siete

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—Te he pedido un café doble... —Masculló una mujer de colorido cabello amarillento algo maltratado de las puntas, su pinta labios rojos se había escurrido por sus mejillas enrojecidas y su maquillaje ya comenzaba a ceder ante el calor de la cafetería.

Se presentaba dos veces por semana en Astro Cakes, la cafetería de SeokJin que ahora atendía TaeHyung, solía pedir batidos frutales con extra de azúcar y nata por encima, de esa forma le quitaba todo los nutritivo y saludable al batido pero ella expresaba que así estaba bien. Los caprichos de cada cliente eran cada vez más extraños como para complacerlos siempre y que resultasen aceptables para el mismo cliente era un reto al que el Omega se enfrentaba diariamente. Sobretodo con clientes como ella.

—Señorita —Murmuró TaeHyung algo confundido y tratando de sonar amable pues la atención al cliente era algo importante para SeokJin— Pidió un café con leche y nata, pasó por la barra a reclamarlo... —Dijo una vez se giró y comprobó que no había más pedidos puestos en la barra de mármol blanco.

Ella torció los labios, inclinó un poco su cuerpo hacia delante y TaeHyung apartó la mirada en milésimas de segundo. Llevaba una camiseta escotada de color burdeos, sus pechos grandes y lechosos decorados por pecas se dejaron ver y con cierta molestia los ojos negros de la pálida le observaron directamente.

—Cámbiamelo. —Dictaminó, TaeHyung le regresó la mirada, asustado por el tono usado.

—Tendrá que pagar por éste también... —Avisó antes de acercar su mano al platito de cerámica que sostenía la taza amarilla. Ella asintió esperando pacientemente a que TaeHyung alzase un poco más el café.

Podría ser cosa de medio segundo, TaeHyung apartó la mirada solo medio segundo y eso fue suficiente para que la clienta empujase el plato que se llevaba, alterando el equilibrio del Omega. La taza cedió y a TaeHyung no le dio tiempo de evitar la caída de todo el café y de la propia taza. El mantel, parte de las servilletas y el suelo fueron manchados por el contenido de la taza. Era la primera vez que eso le pasaba al castaño, se decía que era común en hostelería, romper, dejar caer o estropear parte de la vajilla cuando se servía o recogía una mesa. Pero Kim era consciente de su pulso, del cuidado que le ponía a su trabajo y de la práctica que tenía, jamas le habría pasado eso por un despiste.

—¿Me lo cobrarás? Te iba a decir que podías dejarlo pero te lo has querido llevar y mira... —Arrastró las palabras como si pesasen en su boca, una vez más usó esa entonación burlona para creerse superior al otro.

SeokJin entendería.

—Sí. —Dijo— Lo habría tirado de todas maneras en cocina, una vez servido al cliente no puede ser devuelto.

—Pero yo nunca te he dicho que podías llevártelo. —Musitó abrumada, sus mejillas fueron encendiéndose al paso de los minutos, volviéndose del mismo tono que su camiseta escotada.

—Ha pedido que se lo cambiara. —Recordó.

—Yo nunca dije eso...

—Sí lo hizo-

—Pues háblale a tu jefe, no voy a pagar por algo que tiraste, inútil.

TaeHyung se quedó de piedra. ¿De verdad lo entendería SeokJin? Si le explicaba lo ocurrido, ¿el embarazado daría prioridad al cliente o se guiaría de su palabra y de las reglas de la cafetería?
Ni siquiera sabía si era correcto llamar al otro Omega cuando se suponía que no podía salir de su casa, el médico le ordenó descansar y el reposo en su casa, ¿cómo podría llamarle por esa tontería?

—Él no-

—¿Sucede algo? —Interrumpió por detrás JungKook, vio desde arriba a TaeHyung recogiendo y secando el café tirado con servilletas echas un puñado, pasándolas con nerviosísimo por la mesa mientras mantenía esa extraña mueca ansiosa.

careful, sweetheart | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora