Capítulo 30

14 2 0
                                    

Rachel,
30 de noviembre

Un silencio incómodo invadia el ambiente en el que estaba. Me encontraba en la cafetería a la que venía siempre junto con Blake, Gwen, Aaron, Jayden y Abbie. No teníamos clases ya que las habían cancelado hasta nuevo aviso por todo lo que estaba sucediendo, así que decidimos salir para poder hablar de lo que pasó hace unos días.

Bakersfield estaba repleto de policías y coches de patrulla deambulando por las calles a ver si encontraban algo. Al parecer tenían controlada a toda la población, pero sobre todo a nosotros seis. Tenía entendido que hoy algunos agentes querían hablar con nosotros en comisaría, pero no nos han dicho exactamente cuándo hay que ir.

—¿Es que nadie va a decir nada? —preguntó Jayden cruzado de brazos rompiendo así el silencio incómodo que nos invadía.

Jayden tenía razón. No podíamos estar callados para siempre. Teníamos que hablar de lo sucedido cuanto antes.

—¿En serio queréis que hablemos de lo que pasó en casa de Sam? Porque hay para hablar, y bastante. —le siguió la corriente Gwen mientras le daba un sorbo a su bebida.

—Jayden tiene razón. —dije a lo que todos se volvieron hacia mí—. No podemos hacer como si no hubiera pasado nada y pasar página. Tenemos que hablar de qué hacer.

—¿De qué hacer? ¿Y qué quieres que hagamos Rachel? Porque fuimos a casa de Sam en busca de alguna pista, y lo único que encontramos fue a los padres adoptivos de Sam y a nuestro profesor asesino muertos. —prosiguió Gwen como queriendo tirar la toalla.

—Algo tendremos que hacer. Además de que Allison sigue desaparecida, y a saber si Sam o Summer le han hecho algo. —dijo Abbie un tanto preocupada.

Gracias. Alguien que sí que se preocupa por esto.

—¿Y qué sugieres que hagamos? —volvió a decir Gwen, a lo que Abbie se encogió de hombros.

—¿Hoy no hablábamos con los policías? Pues ya está, les contamos todo y punto, aunque ya sepan lo de los padres y lo de Sean. —dijo Aaron a la vez que comía de una galleta de chocolate que se había pedido.

Blake no paraba de mirarme de reojo, y lo noté porque yo tampoco paraba de mirarlo.  Todo desde el beso que nos dimos a oscuras en casa de Sam. Y por suerte, este no lo sabía nadie salvo nosotros dos, porque si no, no pararian de preguntarme y pedirme detalles, sobre todo Gwen y Aaron.

Había algo entre nosotros que no era amor ni nada parecido, pero tampoco era algo como para pasar de él o un sentimiento similar al odio.  A mi Blake no me gustaba, pero es verdad que había algo en mi que no decía lo mismo, algo que jamás pensé que podría suceder.

—¿Cuándo tenemos que hablar exactamente con la policía? —preguntó seriamente Blake con una mirada que parecía la de un chico que te iba a dar una buena paliza.

—Esta tarde... —le contestó Gwen mientras le miraba divertida por la cara que tenía puesta.

Mientras no sabíamos qué hacer, de repente un sonido que parecía provenir de un móvil sonó. Todos nos miramos sin saber de qué móvil era el sonido, entonces yo saqué el móvil y ví que se trataba del mio.

Desbloqueé la pantalla con tan solo un deslice de dedos, y vi que el sonido provenía de un mensaje que me habían enviado, más concretamente un número que no tenía agregado a mis contactos.

Otra vez no por favor.

Levanté la vista del móvil por un momento, para ver que los demás estaban en completo silencio, y volví mi mirada a la pantalla. Abrí el mensaje para ver de qué se trataba, y al verlo, me quedé paralizada.

Unknown ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora