quien gimió fuerte mientras se miraban a los ojos. El rubio no aguanto más y beso a Hanagaki, ingresando al instante su lengua, comenzando un baile en sus bocas al mismo tiempo que ingresaba otro dedo y comenzaba a moverlo.

—Mmm —Gimió Takemichi en su boca.

Manjiro agarro la pierna del pelinegro y la levantó obteniendo mayor profundidad.

Tocó su próstata y la acarició, al instante el omega echó la cabeza hacia atrás jadeando y respirando aceleradamente. Desearía despertar así todos los días maldición.

Finalmente Takemichi se arqueó y se corrió sobre su vientre.

El alfa sacó los dedos de su interior y lo besó una vez más.

—Hay que levantarnos bebé —Habló Mikey besando su cuello.

—Está bien —Sonrió tiernamente Hanagaki.

Mikey se bajó de la cama antes de dedicarle una bella sonrisa y desaparecer por los escalones.

El pelinegro suspirando se levantó, se colocó la sudadera del alfa que se encontraba en el suelo, era lo suficientemente grande como para taparle hasta mitad de los muslos.

Se dirigió al baño ignorando el leve ardor en su trasero.

Demonios si solo había metido sus dedos, no se imaginaria como sería cuando metiera su...

Takemichi se golpeó mentalmente no se ilusionaria, pero ese alfa provocaba en el cosas que jamás había sentido, el omega se estaba asustando.

No pudo evitar abrir sus ojos con sorpresa ante el lujoso baño frente a él.

Se adentro y cerró con seguro, se miró en el espejo notando que sus negros cabellos parecían un nido de águilas, sus labios estaban rojos y aún más hinchados, un leve hilo de saliva se encontraba por la comisura de estos

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Se adentro y cerró con seguro, se miró en el espejo notando que sus negros cabellos parecían un nido de águilas, sus labios estaban rojos y aún más hinchados, un leve hilo de saliva se encontraba por la comisura de estos.

Estaba apenado por el hecho que el alfa más deseado y popular de su universidad, que por cierto recién conocía, lo hubiera visto en ese estado tan vergonzoso, pero agradecía que el rubio no se aprovecho de su estado para embarazarlo como todos los alfas.

Dejando sus pensamientos de lado se quitó la sudadera quedando totalmente desnudo. Se adentro a la ducha suspirando aliviado cuando el agua caliente golpeó su cuerpo relajando sus cansados y tensos músculos.

Mi Omega Especial → Mitake ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora