Capitulo 9

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Theo

Como ya me era costumbre me dirigí a la cubierta del barco en eso de las doce de la noche, con la perfecta vista nocturna que tanto admire durante mi vida.

Me acompañaba una noche fría pero que me acogía con la increíble inmensidad de estrellas que adornaban el oscuro cielo sobre mi cabeza; ¿Podría un marino tener una mejor sensación que esta?.

Mi insomnio no me permitía dormir tranquilo ninguna noche, sin excepción. Entonces llego un punto en que decidí aprovechar eso de alguna manera. Yo era el encargado de cuidar el barco de ataques durante la noche.

Mientras los otros dormían yo tenia el privilegio le contemplar la vista de esa manera que únicamente podría verse en esas circunstancias. No tenia no una pizca de sueño, y aunque siempre anhelaba tener una conciencia mas normal y tranquila para poder dormir bien la falta de sueño me recordaba constantemente mi objetivo actual de venganza.

Tal vez, de manera inconsciente, mi cabeza piensa y esta convencida de que si me vengo podré dormir en paz sabiendo que mi amigo, o mi hermano de alma, descansa por fin en paz. Aunque tal vez solo sea un estupido pirata traumado con que nadie lo ataque descuidado.

Solté un suspiro mientras me apoyaba en el borde, las ganas de un cigarro o una cerveza para acompañar la noche me estaban matando.

Por otra parte me quede pensando en las advertencias de mi padre, estaba mas que claro que se refería a mamá pero aunque tenga el ejemplo de como el la amo de tal manera no creo poder amar de la manera en la que el lo hizo; porque yo estaba demasiado sumido en mis metas y en ser el más temido. Las chicas solían desearme pero nunca sentir algo por tan detestable persona.

Tampoco es como si yo las podría amar, no me dejaría tan vulnerable con semejante debilidad que implicaba una amar a una persona así abiertamente. Todos buscarían atacarte por ese lado ya que saben que el por donde mas te duele.

Recuerdo que Christian no pensaba así, mas bien el siempre quizo encontrar a una compañera de vida. Solía decir que cuando encontrara a una mujer que se sepa una de sus canciones favoritas de memoria en algún instrumento esa seria el amor de su vida. En síntesis, eran todos delirios de un adolescente.

Habían transcurrido alrededor de tres horas, mi cabeza pensando en todo y nada mirando a la nada misma, tenia pinta de ser una noche mas de la rutina de siempre. Sin embargo pude escuchar esa voz irritante desde su camerino —o jaula como les suene mejor —.

—Pensé que eras el capitán —dijo en tono de burla —nose como puedes tener tu debido respeto en tu propia tripulación si tienes que trabajar mientras todos los demás duermen como si tuvieran mas poder que tu.

Solté una risa sin dejar de mirar al horizonte.

—No se cual será su definición de respeto, sa majesté —ahí si la mire, solo para vez de nuevo esa cara, no entendía francés a pesar de vivir extremadamente cerca de los pueblos que si lo hablaban, me di cuenta la primera vez que la vi y me resultó gracioso —a diferencia de lo que usted esta acostumbrada, aquí todos hacemos algo.

—Se nota mucho que el que dividió los trabajos no te quería lo suficiente —bueno mi entretenimiento de hoy va a ser cerrarle la boca a esta engreída.

—Yo mismo divido los trabajos —quisiera saber que pasaba por su cabeza en ese momento, seguro ya estaba un poco enojada y pensando que diría ahora para atacarme —entiendo que en tu castillo todos hacían todo para ti y que no sepa siquiera como limpiar su refinado trasero pero yo si lo hago por mi propio ego y el sentir que no soy inútil en un grupo.

Mi Mayor TesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora