ㅡ¡YA DEJA DE DECIRME MICHI! ME LLAMO KIM JENNIE, JEN PARA LOS AMIGOS!!! ㅡgritó la peliazul que hace unos momentos era un inofensivo gato.
ㅡY-yo l-lo siento ¿J-Jennie?, pensé que no te molestaba llamarte así... ㅡmurmuró la alta mientras apartaba la m...
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Me levanté a media noche para ir por un poco de agua, ya que sentía la garganta seca. Pero primero me metí al baño para lavar mis dientes ya que no me gustaba tomar agua con mal sabor de boca... Simplemente me asqueaba y no me permitía dormir bien.
Terminé de lavarme los dientes y me puse mis pantuflas para luego salir al pasillo.
Cuando llegué a la cocina me dirigí al mueble donde se encontraban los vasos del cual agarré uno de ellos, para luego sacar una botella de la heladera y servirme hasta la mitad del vaso con agua.
Lo llevé a mis labios y comencé a beber de él.
Una vez terminé de hacerlo solté un suspiro, hacía mucho frío.
Así que me acerqué al calefactor para subirle.
Al girarme pude tener una mejor vista de la cocina.
Podría jurar que mi madre habría limpiado ese desastre, porque la cocina prácticamente brillaba y sólo mamá sabía limpiar las manchas que había en esta... y me sorprendió mucho no ver a Eustaquia pegada en el techo.
Si la masa de galleta, que podría ser cemento, se llamaba Eustaquia... ¿Algún problema?
Iba a volver a la habitación pero escuché un fuerte estruendo en el patio, pensé que serían las vecinas haciendo alguna locura, pero esa idea desapareció en cuanto escuché el inconfundible maullido de Michi.
Me dirigí rápidamente a la habitación para comprobar si ella estaba ahí, pero no lo estaba.
Así que con prisas fui a la puerta que daba al patio y me adentré en este. Al salir una brisa de aire frío chocó con mi cuerpo haciendo que suelte un suspiro.
No había rastros de la híbrida de las vecinas, así que supuse que está vez no tenía que ver con ellas. Escuché otros maullidos y me dirigí al fondo del patio, ya que venían de ahí.
Pero no había rastros de Michi, así que decidí subirme a la pared.
Al estabilizarme en esta pude apreciar que estaba amaneciendo, y por un momento me quedé hipnotizada con los bellos colores que adornaban el cielo.
Podía ver algunos borrachos caminando por las calles pero eso no quitaba que sea un bonito paisaje.
—Hace mucho no veía un amanecer —murmuró alguien a mi lado.
Al girarme ahí estaba Jennie, tenía puesto una manta sucia la cual supuse había agarrado de la basura ya que no tenía un agradable olor.
Me importó una mierda que huela mal y pase uno de mis brazos por sus hombros para acercarla a mí.
—Pensé que estabas en problemas —confesé mientras giraba mi cabeza para ver su perfil.
—Oh lamento eso... Pero cuando vi las luces de la cocina prenderse pensé que sería buena idea llamarte para que vieras el amanecer conmigo —dijo con una sonrisa mientras se giraba a verme.
La luz del sol alumbraba la mitad de su rostro y hacía que resalte mucho más su cabello azul.
Los pendientes que tenía en sus orejas brillaban un poco y sus ojos...
Puff sus ojos eran otro mundo.
Un mundo verde en el cual me perdería una y mil veces.
Inconscientemente bajé mi mirada a sus labios los cuales se veían más rosas de lo normal... ¿O acaso siempre fueron así? Así de perfectos...
La idea fugaz de besarlos pasó por mi cabeza de un momento al otro.
Pero me contuve y levanté mi vista para verla, al hacerlo levanté sin querer mi cabeza también haciendo que nuestros labios rozaran.
¿Estábamos tan cerca?, pensé mientras acortaba la distancia que había entre nuestros labios logrando por fin el tan esperado choque.
Tuve miedo de no ser correspondida.
Miedo que se esfumó al sentir como ella movía sus labios al mismo ritmo que yo había creado.
Lento y suave.
Haciendo que una burbuja de ternura se hiciese a nuestro alrededor.
Podía sentir como los rayos del Sol eran más fuertes ya que sentía como quemaban un poco... ¿O era por el momento?
Llevé una de mis manos a sus caderas y la acerqué más a mí.
Ella lamió mi labio inferior y yo los abrí para comenzar un beso más subido de tono.
Sus manos habían llegado a mi cabeza y se habían sujetado a mi cabello dando de vez en cuando algunos tirones.
El aire comenzó a hacer falta y ambas no separamos un poco agitadas, podía sentir como uno de mis labios (para ser precisa el inferior) cosquilleaba. Así que con curiosidad llevé uno de mis dedos a este y pude ver una pequeña (casi invisible) mancha de sangre, nada grave.
Sonreí soltando un suspiro, ni siquiera me había dado cuenta de que me mordió el labio.
Levanté mi cabeza y vi como las mejillas de Jennie se volvían rojas, sus labios estaban hinchados y sus manos estaban moviéndose sin sentido.
Sonreí ante lo tierna que se veía, pero mi sonrisa se esfumó al escuchar y ver como estornudaba.
Me bajé rápidamente de la pared, bueno... Me tiré y caí encima de la bicicleta de las vecinas.
Si seguía así debería de comprarme una espalda de metal.
En fin, ayude a Jennie para que bajase, e intenté que no se le cayera la manta porque seguramente no llevaba nada debajo de esta.
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—Es sólo un resfriado Rosie —murmuré con un puchero.
Recién me había terminado de bañar y me había encontrado con Roseanne vistiéndose para salir.
—No, no, no, ya mismo voy a comprarte algo a la farmacia —dijo poniéndose su abrigo— Ya vuelvo —murmuró mientras dejaba un beso en mi frente provocando una sonrisa en sus labios.
Yo automáticamente también sonreí.
Ella tomó las llaves del departamento y se dirigió a la puerta. Al escuchar como esta se cerraba solté un suspiro.
Si anoche estaba confundida ahora ya no lo estaba, estaba claro una cosa y es que... Me gusta Roseanne.