XXIII. DIEZ SEGUNDOS

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RECORDATORIO

Esta historia tiene dos autoras: @punk_bandit (Corvo) y yo (Garrett).

Ya sé que es fácil olvidarlo porque Wattpad sólo nos permite publicar con una cuenta, pero os lo recuerdo para que lo tengáis en cuenta en vuestros comentarios en el futuro. ¡Muchas gracias! ^w^

El golpe del agua fría impactó en su cara cuando Garvan derramó lo que quedaba de líquido en el cubo de metal. Garrett despertó con un sobresalto, ahogando un grito. Casi había logrado que su mente se alejara de la escena, pero obviamente su torturador no iba a permitirle huir tan fácilmente.

Al volver a recuperar la consciencia, volvió a sentir del golpe del dolor que atacaba su cuerpo por varios frentes. Las agujas en su pie, en su mano, los dedos rotos, las uñas arrancadas... Pálpitos punzantes, sordos, que habían quedado en un segundo plano en comparación con la nueva herida que ahora se abría en la cara interna de su brazo dislocado, y por todo su antebrazo.

Garvan se había esmerado en frotar el cepillo contra su piel hasta despellejarle, dejando la carne viva, abierta y sangrante a la luz tenue de la hoguera. La sangre goteaba por toda su extremidad e incluso resbalaba por el torso del ladrón, quien notaba como si tuviera todo el brazo en llamas. En algún momento, aquel sádico había decidido que el ladrón sangraba demasiado como para poder ver si estaba alcanzando a ver el hueso o no, momento en el que Garrett se había desmayado.

El cubo vacío cayó al suelo con un estruendo metálico. Garvan fue hacia la mesa y regresó, llevando un pequeño bote metálico en la mano. Agarró sin miramientos el brazo de Garrett, quien no logró contener un grito de dolor.

—¡¡Mn-gh!!

—No te he dado permiso para que duermas, rata.

Sin miramientos, sacudió el bote por encima de la herida, esparciendo sal sobre la carne abierta.

—¡¡Mnhhkg!! ¡¡Aaaagh!!

Garrett gritó con las mandíbulas desesperadamente abiertas y apretó su cara dolorida contra el brazo izquierdo como si intentara huir de las sensaciones dolorosas que recibía desde el contrario. El escozor fue tan profundo que no pudo evitar llorar, ahogando estertores y sufriendo espasmos y tics nerviosos por todo el cuerpo, incluyendo los dedos que aún tenía atravesados por las agujas.

—¡¡Basta!! ¡¡YA BASTA!! —Gritó con desesperación.

—¿Quieres que pare con la sal? Muy bien. —Garvan apartó el salero, lo dejó en el suelo, y recuperó el cepillo de cerdas metálicas, ensangrentadas y con trozos de piel y carne incrustados.

Volvió a frotar el cepillo con saña contra el antebrazo herido del ladrón, hasta que la sangre volvió a gotear el suelo.

—¡¡YAAAAARGH!! ¡¡HAAARGH!! ¡¡NO, PARA!! ¡¡PARA!! —Suplicó, gritando, llorando—. ¡¡POR FAVOR!!

No se dio cuenta. Pero en su dolor, Garrett cerró los puños, clavándose aún más las agujas en las uñas. La sangre le salpicó la cara.

—¿Me vas a decir lo que quiero escuchar?

—¡¡¡NO!!!

Garvan resopló y tiró el cepillo ensangrentado al suelo.

—Eres realmente terco —refunfuñó, poniéndose de pie—. No quería tener que subir el nivel tan rápido, pero tu obcecación empieza a ser engorrosa.

Garrett jadeó, mareado. Las heridas abiertas palpitaban y escocían. No podía mover un sólo músculo sin que algo le doliera. Tenía el cuerpo rígido, con los tendones y los músculos marcados bajo la piel, húmeda por el agua, la sangre y el sudor. Las venas se le marcaban en la frente y en las sienes, gruesas y palpitantes por el esfuerzo de mantenerse consciente.

Lo que es tuyo, es mío [CorvoXGarrett] [Dishonored/Thief]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora