tres

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JungKook ingresó en su departamento a altas horas de la madrugada con un ligero olor a alcohol, su cabeza empezaba a doler un poco a medida hacía cosas en su hogar y el alcohol se acoplaba a sus sistema. El día siguiente se saltaría las clases y posiblemente no fuese a la cafetería a ayudar, NamJoon estaba abusando mucho de él y no era gracioso estar trabajando mientras que el otro se deprime comiendo bizcochos detrás del refrigerador. Así que sus planes eran ir a trabajar sus seis horas en la tienda de vinilos y discos de música, de esa forma su resaca no molestaría más.

Antes de dormir necesitaba llenar su estómago con algo de comida, atinando a calentar un bol de ramen acompañado de un botellín de agua. Sentado en la alfombra del salón con un programa random que se reproducía en la tele, JungKook tenía la mente en blanco.

La tarde anterior había sufrido una de las peores vergüenzas de toda su vida en la cafetería de SeokJin y era una razón perfecta para decirle al Omega embarazado que no podría seguir ayudándole más, no imagina lo que pasará con él si el castañito de bonitos ojos miel se acerca una vez más a la cafetería y le dedica una mirada iluminada acompañada de una tímida pero linda sonrisa. Oh, dios.

De solo rememorar el momento en el que se enfrascó en aquel rostro y dejó de atender el resto del mundo, el bochornoso recuerdo de él arrojando en la mesa todo el chocolate pero devolviéndole al Omega una coqueta risita, los gritos de NamJoon y sus disculpas tardías.

No preguntó su nombre pero uno de sus acompañantes chasqueó sus dedos en el rostro del morenito llamándole varias veces, al parecer no fue el único que perdió el conocimiento de todo lo que le rodeaba.

"TaeHyung"

Su recuerdo tenía un nombre muy lindo.

Tanto como lo era él.

Su rostro estaba decorado por pequeños puntitos y morenita era su piel, se veía suave y nívea, la forma de sus ojos y el color claro de su iris, sus bonitos belfos revestidos por algún gloss hidratante y sus tiernas mejillas rellenitas. Su vestimenta se asemejaba a la del primer día, todo un poco más grande y de tonos marrones y rojos.

Después de su tonto error no volvió a salir de cocina y NamJoon se encargó de atender todas las mesas, al fin y al cabo era su trabajo. Aún así le sentó mal no poder despedir a TaeHyung.

Una parte de él está emocionada y encantada por conocer a TaeHyung, otra parte más perversa advierte el rostro del bonito Omega en situaciones comprometedoras. Adivina que es de la clase de Omega que se deja mandar en la cama, que disfruta del sexo duro tanto como del amor suave y tierno, juraría que de su tierna boquita salen suspiros cortos y finos grititos deja salir cuando llega a molestarlo lo suficiente como para comenzar a gemir sin parar.

JungKook no sabe cuándo pero ya estaba sentando en la silla de cuero frente a la cámara de su teléfono, el fondo neutro atrás y la luz cegadora del aro en su rostro estaba listo para comenzar a grabar. Se desprende de la camiseta llena de cerveza y de olores extraños, tiene que ponerse de pie para comenzar la grabación y aprovecha para dar una imagen completa de su torso desnudo y parte de su cintura, toquetea divertido la hebilla del cinturón y va desabrochando despacio, sabe que muchos adelantarán el vídeo en busca de lo que esconde su apretado pantalón.

Sonríe incrédulo pasando el botón y bajando la cremallera, sus dedos se introducen en la tela del vaquero y lo va bajando despacio, es un maldito narcisista que disfruta ver su figura en la pequeña pantalla y mucho más cuando los bóxers negros apretados aparecen en la escena.

Ya estaba duro, bastante de hecho. Lo estaba desde que TaeHyung apareció entre sus pensamientos, vagando de un lado a otro hasta que se metió demasiado y acabó encerrado en sus fantasías sexuales.

careful, sweetheart | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora