XIX. CRÍA CUERVOS...

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RECORDATORIO

Esta historia tiene dos autoras: @punk_bandit (Corvo) y yo (Garrett).

Ya sé que es fácil olvidarlo porque Wattpad sólo nos permite publicar con una cuenta, pero para que lo tengáis en cuenta en vuestros comentarios en el futuro. ¡Muchas gracias! ^w^

Garrett corrió por los tejados como una exhalación. Ni siquiera tenía un destino y apenas miraba por dónde iba más allá de los obstáculos que esquivaba. Se deslizó por las tejas húmedas, saltó a un alféizar, trepó hasta el siguiente, de nuevo otro salto, y otro, y otro más. Una bandada de pájaros salió volando al atravesar corriendo un tejado. Los murmullos de los guardias o de la gente hablando a través de las ventanas pasó a su alrededor como una niebla difusa. No sabía dónde estaba Corvo o si los guardias estarían siguiéndole.

Sólo sabía que debía correr tan rápido como le dieran las piernas. Quería huir de ese lugar. Quería huir de Corvo. Quería huir de la indescriptible cólera que ahora le golpeaba el estómago. Nunca en su vida había sentido tantísima rabia. Ni siquiera cuando mató a Eastwick. Ni tampoco cuando Corvo lo violó.

Derrapó y aterrizó sobre el techo plano de un edificio de piedra, cuyo borde de la cornisa frenó su paso casi de golpe. Apoyó las manos contra él y prácticamente se estrelló por la cintura, perdiendo de golpe el resuello. Los pulmones le pinchaban de tanto correr, y su aliento jadeante quemaba en la garganta.

Al alzar la vista vio que había alcanzado el linde del río, justo en dirección contraria a la Torre del Reloj. Se quedó estático, parado sobre aquella azotea frente al puerto fluvial, con la mirada perdida en las velas plegadas y las embarcaciones flotando en el silencio de la mañana. El cielo ya empezaba a clarear en el horizonte, amenazando con amanecer.

Le temblaban las manos, estaba sudando, y no por la carrera. Nunca se había sentido así. Aquella peligrosa mezcla entre odio y miedo giraba en su interior como una vorágine. Y dolía. Dolía muchísimo.

Se llevó la mano al pecho, intentando respirar, reaccionar. Había perdido totalmente el control y ahora le estaba costando horrores recuperarlo. Se llevó la mano al entrecejo, se apretó el puente de la nariz, intentó pensar...

Desde que había conocido a Corvo Attano, en su cuenta había una larga lista de agravios hacia su persona que podía calificar como terribles. Le había violado y torturado. Luego lo había convertido en un objeto sexual y en siervo de sus caprichos. Incluso después de vengarse y recuperar el dichoso corazón, Corvo había seguido utilizándole para su disfrute, e incluso para que formara parte de sus estrafalarios planes.

<<Porque yo quise>>, se recordó a sí mismo. Había tenido infinidad de opciones de huir desde que se había deshecho del brazalete. Incluso antes, en la Casa de las Flores, pudiendo haber abandonado al Monstruo de Dunwall abandonado a su suerte, drogado por el opio. O directamente podría haberle dejado morir en las trampas de las catacumbas para librarse de él más fácilmente, conservando de paso su trofeo.

Pero había seguido a su lado, a pesar de todo el dolor y el sufrimiento, de todas las complicaciones que había causado. <<¿Por qué??>>.

Escuchó el súbito sonido de la neblina de Corvo materializarse a sus espaldas. Acto seguido oyó su jadeo, grave y áspero, junto con sus botas arrastrándose, acercándose a él por detrás.

—¡Ey! —La voz frustrada del asesino sonó detrás de su nuca, en el momento que su mano atrapó el hombro de Garrett intentando que se diera la vuelta. Se levantó la máscara, mostrando su rostro iracundo y cansado por la carrera—. ¿¿Estás sordo?? ¡Llevo siguiéndote por media ciudad un rato y ni siquiera te has parado mientras te llamaba! ¡¿Se puede saber qué maldita mosca te ha...?!

Lo que es tuyo, es mío [CorvoXGarrett] [Dishonored/Thief]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora