33/34 - km au.

•21•

Jimin caminaba felizmente para su nuevo trabajo. Ya había tomado un taxi que lo dejaba muy cerca, pero no lo suficiente, por lo tanto se puso a caminar.
El día estaba helado y nublado, gracias a Dios que estaría en un lugar cálido trabajando.
Él fue aceptado rápidamente y sin ningún problema, ya que anteriormente había trabajado en Caramel Café y fue unos de los mejores trabajadores ahí.

Él comenzó con todo el mundo del café a muy temprana edad. Necesitaba un trabajo para mantenerse, ya que su tía no lo ayudaba lo suficiente. Jimin quiso introducirse en todo este mundo, para aprender y así rápidamente tener trabajo y estabilidad económica. Sus mejores años fueron ahí, conoció a Seokjin, hizo pequeños amigos, se volvió más sociable, pero sobretodo... conoció al chico del cual se enamoró perdidamente, Jeon Jungkook.  Lamentablemente, toda esa historia de amor llegó a su fin, y Caramel Café  no es un lugar para volver, porque todo ese lugar le recuerda a él.

Es por eso, que Jimin buscó en otras cafeterías, y la que más le gustó fue Joyful Company, Coffee. El ambiente es muy parecido a su antiguo trabajo, la gente es respetuosa y lo mejor es que el jefe que está a cargo, era un antiguo trabajador de Caramel Café. Ese hombre conocía todo el potencial que tenía Jimin y lo contrató a ojos cerrados. Park era un chico con suerte.

Ya eran casi las 10:40 am y su turno ya comenzaba. Jimin llegó al lugar saludando a sus colegas con una reverencia y sonriendo de mejilla a mejilla.
Dejó sus cosas en el locker y llegó su asistente, la mano derecha de su jefe, Han-eul. Una chica de la misma edad suya. Ella era alta, con pelo teñido rubio, labios rosados y ojos marrones que derretirían a cualquiera.

-Park Jimin, ¿no? -preguntó la preciosa chica.
- Si, ese soy yo - Jimin sonrió tímidamente, y terminó de guardar sus cosas en el locker.
- Bienvenido a Joyful Company, espero que te haya gustado el lugar- la chica estaba anotando unas cosas en un cuadernillo mientras le hablaba. Jimin estaba con las manos detrás de su espalda, intentando que su nerviosismo no fuera notorio.
- Por supuesto, es... único y bastante hogareño para trabajar-  titubeó, seguía nervioso, pero no entendía por qué. Él definitivamente no era un amateur en todo esto.
- Nuestro jefe me habló maravillas de ti, ya quiero verte en acción -Haneul guardó su cuadernillo y miró a Jimin fijamente a los ojos-. Pero, por esta mañana trabajarás en la caja, si no te molesta, luego después del break, te toca atender, ¿está bien?- Ella era intimidante.
-Oh.. s-si... no hay problema... ¿señorita...?- Jimin estaba buscando alguna etiqueta con su apellido, pero no había tal.
-Lee Haneul- ella sonrió y le entregó el delantal al chico. Él asiente y se lo prueba rápidamente.
-Bueno Jimin, ¡manos a la obra!- Haneul se retira y Jimin camina hacia la caja registradora con rapidez. Se lame los labios y la gente comienza a llegar de a poco al lugar. Comencemos.

Jimin dejó su teléfono de lado y comenzó a atender a cada persona que llegaba al lugar para pagar. El castaño era rápido, era inteligente, ya conocía esto al revés y al derecho. Se volteó para atrás y vió como Haneul lo observaba.

Intimidante.
Pensó otra vez Jimin, y continuó en lo suyo.

Luego de un rato, comenzó a limpiar un poco la mesa donde él atendía. Dejó los paños donde encontró los útiles de limpieza y volvió al lugar donde estaba la caja. La mañana estaba bastante tranquila y callada, tampoco tenía mucho trabajo, entonces el castaño ya se comenzaba a aburrir con el paso de las horas. No mal entiendan, él ama su trabajo, pero trabaja mejor y con más ganas cuando está bajo presión, como por ejemplo cuando está atendiendo en mesas y llegan veinte personas a pedir cafés. La adrenalina pura, lo llenaba como nunca.

Hoy, no se ha visto nada de eso.

-¿Siempre es así en las mañanas?- Jimin le preguntó a Haneul sin mirarla, mientras ella seguía observándolo. La chica ya se dio cuenta que Jimin podía sentir sus ojos detrás de él.
-¿Normalmente...? Si, Park. Pero, no te acostumbres, en la tarde hay movimientos y ya podrás atender en mesas- Ella se rió despacio y se retiró del lugar.

Bastante intimidante
Reiteró.

Después de un rato, varias personas se acercaron a Jimin, para pedirles un café o pagar su pedido de la mesa. Siempre variaba. El castaño les deseó un buen día a unas chicas que se iban felices del lugar. Hasta que de pronto, llega un chico mirando su teléfono, sin prestarle mucha atención a Jimin.

-Bienvenido a Joyful Company, soy Jimin ¿en qué lo puedo ayudar?- Jimin sonrió esperando que el chico lo viera de vuelta para hacer el pedido.

El chico dejó de mirar el teléfono, dejándolo sobre la mesa y quedó anonadado. Se pudo ver como la manzana de adán estaba tensa, luego soltándose cuando éste tragó saliva. Guardó su teléfono rápidamente y miró a Jimin, sus ojos se abrieron aún más.

Necesitaba comprobar en lo que tenía fijada su vista.

Jimin lo miraba sonriendo y apenas el chico lo mira de vuelta, la sonrisa de Jimin se desvaneció, era como un video en cámara lenta.

No puede ser.

-¿J-Jimin...? ¡¿Eres tú?!- el chico exaltado lo miró fijamente-. Volviste... Santo cielo...-el chico estaba boquiabierto.

El castaño suspiró y entró en carácter otra vez. Cómo si nada hubiera sucedido.

-¿Que pedirá, señor?- Jimin cambió de tema rápidamente e ignoró al contrario.
- Oh por favor, no te veía desde hace años... ¿de verdad eres tú?

Jimin vuelve a suspirar.

Al parecer deshacerse del pasado no era tan fácil como él creía. Él se vuelve a encontrar con un viejo amigo. Aquel amigo resulta ser también amigo de su ex novio, Jeon Jungkook. Qué pequeño es el mundo, ¿no?