dieciséis

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El reloj a un costado de la cama matrimonial aún no llegaba a marcar una hora decente, recién apuntaba la madrugada y la luna les saludaba en su máximo esplendor, así que TaeHyung no tenía ni la más mínima idea de cómo voltear a ver a sus vecinos después de tres horas con JungKook en la cama.

Conocía realmente poco de su ciclo de calor, casi siempre se excusaba con el pretexto de ser un Omega distinto con un punto de placer muy difícil de alcanzar y unas maneras específicas para hacerle sentir medianamente complacido. Pero desconoció su propio cuerpo en las manos de JungKook.

No podía negar que sus toques, pese a ser cautelosos, dejaban a su paso un cálido camino sobre su piel. Adoró esa manera tan delicada de besarle en los labios, profundizando cada uno de sus sentimientos en esos besos fugaces que le repartía por el cuerpo al tiempo que le embestía tan profundo.
Tampoco pasó por alto esa sonrisa nerviosa que le soltó cuando le colocó encima suyo, adorándole desde abajo con total devoción.

Tal vez no conocía con total certeza hasta qué punto sus gritos y gemidos se escucharon en las cabezas de sus vecinos, y cree que es mejor nunca saberlo, pero aún le carcome pensar en que nunca en su vida había disfrutado tanto del sexo que desconocía que podía gemir de placer.

—¿Dónde vas? —La pregunta se le resbaló casi sin meditarlo, el susto se reflejó en sus ojos tras ver a JungKook cruzar la habitación a medio vestir.

Tras su cuestión casi desesperada, TaeHyung se dio cuenta que estaba exigiendo demasiado. En cierto modo no fue del todo una preocupación suya, un piquete poco sutil pero breve arremetió en su pecho, no lo asoció a su celo y encontró una razón cuando JungKook detuvo sus pasos y volteó a verle con una suave sonrisa. Es posible que haya tomado a JungKook como su Alfa por mera confusión.

—Te traeré algo de comer, ¿no tienes hambre? —Inquirió en un tono tranquilo, repasándose el cabello con algo de pereza— D-De camino compré... —Carraspeó forzosamente al tiempo que se erguía en su lugar, apartando el contacto visual con el Omega que aún yacía desnudo en el colchón— Bueno, traté de averiguar qué clase de anticonceptivo era el más adecuado para un Omega en celo y...

TaeHyung trató con todas sus fuerzas no reír por su tímida forma de actuar, como si hace unos minutos no le estuviera abofeteando las nalgas.

—¿Trataste de averiguar? —Dijo entre risas— ¿No era mejor preguntarme?

Jeon palideció.

—¿Lo puedo hacer ahora? —El Omega coqueto se removió entre las sábanas y le observó con cierta intensidad— ¿Prefieres la inyección o las pastillas?

La sonrisa del Omega se desvaneció casi por completo.

—¿Ninguna?

—Hyung... —Avergonzado se quejó, alzándose de hombros mientras achicaba sus ojos en su dirección— No me dejaste utilizar condón...

—Solo dije que no era tan necesario, al menos yo no te amarré las muñecas con una corbata para que no lo hicieras... —Renegó con vehemencia, alzando un puchero.

—¡E-Eso lo hice porque no dejabas de jalarme el pelo!

—¡Era un ejemplo para que me lo hicieras a mi!

—¡No puedo hacerte eso! —Dijo exasperado, dirigiéndose con rapidez hacia la puerta, ignorando la mueca indignada del mayor sobre la cama— Traeré la inyección y un sándwich, con permiso.

Y cerró tras su paso, le escuchó bajar las escaleras y a partir de allí, no pudo deducir sus movimientos en la planta baja.

Suspiró casi sin creerse ni la mitad de la conversación que acababan de tener, sorprendiéndose por la comodidad y confianza que tenían al hablarse, sin rastros de desconfianza o miedo, como si fueran amantes de hace mucho. A raíz de sus palabras, TaeHyung posó una mano sobre su vientre plano, negando al tiempo que sonreía por lo poco probable que le resultaba un embarazo a estas alturas.

Sí, JungKook le tomó una y otra vez, podría decirse que TaeHyung supo llevar los siete nudos del Alfa sin mucho problema.

Pero en un pasado trató de tener cachorros y la noticia nunca llegó, no tendría que ser diferente ahora.

JungKook cruzó el umbral de la puerta una vez más, en sus manos traía una bandeja con demasiadas cosas para el gusto del Omega, aunque bueno, cuando le vio llegar, sonrió embobado.

—No te pregunté si preferías dulce o salado, sé que te gustan las magdalenas sin azúcar pero le pones mucha leche condensada al café así que traje de todo. —Dijo y se plantó a su lado— ¿Qué te apetece ahora?

TaeHyung cruzó miradas con el Alfa y luego posó sus ojos en la cajita de la jeringa.

—¿Me la vas a poner aunque me niegue? —Inquirió tomando un banano de la bandeja.

—¿Qué tan fértil es un Omega en celo? —Preguntó en alto— Yo digo que mi estabilidad económica no me es suficiente como para sustentar un cachorro, pero si tú quieres... haría lo posible para tener todo lo necesario.

—¿Quieres que te dé un hijo, Jeon JungKook? —Le dijo con diversión masticando la fruta.

El Alfa no mostró imparcialidad en lo absoluto. Su mirada puesta sobre el castaño y su sonrisa hicieron que el Omega sufriera de un retorcijón en el vientre. Oh, le daría tantos hijos como pudiera.

—Hyung, soy muy feliz al tenerte en mi vida. —TaeHyung deshizo un poco su gesto divertido por uno más serio y pensativo— No quiero que sufras o te veas afectado por mi culpa, por un deseo mío o por algo que yo quiera de ti.

Hizo una pausa y crispó sus labios, rompiendo una vez más el contacto visual.

—Mi deseo es tener cachorros, JungKookie... —El menor tragó saliva con dureza, mal entendiendo sus palabras— ¡No ahora, no pongas esa cara!

—¡Ponte en cuatro, voy a inyectarte esto ahora mismo entonces!

careful, sweetheart | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora