XX. DUELO DE ESPADAS

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RECORDATORIO

Esta historia tiene dos autoras: @punk_bandit (Corvo) y yo (Garrett).

Ya sé que es fácil olvidarlo porque Wattpad sólo nos permite publicar con una cuenta, pero os lo recuerdo para que lo tengáis en cuenta en vuestros comentarios en el futuro. ¡Muchas gracias! ^w^

El rastro de muertos fue quedando tras Corvo hasta Auldale, al tejado de una decrépita mansión abandonada cercana al canal, aislada entre pinos negros. Caminó con cuidado entre agujeros del techo y tejas rotas, logrando llegar a la zona donde cuatro chimeneas rectangulares coronaban el edificio. En una de ellas, dejó su espada envainada en su empuñadura. Se sentó en otra, cruzando las piernas y apoyando los brazos hacia atrás, observando como las hebras algodonosas de las nubes ocultaban la luna.

Podría haber estado viendo lo mismo desde un barco. A lo largo del día había remoloneado por el puerto, recorriendo tanto la zona mercante como la de pasajeros. Era tentador cambiar el rumbo, dejar que esa ciudad se hundiera en propia miseria, poner distancia con el ladrón y sus perturbadas emociones. Por el bien de ambos, alejarse de esos fanáticos para evitarles cualquier posibilidad de usar su cuerpo en sus rituales. Lo habría hecho de no ser por la confesión de la mujer. Ella había presenciado el asesinato de Jessamine, ella le daba la oportunidad de continuar con una venganza que creía olvidada. Era Soraya y no Garrett quien le alentaba a seguir viviendo.

Fijó la vista en las copas de los pinos. Era absurdo engañarse. Podría incluso desear que lo mataran para obtener mayor venganza, pero eso solo significaría que le había tomado cierto aprecio. Lo más cercano a lo confianza que podía sentir, pues estaba claro que era el único idiota en el mundo incapaz de matar aunque le fuera la vida en ello. Aún así, los sentimientos de Corvo distaban mucho de ser amor. La gente solía pensar que era la muerte de Jessamine lo que le había convertido en lo que era actualmente. Verla apagarse sin poder hacer nada, la conspiración posterior y la que siguió a esa. Y por supuesto, tenía mucho que ver. La venganza había aumentado la sed de sangre incluso sin la Primigenia, pero incluso los que sabían de donde procedía Emily parecían olvidar que el fin de todas sus acciones había sido rescatar a una hija, no recuperar el honor y apaciguar el espíritu de una muerta. Su relación afectiva con Jess llevaba años enfriándose, como las de todas las parejas duraderas. El amor había ido dejando de lado su sensación efervescente para convertirse en la balsa tranquila del respeto mutuo y el cariño, una balsa segura pero aburrida para ambos. Su muerte escocía lo suficiente como para no verse capaz de empezar algo con otra mujer, incluso evitar el sexo con ellas, pero no era nada comparado con lo de Emily.

Emily había ocupado cada rincón de su corazón desde el primer momento en que la tuvo en brazos. Un nuevo tipo de amor desconocido hasta ese momento, brutal en su intensidad, de los que quitaban el aliento. Emily dolía incluso cuando estaba viva, el no poder pasar más tiempo con ella, el negarle un capricho, el no poder llevarla lejos de esa vida que odiaba. Hacían planes secretos donde ambos huían de Dunwall para evitar su futuro cargo, iniciando una vida de forajidos. Y ella realmente creía que podía suceder. Si tan solo hubiera dejado de lado la venganza cuando la llevaron al Pub, si la hubiera montado en el primer barco, todo hubiera sido muy distinto.

La noche de su muerte, llegó a rozarle los dedos. Pudo contemplar el horror en su rostro, pero no era miedo a la muerte inmediata. Era la terrible certeza de que su padre la había fallado en absolutamente todo.

En realidad, el problema con Garrett no era el miedo a comprometerse sentimentalmente con otra persona para luego tener que pasar por el dolor de la pérdida. Sin Emily, su único corazón latía dentro del bolsillo.

Lo que es tuyo, es mío [CorvoXGarrett] [Dishonored/Thief]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora