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Jungkook dejó las polaroids en la mesa y miraba a Jimin derrotado, llorando y su labio inferior temblando como sus manos. No esperaba este momento, es más, esperaba muchas cosas... Pero nunca ver al ex que abandonó al frente suyo.

-J-Jungkook... ¿Q-qué haces a-aquí? -se preguntó el castaño, sintiendo lágrimas cayendo por sus mejillas-.Vete de mi departamento, estoy esperando a alguien más p-por favor. -espetó, caminando a paso apresurado para abrir la puerta, escuchando cómo Jungkook sollozaba atrás suyo.

-Jimin... Soy yo.... Yo soy el chico que vive al lado tuyo...-Él lo miró y negó con su cabeza.

Estaba en completa negación. No podía creer que el mundo le haya jugado una broma de tal gusto.

-Imposible. Él ya viene y me dijo que estaría aquí y y-yo lo estoy esperando, tiene que venir, por favor v-vete...Vete de una buena vez por todas. -decía, con leves hipidos.

Jungkook se acercó a la puerta y la cerró de golpe mirando a Jimin. Ambos en silencio, viéndose como uno lloraba por el otro.

-Jimin... Soy yo, yo soy t-tu vecino... Yo soy el chico que besaste hace u-una semana...- El azabache lo miraba con ojos rojos, a él también le dolía volver al pasado y no de la mejor manera.

-Muestrame tu teléfono... Por favor...-espetó Jimin, y Jungkook rápidamente saca su teléfono del bolsillo y lo desbloquea con una mano.

-Ten. Revisa todo...- Jungkook suspiraba agitadamente, no podía respirar. Sentía que el lugar se hacía más pequeño, y que el aire que había no era suficiente.

Y así lo hizo, leyó cada mensaje, confirmando que sí era su vecino. Confirmando que lo besó hace una semana, el mismo que salvó a su gato, que le preguntaba cómo estaba su día, el mismo que le dijo que cuidaría de él a diario, el mismo chico que lo tocó a oscuras... Era él.

Jungkook, su ex.

-Soy yo...

-Eres tú... De verdad eras tú...- Jimin le devolvió su teléfono contra su pecho y caminó tres pasos hacia atrás. Estaba llorando, era un desastre-. De todas las personas que existen en este mundo... De todas las personas que viven en aquí... ¿Tenías que ser tú?- Jungkook sintió como su corazón se volvía a romper.

-Minnie...

- No me vengas con "Minnie" ahora. ¿Más encima estás llorando? ¿Estás jugando conmigo, eh? ¿T-te estás burlando acaso? No te creo nada. -dijo molesto, apuntándolo con el dedo-. No me vengas a llorar aquí. Ya sabías que vivía aquí, ¿No? dime la verdad Jungkook.

-Jimin... Espera, no es lo que parece. Escúchame por favor...

-¿Por qué tendría que escuchar algo de alguien que me dejó solo...? ¿Que me abandonó sin explicaciones?

-Jimin.

-Vete Jeon... -Jungkook lo miró, y no podía dejar que sus lágrimas se detuvieran. Jamás se había sentido tan destrozado como desde aquella vez.

-No, Jimin. Mereces una explicación. -El castaño sonrió sarcásticamente, pero por dentro estaba roto. Muy roto. ¿Quién podrá curar esos trozos de corazón roto?

-¿Ahora tú me quieres dar explicaciones? Qué irónico Jeon... -Jimin se secó las lágrimas con el puño y miro hacia otro lado, evitando a Jungkook a toda costa.

-Jimin... ¿es que no lo ves?- Dijo Jungkook acercándose a paso lento.

-No te acerques. Ni se te ocurra.

El azabache escuchó eso, y le vino miles de recuerdos a la cabeza. Como cuando él mismo rechazó a Jimin por la maldita amenaza. Esa maldita amenaza.

-Jimin...

-Por favor... Vete, o llamaré a la policía-. Jimin no paraba de sollozar, todo era muy doloroso. Por más que evitaba que esas lágrimas cayeran, no podía aguantar tanto.

-Escúchame. -dijo dando un paso atrás-. Nos estábamos enamorando otra vez. Nos besamos como nunca antes, y estábamos sintiendo algo mutuo. ¿Te arrepientes de lo que tuvimos?

Jimin se quedó en silencio.

El silencio otorga, dicen por ahí.

-Jimin... Mírame a los ojos. Sé que ahora debes odiarme, también sé que quieres verme lejos, pero tan solo mírame unos segundos...- Jungkook seguía llorando levemente, y su voz se hacía cada más vez rota. Todo era confuso, pero sobre todo, saber que se estaba enamorando de la persona que él mismo rompió, era peor.

Jimin lo miró con ojos rojos, y negó con la cabeza en lentitud. El alma le quemaba, su corazón dolía y sus ojos eran cómplice de algo que no quería vivir. No podía volver a ese pasado que le hizo tan mal.

-¿Por qué tu...? ¿por qué tenías que ser tú? -lo miró directamente a los ojos, y ambos podían sentir la tristeza, y decepción de ambos a través de ellos-. Yo te estaba olvidando.

-Yo te estaba olvidando Jimin...- Jungkook se acerca un poco más, y esta vez, Jimin no dice nada.

-Te ayudé a tener relaciones... T-te pasé condones... Dios, escuché todo eso...- Jimin recordó esos días y volvió a llorar. No porque Jeon haya tenido sexo, sino porque la vida era injusta-. No lloro porque lo hiciste... Estabas en todo t-tu derecho. Lloro porque la vida decidió juntarme contigo otra vez.

-Lamento por todo lo que pasaste Jimin... Si hubiera sabido que eras tu...

-¿Qué? Acaso... ¿Algo hubiera cambiado?- Jimin soltó una carcajada, entre tanto llanto-. Me rompiste el corazón Jungkook...

-Jimin, perdóname... Créeme que no fue culpa mía.

-No te creo nada... Vete, Jeon -Jimin se dirige a abrirle la puerta, pero Jungkook corre rápidamente a abrazarlo por detrás, sollozando con leves hipidos.

-No quise dejarte, Minnie... Sufrí cada momento desde que dejaste mi casa ese día lluvioso.

-Jungkook suéltame.

Sin darse cuenta, hace una semana se habían abrazado otra vez. Sus corazones se volvieron a unir, ¿Tan fuerte es el destino? El abrazo de aquella vez era distinto, pero ahora... Sus corazones no estaban en la misma sintonía. El castaño se giró e intentó empujarlo lejos, pero Jungkook era más fuerte.

-Vete, yo te odio... Jungkook. Te odio -espetó con nuevas lágrimas brotando en sus ojos marrones.

-Jimin... Detente...

-Odio todo de ti, odio que seas mi vecino

-Jimin, escúchame.

-Odio que me hayas enamorado para luego romperme el corazón -dijo con dolor, mientras lo seguía empujando lejos.

-Jimin.. Por favor...- rogaba, con su voz completamente rota.

-Odio que me estés gustando sin saber quien eras... Odio que...

-F-Fui amenazado, J-Jimin...- interrumpió Jungkook entre sollozos y tartamudeos.

El chico del 33 dejó de empujarlo y su mundo se le vino encima. Dejó de luchar contra él y juró sentir su corazón estrujarse con sus palabras.

-¿Qué...?

33/34 - km au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora