JullietteNo quería admitirlo, pero dormí como una bebé durante toda la noche, no sé bien si fue porque extrañaba dormir en tierra o porque la cama era realmente cómoda, tal vez ambas.
Era una habitación grande y acogedora, con paredes altas decoradas con un color neutro y techo de madera. No me explico muy bien el porqué, pero es un lugar extremadamente silencioso lo que la hace un tranquilo lugar para dormir bien.
La cama estaba en el centro de la habitación, pero pegada a la pared, era una de dos plazas de madera oscura, esta estaba adornada por sábanas de seda junto con la adición de almohadones y almohadas forradas con ese mismo material de color blanco.
Todo parecía lujoso, me sorprendió de cierta manera, casi tanto como todo lo que conllevaba la isla en realidad. Y una vez más subestimaba el poder que tenía Theodoro Blake.
Me levanté de la cama encontrándome con un vestido doblado de manera prolija en una silla en un extremo de mi cama, supongo que lo dejaron para que me vista.
[...]
Me miré en un espejo analizando minuciosamente como estaba vestida. Era un vestido de color verde pino a lo largo de toda la pollera con un verde más tirando a negro en la parte de arriba que era como una clase de corsé, uno que no necesariamente tenía la finalidad de dejar sin aire a la que lo porta. A diferencia de los que estoy acostumbrada de llevar, la abertura de la falda no era muy amplia, es más, ni siquiera llevaba un miriñaque, lo que lo hacía aún más cómodo. Ciertamente el vestido me sentaba de maravilla, marcaba de la manera correcta mi cintura, y el color resaltaba mi piel pálida. No tenía un escote muy pronunciado, pero dejaba ver el principio de mis senos, que no eran muy grandes por cierto.
Me hice un peinado semirrecogido sacando los mechones rebeldes que se posaban tapando mi rostro y salí de la habitación.
Mire durante unos segundos la puerta que se encontraba en frente a la mía, una puerta un poco más grande que se distinguía del todo el resto de las que había a lo largo del gran pasillo. Era su puerta. El bicho de la intriga me consumió, ¿cómo será su habitación?.
No iba a sacarme la duda, por supuesto. No estaba lo suficientemente intrigada como para entrar ahí arriesgándome a ser descubierta, surgiendo así otra pequeña duda, ¿cómo reaccionaría él al verme ahí?.
Camine por el largo pasillo, no había ninguna decoración extremadamente extravagante, nada nuevo para mí, una princesa acostumbrada a caminar mientas admiro los lujos de las personas que me rodean, o los propios. Pero tenía un indescriptible encanto.
Otra cosa que encontré diferente eran las personas que caminaban por los pasillos como dueños de casa, es decir, no eran trabajadores y podía notarlo. Sin embargo no llegaban a la zona donde yo dormí la noche anterior y donde estaba también la habitación del pirata.
Iba tan distraída con mis pensamientos que no note que alguien estaba caminado justo enfrente mío de manera muy rápida, la choque.
Era una mujer como de mi altura, cara ovalada con unos hermosos ojos verdes. Tenía una nariz recta y labios normales, su piel era trigueña. Algo en ella me sonaba increíblemente familiar. Tal vez era esa horrible mueca de enojo con un sentimiento más el cual no fui capaz de asimilar.
—¿Puedes fijarte por donde caminas? —me grito enojada a la vez que se agachaba a recoger un libro que se había caído al suelo luego de nuestro incidente.
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Mi Mayor Tesoro
Romance"El sonido de unos pasos caminado, acercándose, y la llave abriendo una puerta, mi puerta. Nunca hubiera imaginado que mi vida cambiatia tanto luego de que aquellos tres hombres aparecieran tras la puerta. Uno con una gran cicatriz en el ojo. Uno...