Julliette
El Castillo estaba particularmente movido el día de hoy, cómo no, era una noche especial y hermosa -notese el sarcasmo - porque vendrían a cenar mis futuros suegros y esposo. Y por lo que se, van a venir muy seguido, cosa que me desagradaba en absoluto.Ahora tenía a una nueva maestra solo para que me ayude a actuar en estas cenas, me reía para mí misma sabiendo que obviamente no iba a seguir sus indicaciones.
-Solo habla para lo justo y necesario, una mujer charlatana no está bien vista -me dolería la cabeza si seguía asintiendo como si realmente me importará. -no te olvides de alagar cosas de tu prometido y mostrarte agradecida de este trato.
-¿Y si carece de cosas que alagar? -sonrei con fingida inocencia -tendria que mentirle a su madre, y eso tampoco estaría bien visto -lleve mi mano a mi boca con una cara de asombro.
-Deja el sarcasmo Juliette -me reto mi padre que recién entraba a la habitación -ya hemos hablado de eso.
-Oh discúlpeme su magestad por no querer coperar fuera de mi voluntad.
-Pues todo sería más fácil si lo hicieras -rodee los ojos -no puedes ser tan terca, es una maravillosa oportunidad, para ti y para todo el pueblo.
-No podría contar la cantidad de veces que me has dicho eso, sin embargo sigo creyendo que solo lo haces por ti misma imagen y poder -me levanté y lo deje con la palabra en la boca nuevamente.
Los pasillos se me hacían interminables, oscuros y fríos. Odiaba las extenciones del castillo que me hacían estar tan separada de las demas personas y que aún con todo ese espacio era tan difícil tener libertad. Me asfixiaba, toda la situación de mi vida me asfixiaba. No le deseo este sentimiento ni a mi peor enemigo.
Cuando por fin di con la oeutya de mi habitación entre rápido y me tire a llorar en mi cama, era demaciado y me estaba ganando el no saber que hacer y la presión de todos lados que obviamente caía sobre mi.
La puerta se abrió y dirigí mi miraba a ella esperando encontrarme con una de limpieza, sin embargo era mi madre, que me miraba con su cara de siempre.
Se acercó a mi y abrió los brazos indicando que valla a abrazarla, no tarde ni dos segundos en correr hacia ella, note que sus ojos también soltaban algunas lagrimas. Era la primera vez en años en que nos abrazabamos, y se sintió tan aliviador que no se como expresarlo.
-Encerio quiero que sepas que nada de esto está aprobado por mi, Julliette -dijo como si estuviera pasando lo mismo que yo -nunca hubiera querido que pases lo mismo que yo porque se que difícilmente llegas a amar a alguien con quién te obligaron a estar.
Yo seguía llorando en sus brazos hasta que ella se separó a mirarme.
-Lamento no poder hacer nada hija mía -me acaricio la mejilla limpiando una lágrima -aunque no te lo demuestre tanto todos los días eres muy importante para mí y siempre querré lo mejor para ti.
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Mi Mayor Tesoro
Romance"El sonido de unos pasos caminado, acercándose, y la llave abriendo una puerta, mi puerta. Nunca hubiera imaginado que mi vida cambiatia tanto luego de que aquellos tres hombres aparecieran tras la puerta. Uno con una gran cicatriz en el ojo. Uno...