Capítulo 12

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Luciano se acerca hasta mí, arrodillándose, expresándose — Lekey, no es tu culpa.

Sorprendida y confundida de por qué dijo eso — Por qué me dices eso...

—Lekey, aún te culpas porque crees que eres responsable, de que tu madre haya adquirido la enfermedad —expresa Luciano.

Por un momento, mis pensamientos se nublan por el recuerdo que tenía sobre los extras de la novela.

La Duquesa Cecilia no hubiera contraído la enfermedad si no fuera por el cuarto embarazo, esto la debilitó y con ello la enfermedad avanzó más, algunos médicos le aconsejaron que no tuviera al bebé, ya que al continuar con el embarazo ambos corrían el riesgo de morir, sin embargo, la Duquesa Cecilia continuó con el embarazo. Cuando Lekey ya tenía 6 años, un día como cualquiera caminaba por los pasillos de la mansión, practicando su poder, pasando por el estudio de su padre, escucho voces del Duque Rhoan y de sus hermanos mayores, Lekey quiso entrar a pedir un consejo sobre como teletransportarse, cuando estuvo a punto de abrir la puerta, escucho que hablaban sobre la enfermedad de su madre.

—Papá, mamá está empeorando cada día —expresa Lyan.

—Lo sé Lyan, sin embargo, nadie pudo encontrar una cura para esta maldita enfermedad —pronuncia el Duque Rhoan.

—Si mamá hubiera decidido no dar a luz a Lekey, mamá ¿no hubiera contraído la enfermedad? —dice Lyan con una voz fría.

Rápidamente Aysel pronuncia— ¡Qué estás diciendo, Lyan!

En la puerta, aún se encontraba Lekey, escuchando. En ese mismo instante Luciano apareció y notó que Lekey estaba husmeando en el estudio del Duque Rhoan, Luciano quería darle un pequeño susto, sin embargo, notó que de las mejillas de la pequeña Lekey caían lágrimas.

—Lekey ¿qué ocurrió?

—Luciano es verdad... ¿es verdad que, si yo no hubiera nacido, mamá jamás hubiera contraído la enfermedad? —pronuncio con lágrimas en los ojos.

—Pero ¡¿qué dices Lekey?!

—Lo escuche, Lyan lo dijo, yo no debería haber nacido.

Luciano rápidamente la abrazo y se la llevó en sus brazos intentando calmarla.

La dueña de este cuerpo, buscaba sin cesar una cura para la enfermedad de su madre porque sentía que era responsable por la enfermedad que contrajo su madre.

—Si quieres ser feliz en esta vida tendrás que aprender a amar, a perdonar y a olvidar —recita Luciano.

Aun no puedo olvidar mi vida anterior, sin embargo, aun así, en esta vida...

—Yo... quiero que mi mamá este sana, ¡yo quiero salvarla! —expreso con los ojos sollozos.

—Y sé que lo lograrás Lekey —me dice Luciano dándome un abrazo.

—Gracias.

—Recuerda, no hay nada malo en ti, no te compares, no te juzgues, nunca lo hagas, mírate con amor y compasión.

—Luciano...

—Bien, ya basta de lágrimas que mis ojos se hincharán por tanto llorar —dice Luciano con los ojos algo rojos.

—Jeje sí.

Al rato llegaron Dylan y Ian.

—Me alegra verlos de nuevo a todos ustedes, sin embargo, mis vacaciones fueron lo mejor.

—A sí, entonces era mejor que no vuelvas.

—Jajaja que malvada pero no, quería verlos a ti, a Dylan y a Ian, quería saber cómo estaban mis sobrinos favoritos, ya que son tan adorables y lindos que quería verlos de nuevo.

Salvaré a las personas que a la Villana jamás le importó...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora