Cap.11

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Horacio se preguntaba qué había hecho tan malo en la vida para merecer todo lo que estaba pasando, qué tan mal se había portado como para tener que soportar el dolor de otra pérdida...y no cualquiera, la de ese alegre chico que sanó su alma en el momento en el que lo conoció, él no conocía la maldad, era un profesional, cumplía con creces su función de policía, era una buena persona, daba segundas oportunidades pero aún así se topó con gente que no debía y que le quitaron la vida de la forma más cruel posible y frente a los ojos del director, dejándole sumido en una espiral de autodestrucción y dolor...

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Esa tarde llamó a su amigo y compañero Willy, tenía ganas de pasar un dia tranquilo por la ciudad con él, cada vez que se juntaban todo eran risas y buenos momentos, a Horacio le encantaba estar junto a ese muchacho, siempre le contaba cotilleos de la comisaría o de algún ligue, aunque ahora estaba profundamente enamorado de Kate pese a ser una delincuente.

El de cresta había tenido una conversación con la chica dias atrás en el norte, él la pidió que no hiciera daño a su amigo, era muy buen chico y no merecía mas engaños, a lo que ella contestó que solo quería salir de La Cosa Nostra y marcharse con él de la ciudad para comenzar una vida juntos, pero los miembros de la organización se lo estaban poniendo díficil, de allí se salía o bien muerta, o bien pagando sus delitos en federal, pero Horacio estaba dispuesto a ayudarla desde las sombras con su papel de director del FBI.

Recogió a Willy en Vespucci con su coche personal, fueron hasta una gasolinera a llenar el depósito mientras charlaban animadamente sobre la vida en general, recordando cada momento que habían vivido juntos y riendose de algunas de las situaciones en las que se habían visto envueltos.

Para Willy Horacio era un espejo en el cual mirarse, lo tenía como referente en varios sentidos, no solo en el laboral, lo veía como a un hermano mayor que lo cuidaba y le aconsejaba intentando mejorar aspectos de su vida como por ejemplo dejar de ser tan bueno y tener algo más de picardía a la hora de tratar con la gente ya que abriéndole los ojos, consiguió que viera que no todo el mundo tiene buenas intenciones cuando se le acercaban y después se llevaba muchos palos que al mayor le gustaría que el de ojos claros se ahorrase.

La tarde iba genial, recorrían la ciudad parando en varios lugares significativos y recordando anécdotas vividas, ambos reían y disfrutaban de la compañía del contrario, todo iba bien hasta que el teléfono del oficial sonó, en ese momento fué cuando, desgraciadamente, comenzarían los últimos momentos de esos dos amigos juntos, ya que vivirían una situación que se convertiría en la peor pesadilla de Horacio y Willy.

Aquella voz distorsionada les indicó que quería volver a jugar al juego de la vez pasada, les advirtió de que si llamaban a las demás facciones o pedían refuerzos, matarían a los rehenes.

Ese macabro juego de ir por la ciudad resolviendo pistas esta vez iba a ser diferente, aunque ellos aún no lo supieran estaban viviendo las últimas horas de la vida del joven policia, pero pensaron que si la otra vez lograron rescatar con vida a todos y cada uno de los civiles secuestrados por esta organización, podrían hacerlo de nuevo.

Fueron a una tienda y compraron dos máscaras, no les daba tiempo a ponerse su uniforme oficial ya que el tiempo corría y la primera víctima aguardaba su rescate.

Siguieron las pistas resolviendo ese acertijo que se les dijo, ambos eran inteligentes y estaban preparados, por lo que al llegar al faro y no ver ni rastro de aquella persona que estaba cautiva, se pusieron en guardia llevando sus manos al unísono hasta su arma reglamentaria, la cual no les dió tiempo a sacar dado que la voz de aquellas personas pero ya en físico, les advirtió de que si lo hacían, dispararían contra ellos.

SI NO TE HUBIERAS IDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora